Las autoridades realizaron operativos sorpresa en varias prisiones de ese país y descubrieron que los delincuentes, con la complicidad de algunos guardianes, usaban teléfonos celulares para llamar a sus víctimas. Sin embargo, lo que más les sorprendió fue encontrar elementos de vudú, cartillas, fotografías y unas estatuas a las que los presos les encargaban sus fechorías.
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