Las razones por las que ser un abrazaárboles no es un insulto

En el pasado se ha utilizado a menudo la expresión abraza-árboles para descalificar o hacer burla de personas o ‘hippies’ que defienden la naturaleza, pero nuevos argumentos muestran lo contrario.

Nepalese school children hug trees in a bid to set a new world record for the largest tree hug as they celebrate World Environment Day in the forest of Gokarna village, on the outskirts of Kathmandu on June 5, 2014. Two thousand and one Nepalese students hugged trees in a park north-east of Kathmandu in a bid to set a new world record for the largest tree hug. Previous record of the largest tree hug record was set in July 2013 in the US when 936 people hugged trees. AFP PHOTO/Prakash MATHEMA (Photo credit should read PRAKASH MATHEMA/AFP/Getty Images)
Nepalese school children hug trees in a bid to set a new world record for the largest tree hug as they celebrate World Environment Day in the forest of Gokarna village, on the outskirts of Kathmandu on June 5, 2014. Two thousand and one Nepalese students hugged trees in a park north-east of Kathmandu in a bid to set a new world record for the largest tree hug. Previous record of the largest tree hug record was set in July 2013 in the US when 936 people hugged trees. AFP PHOTO/Prakash MATHEMA (Photo credit should read PRAKASH MATHEMA/AFP/Getty Images)
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En el pasado se ha utilizado a menudo la expresión abraza-árboles para descalificar o hacer burla de personas o ‘hippies’ que defienden la naturaleza y establecen una relación muy personal con ella.

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Sin embargo, algunos estudios confirman que tener una cercanía directa con los bosques y una interacción constante con la naturaleza solo redunda en beneficios físicos y mentales sino también en una mejor educación y protección ambiental.

De hecho, lo contrario a esto ha sido descrito como el trastorno por déficit de naturaleza y ya hay médicos que prescriben visitas a áreas protegidas para mejorar el ánimo y el ritmo cardíaco de sus pacientes.

El eminente biólogo Edward O Wilson, padre del concepto de Biodiversidad, llamó a la afinidad con la naturaleza la "biofilia" y la calificó como un arma para tener una mente curiosa y un cuerpo sano.

Entre las principales razones que hacen de la práctica de abrazar la naturaleza cada vez más apetecible (y por ende, menos criticable o deplorable) está el bienestar físico e inmediato que provoca. Esto es algo que no solo se ha dicho y publicado sino que las personas reportan de manera menos científica cada vez que toman vacaciones a áreas naturales.

Desde el 2014, el autor Matthew Silverstone había alertado en su libro Blinded by science que los árboles mejoran muchos problemas de salud como: Las enfermedades mentales, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), los niveles de concentración, los tiempos de reacción, la depresión y la capacidad de aliviar los dolores de cabeza.

A Nepalese school child hugs a tree in a bid to set a new world record for the largest tree hug as they celebrate World Environment Day in the forest of Gokarna village, on the outskirts of Kathmandu on June 5, 2014. Two thousand and one Nepalese students hugged trees in a park north-east of Kathmandu in a bid to set a new world record for the largest tree hug. Previous record of the largest tree hug record was set in July 2013 in the US when 936 people hugged trees. AFP PHOTO/Prakash MATHEMA (Photo credit should read PRAKASH MATHEMA/AFP/Getty Images)
A Nepalese school child hugs a tree in a bid to set a new world record for the largest tree hug as they celebrate World Environment Day in the forest of Gokarna village, on the outskirts of Kathmandu on June 5, 2014. Two thousand and one Nepalese students hugged trees in a park north-east of Kathmandu in a bid to set a new world record for the largest tree hug. Previous record of the largest tree hug record was set in July 2013 in the US when 936 people hugged trees. AFP PHOTO/Prakash MATHEMA (Photo credit should read PRAKASH MATHEMA/AFP/Getty Images)
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“Hasta que intente abrazar el árbol, tendrá dificultades para entender los fuertes sentimientos de interconexión entre usted y el árbol. Algunos abrazadores de árboles sienten una conexión espiritual”, expresaba en ese texto.

