Una llama de nombre Winter puede tener la clave para bloquear el nuevo coronavirus

Una investigación llevaba años probando los anticuerpos de las llamas contra otros tipos de coronavirus. Ahora, un nuevo bioanálisis con el SARS-CoV-2 está dando resultados positivos. Aquí te lo contamos.

Imagen de archivo de un rebaño de llamas en una granja al sur de Fort Worth, Texas.
Imagen de archivo de un rebaño de llamas en una granja al sur de Fort Worth, Texas.
Imagen José Luis Castillo Castro/EFE

Winter es una llama de cuatro años de edad, común y corriente. No tiene nada que la haga sobresalir entre otros miembros de su especie, familia de los camélidos. Junto a otras 130 llamas y alpacas, Winter vive en una granja de investigación en Bélgica y ha sido seleccionada de forma aleatoria por un equipo de científicos para investigar los anticuerpos de su especie, que hasta ahora se han probado efectivos contra varios tipos de coronavirus, incluido el SARS-CoV-2, según un reciente estudio publicado en la revista científica Cell.


Lo de las llamas no es algo nuevo: los científicos desde hace tiempo estudian sus anticuerpos. Lo hicieron incluso con el VIH y la gripe. Y es que a diferencia de nosotros, las llamas producen dos tipos de anticuerpos: uno muy similar al de los humanos (compuesto por dos cadenas de proteínas, pesadas y ligeras, que se juntan en forma de Y) y otro mucho más pequeño, también en forma de Y pero con brazos muchos más cortos y sin cadena de proteínas ligeras. La forma de este último hace que sean accesibles a pequeñas cavidades de las llamadas 'proteínas S' ( Spike proteins) de los virus.

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Además de su efectividad, los anticuerpos de las llamas también son "fácilmente manipulables", según dijo el doctor Xavier Saelens, uno de los autores del estudio, al diario The New York Time s. El virólogo molecular explicó que estos anticuerpos pueden unirse o fusionarse con otros, incluidos los humanos, y permanecer estables a pesar de esas manipulaciones.

Alpacas, dromedarios y guanacos, otros miembros de la familia de los camélidos, comparten esta característica genética de las llamas.

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Investigaciones previas

Si bien desde hace años estas defensas en camélidos estaban bajo análisis, en 2016 el doctor Saelens y otros investigadores de la Ghent University en Bélgica y la Universidad de Texas, en Austin, EEUU, estuvieron investigando estos anticuerpos más pequeños contra varios tipos de coronavirus como el SARS 2002-03 y el MERS.

Para ello seleccionarion a Winter y le inyectaron las proteínas S de esos virus y analizaron su sangre. No consiguieron hallar un solo anticuerpo que funcionara contra ambos patógenos, pero sí uno para cada uno. Y ambos fueron efectivos.

Desde entonces este equipo se hallaba inmerso en esa investigación y a punto de publicar sus resultados cuando de pronto, un nuevo coronavirus irrumpió con esta nueva pandemia global que ya ha acabado con la vida de más de 260,000 personas. Por eso decidieron empezar a probar también con el SARS-CoV-2 y, del mismo modo, los anticuerpos consiguieron inhibir el coronavirus de forma efectiva en cultivos celulares.


Estos resultados dan una nueva esperanza para la lucha contra el covid-19 y los científicos esperan que eventualmente puedan usarse los anticuerpos de las llamas como un tratamiento profiláctico, inyectando a alguien que no esté infectado y pueda estar en riesgo, como los sanitarios, aunque la protección no sería permanente y habría que realizar inyecciones tras uno o dos meses, pero sería necesario realizar estudios adicionales para verificar la seguridad de este procedimiento.

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En todo caso, aunque los científicos van avanzando en ensayos clínicos, este posible tratamiento, de ser efectivo, estaría todavía a varios meses de distancia.

"Todavía hay mucho trabajo por hacer para tratar de llevar esto a la clínica", dijo Saelens al diario neoyorquino. "Si funciona, la llama Winter merece una estatua".

¿Por qué las llamas?

Entre todas las especies de los camélidos que comparten este rasgo genético se ha escogido a las llamas por ser las más domesticadas y fáciles de manejar, más dóciles y amigables, aunque suelen escupir cuando se les molesta.

Otros animales, como los tiburones, también presentan estos anticuerpos más pequeños, pero según Daniel Wrapp, coautor del estudio, "no son un gran modelo experimental y son mucho menos tiernos que las llamas".