Ocultó una fortuna de 9 millones de dólares que acumuló mientras trabajaba como secretaria legal

Sylvia Bloom laboró durante casi 70 años en un bufete de abogados, llevaba una vida modesta, pagaba renta controlada y sólo se trasladaba en el metro. Fue una sorpresa para su sobrina descubrir el monto de su testamento.

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Imagen New York Times

Cuando Sylvia Bloom murió a la edad de 96 años en 2016, nadie sospechaba lo que había ocultado durante décadas.

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Blomm logró acumular 9 millones de dólares, una cantidad sorprendente teniendo en cuenta que Bloom fue secretaria legal durante casi 70 años y no provenía de una familia con dinero.

Bloom vivía con frugalidad en un departamento de renta controlada, usaba sólo transporte público y vestía modestamente. No tuvo hijos y su marido era un bombero retirado que luego trabajó de maestro de escuela. "Ella era hija de la Depresión y sabía lo que era no tener dinero", dice un buen amigo y ejecutivo de recursos humanos de la firma de abogados para la que trabajó Bloom. "Tenía una gran empatía por otras personas que estaban necesitadas y quería que todos tuvieran una buena oportunidad" le contó a The New York Times,

Y cómo fue que esta señora nativa de Brooklyn amasó su fortuna sin que ni su difunto esposo se diera cuenta: Bloom se dedicó a analizar de cerca las inversiones que hacían los abogados para los que trabajó, y luego a repetir las mismas inversiones con su propio dinero (pero en cantidades que podía pagar).

"Ella era una secretaria en la época en que administraban la vida de su jefe, incluidas sus inversiones personales", recuerda su sobrina Jane Lockshin. "Entonces, cuando el jefe compraba una acción, ella le hacía la compra y luego compraba las mismas acciones para ella, pero en una cantidad menor porque tenía el salario de una secretaria".

Las riquezas de Bloom salieron a la luz cuando su testamento reveló que aparte de un dinero para su sobrina y unos amigos, estaba donando más de 8 millones de dólares en becas para la educación superior de estudiantes desfavorecidos.

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La Sra. Bloom se une a las filas de modestos y magnánimos millonarios, que han muerto con fortunas mucho más grandes de lo que su estilo de vida podría haber sugerido. Al igual que la Sra. Bloom, Leonard Gigowski, un tendero de Wisconsin que murió en 2015, dejó su fortuna secreta de 13 millones de dólares para financiar becas. Grace Groner, que vivía en una casa de un dormitorio en Lake Forest, Illinois, compraba en tiendas de segunda mano y caminavba a todas partes, ordenó que su finca de $ 7 millones de dólares fuera a su alma mater cuando murió en 2010 a los 100 años de edad.

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