Maria Butina, acusada de ser espía rusa, se declara culpable de conspiración para tratar de influir en la política de EEUU
Maria Butina, mujer rusa acusada de actuar como agente para infiltrarse en el poderoso lobby a favor de las armas Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) e intentar influir en la política de EEUU, se declaró culpable de conspiración ante un tribunal federal este jueves.
Tras este acuerdo, la mujer podría ayudar a los fiscales a obtener información sobre los esfuerzos de Moscú para entrometerse en la política estadounidense.
El caso de Butina no está vinculado al llamado ' Rusiagate', que investiga el fiscal especial Robert Mueller sobre el papel de Rusia en la interferencia en las elecciones de 2016 y si la campaña de Donald Trump conspiró con Moscú para afectar el proceso.
Butina, quien fue estudiante de la American University en Washington DC y se ha mostrado públicamente a favor del porte de armas, cambió este jueves su declaración de inocente a culpable en una audiencia ante la jueza Tanya Chutkan.
La mujer de 30 años se convirtió en la primera ciudadana rusa acusada de tratar de influir como agente extranjero en la política de EEUU que acepta cooperar en un acuerdo con los investigadores de EEUU a cambio de menos tiempo en prisión.
Como parte del acuerdo de culpabilidad, Butina acordó cooperar "en forma completa" sobre asuntos considerados relevantes para el gobierno de EEUU. En los documentos de declaración de culpabilidad, los fiscales acordaron descartar un segundo cargo contra ella por violar una ley que exige que los extranjeros que trabajan para su gobierno se registren en el Departamento de Justicia.
El tribunal no estableció una fecha de sentencia en espera de la cooperación en curso de Butina con los fiscales, pero estableció otra audiencia para el 12 de febrero sobre el estado de su caso.
La acusación contra Butina
La acusación indica que Butina conspiró con un alto funcionario ruso para infiltrarse en el movimiento conservador en Estados Unidos como agente del Kremlin desde 2015. En julio de 2018 fue arrestada y acusada de actuar como agente del gobierno de Rusia y de conspirar a nombre de Moscú.
En ese tiempo, Butina viajó a conferencias para socializar con candidatos presidenciales del Partido Republicano, organizó cenas con estadounidenses ricos, se unió a líderes de la NRA y organizó una delegación rusa para tener encuentros de alto nivel en Washington DC.
Estos movimientos de Butina se produjeron en simultáneo a lo que la comunidad de inteligencia de EEUU señaló como esfuerzo concertado del gobierno ruso para afectar el proceso democrático de EEUU y ayudar a Trump, en ese entonces candidato republicano, a llegar a la Casa Blanca.
Esos esfuerzos incluyeron piratería, hackeo y filtración de correos electrónicos robados a los demócratas en plena campaña.
Los fiscales acusaron a Butina, quien estaba encarcelada en espera de juicio, de trabajar con un funcionario ruso y dos ciudadanos estadounidenses para tratar de infiltrarse en la NRA, un grupo alineado con políticos republicanos y que brindan fuerte apoyo al presidente Trump, con el fin de influir en la política de Washington hacia Moscú.
Butina admitió que buscó establecer y utilizar "líneas de comunicación no oficiales con los estadounidenses que tienen influencia sobre la política de Estados Unidos" en beneficio del gobierno ruso, dijo el fiscal Erik Kenerson.
Los abogados de Butina identificaron previamente al funcionario ruso como Alexander Torshin, miembro de la directiva del Banco Central de Rusia, como el hombre con el que Butina operó para establecer tales líneas de comunicación.
Esa institución financiera estatal que fue objeto de sanciones impuestas por el Departamento del Tesoro de EEUU en abril pasado.
Uno de los dos estadounidenses citados en la denuncia penal de la Fiscalía fue Paul Erickson, un activista político conservador que sostenía un vínculo personal con Butina. Ni Erickson ni Torshin han sido acusados por los fiscales, al menos hasta ahora. Erickson es un asesor político del Partido Republicano.
Erickson intentó que Trump se reuniera con Torshin cuando ambos asistieron a la convención de la NRA en mayo de 2016, refiriéndose a Torshin como "el emisario de Putin" en un correo electrónico a un funcionario de campaña. La campaña republicana rechazó la reunión, pero documentos enviados al Congreso muestran que Butina y Torshin se reunieron brevemente en ese evento con Donald Trump Jr., hijo del presidente.
Moscú, por su parte, ha etiquetado el caso contra Butina como "inventado" y pidió su liberación.