El gobierno de Estados Unidos está en proceso de desmantelarse a sí mismo.
Trump se propone crear un EEUU que los estadounidenses nunca han vivido: un país con un gobierno mínimo
El objetivo de Trump de reducir el Gobierno podría dar como resultado un Estados Unidos que los estadounidenses nunca ha conocido. Un país en que las fuerzas económicas del libre mercado operan sin ninguna rendición de cuentas al público.

El presidente Donald Trump ha ordenado al Poder Ejecutivo que “reduzca significativamente el tamaño del gobierno”. Eso incluye profundos recortes en la financiación federal de la investigación científica y médica, y la congelación de subvenciones y préstamos federales para empresas. Ha ordenado la revocación o eliminación de regulaciones sobre las compañías de seguros médicos y otras empresas, y ha buscado despedir a miles de empleados federales.
Esas son solo algunas de las docenas de órdenes ejecutivas que buscan deconstruir el gobierno.
Más de 70 demandas han desafiado esas órdenes por ilegales o inconstitucionales. Mientras tanto, el caos resultante está impidiendo que el gobierno lleve a cabo sus funciones cotidianas.
La administración despidió accidentalmente a funcionarios públicos que eran responsables de salvaguardar las armas nucleares del país, prevenir una epidemia de gripe aviar y supervisar el suministro de electricidad de la nación.
Un funcionario de la Administración de Veteranos le dijo a NBC: “Está provocando parálisis y no se está haciendo nada”. Un portavoz de un programa nacional que proporciona comidas a personas mayores, Meals on Wheels, que el gobierno ayuda a financiar, dijo: “La incertidumbre en este momento está creando caos para los proveedores locales de Meals on Wheels, que no saben si deberían servir comidas hoy”.
Nuestro reciente libro, “How Government Built America”, muestra por qué el objetivo de la administración de eliminar el gobierno podría dar como resultado un Estados Unidos que la gente del país nunca ha experimentado, uno en el que las fuerzas económicas del libre mercado operan sin ninguna rendición de cuentas al público.
Una combinación de regulación y libertad
La economía de Estados Unidos comenzó en la era colonial como una mezcla de regulación gubernamental y fuerzas del mercado, y ha permanecido así desde entonces.
La historia muestra que, sin la regulación gubernamental, los mercados, abandonados a su suerte, han empobrecido al país, han causado la muerte a miles de personas, han aumentado la desigualdad económica y han dejado a millones de estadounidenses sumidos en una pobreza desesperada, entre otros males económicos y sociales.
Por ejemplo, aproximadamente 23,000 personas murieron por lesiones en el lugar de trabajo en 1913. En 2023, esa cifra fue de solo 5,283, en gran medida porque la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional comenzó a regular la seguridad en el lugar de trabajo en 1971. De manera similar, la tasa de muertes en accidentes de tráfico por milla recorrida ha disminuido un 93% desde 1923, lo que se puede atribuir principalmente a las formas en que el gobierno ha hecho que los vehículos y las carreteras sean más seguros.
La financiación y la regulación gubernamentales han producido innumerables beneficios económicos para el público, incluido el lanzamiento de muchas iniciativas que luego fueron capitalizadas por el sector privado. La financiación gubernamental permitió obtener una vacuna contra el covid-19 en un tiempo récord, muchas de las tecnologías (GPS, pantallas táctiles e internet) que son fundamentales para el funcionamiento del teléfono móvil que llevamos en el bolsillo y el sistema de carreteras que permite viajar por todo el país.
La gestión gubernamental de la economía ha evitado las recesiones económicas y ha permitido una recuperación más rápida cuando se han producido. Las regulaciones gubernamentales impiden que las empresas privadas incurran en conductas económicas imprudentes que perjudican a todo el mundo, como ocurrió en 2008, cuando las lagunas en las normas y su aplicación permitieron al sector bancario invertir en los mercados miles de millones de dólares en instrumenros sin valor. A continuación, el gobierno gastó miles de millones de dólares para evitar el colapso de los principales bancos y estimular la recuperación económica del país.
Más recientemente, en respuesta a la pandemia, el gobierno gastó miles de millones para mantener la salud de la economía.
