Exxon Mobil Corp y Rex Tillerson acordaron cortar todos sus lazos para evitar un posible conflicto de intereses en momentos en que el ex presidente y CEO de la compañía espera su confirmación como secretario de Estado estadounidense.
Rex Tillerson, Exxon Mobil y el jugoso acuerdo de 180 millones de dólares para evitar conflicto de interés
De ser confirmado Tillerson como nuevo secretario de Estado del gobierno de Donald Trump, el valor sus acciones en la petrolera será transferido a un fideicomiso.

Si se confirma en el Senado su nombramiento, el valor de más de dos millones de acciones diferidas de Exxon Mobil (equivalentes a unos 182 millones de dólares al precio de cierre del martes) que Tillerson habría recibido durante los próximos 10 años será transferido a un fideicomiso administrado de forma independiente, informó la firma en un comunicado.
Los premios de acciones serán cancelados y Tillerson también renunciará a su derecho a más de 4,100 millones de dólares en bonos en efectivo, que habrían sido pagados durante los próximos tres años, y otros beneficios, dijo Exxon Mobil.
Por otra parte, Tillerson también se comprometió con el Departamento de Estado a que, si es confirmado, venderá las más de 600,000 acciones de Exxon que posee actualmente, según la compañía.
Exxon dijo el mes pasado que su presidente, Darren Woods, asumirá en enero como su CEO y jefe del directorio tras la salida de Tillerson.
Pero el asunto no se cierra allí. Tillerson podría enfrentar un proceso complejo de confirmación debido a la preocupación tanto entre demócratas como republicanos sobre sus vínculos con Rusia.
El empresario nominado por el presidente electo para el cargo de secretario de Estado ha sido director al menos desde 1998 de una compañía petrolera ruso-estadounidense basada en Las Bahamas. Así lo muestran documentos filtrados por una fuente anónima al diario alemán Süddeutsche Zeitung y recojidos por el periódico The Guardian.
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En el documento de la compañía Exxon Nefttegas, figura Tillerson con base en Houston Texas, junto a otros directores y funcionarios con base en Moscú y Sakhalin, Rusia.
Tillerson, al igual que Donald Trump, no tiene ninguna experiencia en cargos públicos, algo fuera de lo común en la historia moderna de EEUU para ocupar un cargo de la talla que ocupará. Pero a falta de experiencia en el sector público, este ejecutivo de 64 años nacido en Wichita Falls, Texas, tiene un vasto recorrido de cuatro décadas en el gigante petrolero que preside a la que ingresó en 1975 como ingeniero de producción y llegó al puesto más alto.






