¿Te contagiarías deliberadamente para ayudar a la humanidad a vencer al coronavirus? Eso es justamente lo que hará un grupo de personas sanas y jóvenes como parte del controversial ‘ensayo de desafío humano’ ( human challenge trial) que se hará para conocer más sobre el virus que ha puesto de cabeza al mundo y acelerar así el proceso de prueba de las vacunas contra el covid-19.
Comienza contagio deliberado de voluntarios para conocer más sobre el coronavirus
Como parte del primer ensayo clínico de desafío humano que se emprende en el marco de la pandemia, se ha empezado a reclutar a jóvenes sanos entre 18 y 30 años con miras a responder preguntas clave sobre la transmisión del virus y acelerar el proceso de prueba de vacunas.


A diferencia de los ensayos clínicos tradicionales que se han usado para evaluar las vacunas disponibles hasta la fecha, y en los que hay que esperar un tiempo para ver si las personas se contagian o no aleatoriamente en su vida cotidiana, los ‘ensayos de desafío humano’ exponen deliberadamente a los participantes al coronavirus dentro de un ambiente controlado.
La ventaja: se gana tiempo y se pueden obtener datos específicos y precisos que, de otro modo, sería muy difícil encontrar como, por ejemplo, cuál es la dosis infecciosa del coronavirus o qué determina que alguien tenga síntomas y otra persona no, dos preguntas clave que buscará responder el ensayo clínico en cuestión. La desventaja: naturalmente conlleva implicaciones éticas pues se sabe que el virus puede causar efectos a largo plazo o incluso la muerte.
Tras el visto bueno de un comité de bioética, el gobierno de Reino Unido acaba de dar luz verde al primer estudio de este tipo que se hace en el contexto de la pandemia del coronavirus, aunque ya ha sido utilizado en el pasado para otras enfermedades como la influenza, malaria, dengue y cólera.
En la primera fase, no se probarán vacunas, sino que se buscará responder a una pregunta esencial: qué cantidad del virus es necesaria para que la persona se contagie.
Se expondrá a entre 50 a 90 personas sanas con edades entre 18 y 30 años a dosis variables del SARS-CoV-2 original, introducidas a través de la nariz, empezando por muy bajas y aumentándolas progresivamente hasta dar con la cantidad necesaria para generar una infección -pero no una enfermedad severa-.
“La prioridad es la seguridad de los voluntarios. Nadie quiere hacer esto si hay un riesgo apreciable”, explicó Peter Openshaw, profesor de medicina experimental del Imperial College de Londres y co-director del proyecto, vía Reuters.
Todos los voluntarios serán infectados con el virus y aislados en un centro donde serán monitoreados 24/7 durante al menos 17 días. Después deberán cumplir con chequeos médicos durante los siguientes 12 meses. La ‘recompensa’ (además de ayudar a la humanidad): un pago de 4,500 libras (unos 6,240 dólares) repartidos a lo largo de los 12 meses que durará el estudio.
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La suma debe compensar el tiempo/esfuerzo de la persona, pero no ser tan alta como para servir como única motivación. En este tipo de estudios se busca que el interés de la persona provenga del altruismo y no por razones financieras, explica un reportaje de Vox.
Una vez que el ensayo clínico determine cómo el virus infecta a las personas, se pasaría a probar la efectividad de las vacunas. Esto abrirá la puerta a hacerlo con mayor velocidad, lo que ayudará en caso de que haya que formular distintas versiones contra las nuevas variantes del virus.
¿Y en Estados Unidos?
Hay quienes abogan por este tipo de ensayos clínicos en EEUU. En julio de 2020, el grupo 1DaySooner envió una carta abierta al director de los Institutos Nacionales de la Salud en la que un grupo de prominentes académicos insisten en la necesidad de que se hagan en el país para probar las vacunas con mayor celeridad. El gobierno no los ha autorizado.
Ahora que ya hay vacunas contra el coronavirus probadas con protocolos rigurosos y menos controversiales hay quienes no le ven sentido a recurrir a este tipo de ensayos y cuestionan el que el Reino Unido los haya aprobado, pero sus defensores alegan que serán de gran utilidad para controlar la pandemia.
“Ya tenemos un número de vacunas efectivas y seguras para el Reino Unido, pero es esencial que continuemos el desarrollo de nuevas vacunas y tratamientos para el covid-19. Esperamos que estos estudios ofrezcan una perspectiva única sobre cómo funciona el virus y nos ayuden a comprender qué vacunas promisorias ofrecen la mayor posibilidad de prevenir el contagio”, dijo el jefe interino de la Taskforce de Vacunas del Reino Unido, Clive Dix.




















