El cierre de gobierno terminó –por ahora– pero para algunos empleados federales la angustia continúa

Algunos de los más afectados por el cierre fueron los funcionarios de la Agencia Federal de Aviación en Puerto Rico, que ya había quedado golpeada tras el paso del huracán María. Eso hizo que los 35 días de incertidumbre fuesen aún más difíciles. Algunos funcionarios incluso consideraron dejar la isla en la búsqueda otros trabajos más estables.

El cierre de gobierno más largo de la historia llegó a su fin el pasado viernes, después de que el presidente Donald Trump accedió a las demandas de los demócratas de reabrir el gobierno federal sin fondos para un muro con México, dejando las conversaciones sobre seguridad fronteriza en el mismo lugar donde empezaron.

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¿Qué cambió? Más de 800,000 personas y sus familias sufrieron por su estabilidad económica, por su salud, su educación y su futuro, y se encuentran ahora en un lugar más inestable financieramente que antes. Fueron 35 días de estrés, angustia y de pérdidas materiales a corto, mediano y largo plazo que no serán fáciles de reemplazar.

Algunos de los más afectados fueron los controladores de tráfico aéreo y quienes apoyan sus labores vitales con servicios de mantenimiento y conocimiento técnico. Estos especialistas en seguridad aérea cumplen tareas que van acompañadas de altos niveles de estrés y que requieren que estén alerta y concentrados 100% del tiempo. De modo que la angustia extra generada el cierre los afectó considerablemente.

¿Cómo fue?

Un día antes de que terminara el cierre, el presidente de uno de dos capítulos del sindicato de Especialistas en Seguridad Aérea Profesionales de Puerto Rico, Michael Ortega, le explicó a Univision Noticias la gravedad de la situación: “Unos están trabajando sin cobrar, otros no están trabajando. Se están desesperando”.

No se trata de cualquier trabajo, además. El de Ortega es de muchísima responsabilidad: "los que mantenemos los sistemas que usan los pilotos y los controladores, los sistemas de navegación, las torres de control. Somos quienes debemos certificar estos sistemas para que el espacio aéreo sea seguro... Es de vital importancia que estén funcionando a 100%. Cada vez que se monta un avión, hay unas 250 personas, somos responsables por esas vidas”.


Ortega describió cómo los trabajadores que tenían que seguir trabajando sin paga estaban llegando al borde del agotamiento: "Nos está llegando el agua hasta el cuello... va a llegar un momento en que estaremos mental y físicamente agotados, y no podemos cometer un error".

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Y aunque por ahora el cierre terminó, Trump ha amenazado con volver a cerrar el gobierno en febrero si no recibe los 5,700 millones de dólares que pide para su muro. Toda esta angustia y dificultades económicas podrían regresar recrudecidas.

Sin ahorros

Aunque el cierre de gobierno llegó a su fin y en teoría estos trabajadores recibirán el pago que se les debe –quienes estaban suspendidos también– regresarán a trabajar, el daño financiero ya está hecho. Muchos de los trabajadores se vieron obligados a usar sus ahorros para gastos básicos, como la gasolina para ir a trabajar.

Video Trabajadores de TSA impactados por el cierre de gobierno

También enfatizan que la situación que atravesaron en la isla como consecuencia del cierre fue mucho más grave que la que vivieron otros en Estados Unidos continental. “La situación fiscal y económica no está fácil, después del huracán”, dijo Ortega, refiriéndose al huracán María que azotó Puerto Rico en septiembre de 2017. “No es sencillo buscar otro trabajo de hoy para hoy”.

Según este trabajador, como hay parejas de funcionarios en las que ninguno de los dos estaban recibiendo ningún tipo de paga por más de un mes, se vieron obligados a pedir préstamos de emergencia y usar sus ahorros. Otros comenzaron a considerar dejar el trabajo y pedir una jubilación temprana. "Esta pérdida de talento será uno de los efectos del cierre que serán más difíciles de revertir", aseguró.

"Hay mucho trabajo por hacer"

Cesar Omar Rivera es un ingeniero técnico en Puerto Rico que se encarga de hacer mantenimiento y reparación a los equipos que usan los controladores aéreos para darle señal a los aviones. Él también consideró buscar trabajo fuera de la isla.

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"La única fuente de ingreso que tengo es la agencia y llevo un mes fuera", le dijo Rivera a Univision Noticias el jueves. "Dependo completamente de la FAA (Agencia Federal de Aviación). Una probabilidad es que me toque irme de la isla, no quisiera, acá hay mucho trabajo por hacer... La situación de la isla cambió, no es el momento idóneo para encontrar un trabajo, es complicado, para la recuperación de la misma agencia. Estamos bien, pero faltan esfuerzos, hay mucho trabajo por hacer que se vio interrumpido por el cierre de gobierno".

Aviones en el aeropuerto de LaGuardia después de que se anunciara un retraso por preocupaciones de seguridad debido a la falta de personal.
Aviones en el aeropuerto de LaGuardia después de que se anunciara un retraso por preocupaciones de seguridad debido a la falta de personal.
Imagen Spencer Platt/Getty Images

Rivera es responsable de cuatro hijos, de 4, 8, 12 y 17 años. Tuvo que gastarse 5,000 dólares de ahorros que había acumulado solo para pagar lo necesario, como la renta y la escuela de los niños, que suman unos 1,500 dólares al mes. Con el salario de su esposa que trabaja en un salón de belleza pudieron pagar algo de la alimentación para la familia.

"Ellos saben la situación que está pasando el papá, que hay que abstenerse de algunas cosas... Usted sabe que los niños siempre están pidiendo cosas que quieren juguetes, dulces, comida, salir, y pues obviamente ante el panorama no se puede sacar mucho. A veces me entienden y a veces insisten, y yo vuelvo y les explico que el papá no esta trabajando y que todos tenemos que colaborar a la situación", dijo Rivera.

El técnico agregó que el personal de la FAA se llegó a reducir en aproximádamente "un 60% o más", ya que quienes hacen trabajo directo y tangible con el avión continuaron trabajando, pero el personal que los apoya se redujo a la mitad. Aunque Rivera dice que la agencia ha sido responsable, "la seguridad aérea está más en riesgo que antes del cierre".