El Foro Mundial para la Prevención del Cáncer y el Instituto Estadounidense para la Investigación del Cáncer publicaron hace unas semanas su tercer gran informe sobre la relación entre la dieta, el peso, el ejercicio y la prevención del cáncer. Son
12,000 páginas (se puede acceder
aquí a un resumen) donde se condensa
lo que la ciencia recomienda para esquivar la enfermedad que está detrás de una de cada seis muertes en el mundo. Crédito: Getty Images
Mantén un peso saludable y evita el aumento de peso a lo largo de la vida adulta. Cuando se trata del peso, lo de menos es la estética:
la obesidad está vinculada con 12 tipos de cáncer. El 80% de las personas que viven en EEUU son 'obesos ocultos', lo que quiere decir que el tamaño de su barriga podría ser un riesgo para su salud. Crédito: Getty Images
Sé físicamente activo en el día a día: camina más y permanece menos tiempo sentado. Ver la televisión o estar pegado a cualquier otra pantalla y usar artículos electrónicos como consolas de video juego son
formas de comportamiento sedentario que se extienden más y más por todo el mundo. Además, cuando miramos estas pantallas a menudo estamos expuestos a los anuncios de comida insama o bebidas con azúcar. Crédito: Unsplash
La recomendación es estar activo diariamente y hacer al menos 150 minutos de actividad física moderada o al menos 75 minutos de actividad física vigorosa a la semana.
"Para la prevención del cáncer, cuando más ejercicio hagas, mayor será el beneficio", escribe Susannah Brown
, investigadora del
World Cancer Research Fund International
. "
El ejercicio no es solo ir al gimnasio. La actividad moderada pueden ser tareas del hogar, por ejemplo", apunta Brown. Crédito: Unsplash
Las verduras, las frutas, las legumbres y los cereales integrales han de constituir una parte importante de tu dieta diaria y habitual. Es importante seguir una dieta que incluya al menos una libra de frutas y vegetales cada dia. Crédito: Getty Images
Limita los alimentos procesados ricos en grasas, almidón o azúcares, como la comida basura. Crédito: Getty Images
Limita la presencia de carne roja y
reduce tanto como sea posible los procesados cárnicos. Y, si los puedes eliminar, mejor. El vínculo entre el consumo de carne roja y procesada y el cáncer colorrectal se considera fuerte. Crédito: Getty Images
Limita la presencia de bebidas azucaradas. Consume sobre todo agua y bebidas que no estén edulcoradas. Por cierto: hay pruebas de que
el café probablemente protege contra el cáncer de hígado y endometrio. ¿Están permitidas las bebidas light? La respuesta es negativa: "Los indicios de que las bebidas edulcoradas ayudan a prevenir el incremento de peso no son consistentes", apunta el estudio. Crédito: AP/Paul Sakuma
Limita el consumo de bebidas alcohólicas, teniendo en cuenta que para la prevención del cáncer lo mejor es no beber nada de alcohol. No importa el origen del alcohol (da lo mismo cerveza que vino o licores). Crédito: iStock
Aléjate de los suplementos dietéticos (incluidas vitaminas y minerales) para prevenir el cáncer y cubre tus necesidades con alimentos. El informe advierte, además, de que
las dosis altas de betacaroteno (suplementos relacionados con la vitamina A) pueden aumentar el riesgo de cáncer de pulmón en algunas personas. Algunos suplementos dietéticos sí son recomendables para grupos específicos, como el hierro y el ácido fólico para las mujeres embarazadas o que planean estarlo. Crédito: Lydia Zuraw vía KHN
Si puedes, da el pecho a tu bebé: es beneficioso para ambos .
La lactancia materna protege a la madre contra el cáncer de mama y a los niños contra el sobrepeso y la obesidad y, por tanto, contra los cánceres para los que el sobrepeso y la obesidad son un factor de riesgo. Crédito: Reuters / Marco Bello
Estas recomendaciones funcionan en conjunto: cada una de estas piezas forma el
rompecabezas de un estilo de vida saludable.
Tras obtener un diagnóstico de cáncer lo mejor que se puede hacer es seguir estas mismas recomendaciones.
Si te sientes perdido con estas recomendaciones puedes guiarte por
el modelo de plato de la Escuela de Salud Pública de Harvard para oobtener una alimentación equilibrada y saludable.
Una de las novedades más interesantes de este informe es
esta matriz gráfica que muestra visualmente la información sobre cómo los diferentes aspectos dietéticos, el peso corporal y la actividad física pueden estar relacionados con el riesgo de cáncer. La magnitud de la evidencia sobre la relación de cada elemento como factor causal o preventivo del cáncer se clasifica en tres categorías: pruebas escasas, probables y convincentes.