Los alimentos y el agua son seguros porque la Administración de Alimentos y Medicamentos y la Agencia de Protección Ambiental actúan para proteger a las personas de enfermarse.
Gracias a la ayuda del gobierno, los estadounidenses pueden tomar con seguridad los medicamentos que les recetan los médicos para mejorar su salud. Pueden depositar dinero en cuentas corrientes y de ahorro con la tranquilidad de saber que la Corporación Federal de Seguro de Depósitos y la Administración Nacional de Cooperativas de Crédito reducen la probabilidad de que el banco o la cooperativa de crédito quiebren, y garantizan que no perderán todo si surgen problemas.
La Comisión Federal de Comercio trabaja para garantizar que la publicidad que ven los estadounidenses no sea engañosa, y la Comisión de Bolsa y Valores se asegura de que las empresas en las que la gente invierte no hagan afirmaciones falsas sobre sus perspectivas financieras.
Los estadounidenses saben que sus hijos pueden recibir una educación pública gratuita y préstamos estudiantiles para la universidad o escuelas técnicas para progresar económicamente. Y el gobierno ha ayudado a millones de estadounidenses a pagar la vivienda, la comida, la atención médica y otras necesidades de la vida, incluso si trabajan a tiempo completo o no pueden hacerlo debido a la edad, la enfermedad o la discapacidad.
No ha sido perfecto, claro
Es cierto que hay gastos innecesarios: hasta 150,000 millones de dólares al año en pagos erróneos. Es mucho dinero, pero es una pequeña fracción (apenas el 2.2 %) de los 6.75 billones (trillion en inglés) de dólares que el gobierno federal gastó en el año fiscal 2024.
Y el gobierno tampoco siempre ha sido una fuerza positiva en la sociedad. Durante mucho tiempo el gobierno federal ayudó e instigó la esclavitud y luego la segregación racial. También codificó el tratamiento de las mujeres como ciudadanas de segunda clase y discriminó a los miembros de la comunidad LGBTQ.
Sin embargo, el gobierno ha abordado estas fallas a medida que la comprensión de la igualdad de los estadounidenses ha evolucionado. Durante el siglo pasado, los derechos de las mujeres, los grupos de minorías raciales y étnicas y las personas con una variedad de sexualidades e identidades de género han sido reconocidos en enmiendas constitucionales, leyes federales, leyes estatales y decisiones de la Corte Suprema.
Las respuestas no siempre han sido inmediatas, pero el presidente y el Congreso han abordado los errores de política y la administración incompetente haciendo los ajustes apropiados a la combinación de gobierno y libre mercado, a veces a instancias de casos judiciales y más a menudo a través de la acción del Congreso.
Sin embargo, hasta ahora, nunca ha sido política del gobierno cerrar por completo el gobierno quitando fondos a agencias como la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional o amenazando con hacerlo con la Oficina de Protección Financiera del Consumidor y el Departamento de Educación.
Muchos votantes de Trump citaron factores económicos como motivación para su apoyo. Nuestro libro documenta cómo las políticas apoyadas por ambos partidos políticos, en particular la globalización, que llevó a la masiva movilización de empleos manufactureros que se fueron al extranjero, contribuyeron a las dificultades económicas que muchos estadounidenses enfrentan.
Pero, basándonos en la historia de cómo el gobierno construyó Estados Unidos, creemos que la manera más eficaz de mejorar las perspectivas económicas de esos y otros estadounidenses no es eliminar porciones del gobierno por completo. Más bien es adoptar programas gubernamentales que creen oportunidades económicas en áreas desindustrializadas del país.
Estos problemas, la desigualdad económica y la pérdida de oportunidades, fueron causados por la respuesta del libre mercado a la falta de acción gubernamental, o a una acción insuficiente o mal dirigida. No se puede esperar que el mercado arregle lo que ha creado. Y los mercados no responden ante el pueblo estadounidense. El gobierno sí, y puede tomar medidas.
* Sidney Shapiro, profesor de Derecho, Universidad Wake Forest
* Joseph P. Tomain, p rofesor de Derecho, Universidad de Cincinnati
Declaración de divulgación: Sidney Shapiro está afiliado al Centro para la Reforma Progresista.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Puedes leerlo en inglés en este enlace.
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