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Estudios como el hecho en 2008 por el Instituto Nacional de Salud Mental de Canadá en conjunto con las universidades de Michigan y Stanford que aseguran que “pacientes con depresión clínica demostraron mejor desempeño de memoria después de un paseo en la naturaleza, en comparación con un paseo en un entorno urbano ocupado” le dieron un poco de razón. Este análisis fue publicado en la revista Psychological Science y detalla que para que sea útil, esta interacción debe ser de al menos una hora.

Además, otro estudio publicado en 2015 en Bioscience por un equipo interdisciplinario de especialistas, demostró que las comunidades más expuestas a la naturaleza, son más seguras y mejor unidas. Es decir, el incremento en exposición de las personas a la naturaleza en sus vecindarios es indicativo de comunidades con menor crimen, con mejores interacciones sociales y comunitarias, aún en sitios con deprivación socioeconómica que, se conoce, tiene el efecto contrario sobre la tasa de crímenes.

El contacto con la naturaleza también tiene un importante rol sobre nuestro sistema inmune. Un estudio por la investigadora de comportamiento y medio ambiente Ming Kuo de la universidad de Illinois, publicado en 2015, explica que pasar tiempo entre la naturaleza nos protege contra una gran variedad de males -inculyendo depresión diabetes, enfermedades caridovasculares, ADHD, cáncer y muchas más- y que esto ocurre es por la capacidad de la naturaleza en reforzar nuestro sistema inmune. Y lo describe con esta analogía: “La naturaleza no tiene uno o dos ingredientes activos. Es más como un multivitamínico que nos provee todos los tipos de nutrientes que necesitamos”

Según sus conclusiones, esto sucede porque la naturaleza nos pone en un estado de ‘relajación y digestión’ que le permite al cuerpo cumplir bien sus funciones, contrario a cuando estamos estresados. También aclara que si bien esto también nos sucede cuando practicamos cualquier actividad que nos resulte placentera, como jugar al ajedrez o visitar una galería de arte, estas otras no nos proveen algunos beneficios fundamentales como el sol que nos ayuda a producir vitamina D, los iones negativos del aire, y otros ‘ingredientes activos’ que sí nos provee la naturaleza.

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El segundo argumento es más educativo y si se quiere, ético y hasta económico. Mientras tiene lugar mucha discusión sobre cómo abordar el cambio climático inducido por el ser humano, atreverse a abrazar un árbol significa que esta persona elige tener un contacto así con la naturaleza: sin intermediarios.

Esto significa que probablemente no solo establezca un pacto de mayor conciencia y responsabilidad ante la problemática ambiental actual sino que genere y participe con acciones puntuales por protegerla para las futuras generaciones.

Mientras lo hace, además, está claro que con sus acciones va a trasmitir y contagiar a otros su sentimiento de bienestar y su pasión por la conservación, especialmente a los niños.

El valor educativo de abrazar árboles ya se ha adoptado en algunos centros del mundo.
El valor educativo de abrazar árboles ya se ha adoptado en algunos centros del mundo.
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Según educadores del Smithsonian Institute, hoy día se piensa que abrazar un árbol es educativo pues es un acto de humildad humana que permite desarrollar un mayor respeto por estos y otros seres vivos. Además es una interacción que abre portillos para despertar preguntas sobre cuánto dependemos de los árboles: de cómo nos dan oxígeno y limpian el dióxido de carbono de las atmósfera, de cómo nos proporcionan refugio, alimento, fibra y ayudan a prevenir la erosión. Esta práctica es cada vez más recomendada y popular en centros educativos de todo el mundo.

Según afirmaba FAO en la campaña de los años 90, si se le pusiera valor económico a todos los beneficios que recibimos de los árboles, cada uno valdría miles de dólares. Por ello, esta misma organización hoy invita a reflexionar al respecto con su nueva campaña “Cómo el bosque te energiza”, donde alienta a las personas a grabar videos de 30 segundos hablando de su propia experiencia.

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“Los bosques son la potencia de la naturaleza”, explica FAO. Es por ello que darles un abrazo es conectarnos con esa potencia, agrega la publicación especializada Tree Hugger.