La semana pasada tuve el honor y privilegio de participar en el show Al Punto con Jorge Ramos. La discusión se centró alrededor del tema de las mujeres. ¿Qué queremos las mujeres jóvenes latinas? ¿Cuales son los asuntos que más nos importan? Y ¿cómo es diferente mi generación de mujeres jóvenes latinas a la de las generaciones de nuestras madres y abuelas?
Somos producto de mujeres luchadoras
“Independientemente del precandidato al que apoyemos, las mujeres estamos votando con la cabeza y con la conciencia”.


No cabe duda de que las mujeres jóvenes latinas somos independientes, fuertes, emprendedoras y no tenemos miedo de ir en contra deel pensamiento o la opinión de la gente a nuestro alrededor. Tenemos acceso a mucha más información que generaciones anteriores, sabemos lo que queremos y estamos dispuestas a luchar para conseguirlo. Hablamos directo y sin pelos en la lengua.
Crecimos con madres y abuelas luchadoras que no la tuvieron fácil, y que trabajaron duro por tener derecho a la educación y para ser tomadas en serio en ambientes que tradicionalmente solo los hombres ocupaban. Nuestras madres y abuelas dieron todo para abrir el camino de manera que nosotras creciéramos con las mejores oportunidades y la mejor educación.
Fueron ellas las que sufrieron los comentarios machistas de la época porque el pensamiento predominante era que las mujeres debían quedarse en casa a criar a los hijos y a cocinarle a su esposo. Y no me malentiendan, no hay nada malo con ser ama de casa, pero no es lo único para lo que las mujeres somos buenas.
En mi caso, mi bisabuela, mi abuela y mi madre cumplieron las dos funciones: ellas fueron las encargadas de la casa y las que trabajaron para que tuviéramos que comer. Ellas nadaron contra la corriente y salieron adelante. Yo soy producto de su lucha colectiva y de su herencia de trabajo duro, de perseverancia y fortaleza.
Durante el segmento de Al punto la semana pasada, discutimos estadísticas sobre el nivel de apoyo para Donald Trump entre las mujeres y el nivel de apoyo de Hillary Clinton. Los números demostraron mayor apoyo para la Secretaria Clinton que para Trump. Y llegó la pregunta que siempre nos hacen: ¿por qué? ¿Que si apoyamos a Clinton por ser mujer o apoyamos a Clinton por ir en contra de Trump? Esta línea común de preguntas me enfurece porque hace muchas suposiciones incorrectas.
El apoyo de las mujeres hacia Hillary no está solo basado en los insultos de Trump hacia nuestras hermanas, hijas, madres y abuelas; o en sus insultos a los latinos y musulmanes. Sino también está basado en un análisis lógico de las políticas de los dos líderes precandidatos y una creencia firme en que Hillary Clinton va a luchar por nosotras y que la plataforma que ella presenta va a mejorar nuestras vidas. La mayoría de mujeres apoyamos a Hillary por muchas razones, incluyendo el hecho de ser la persona que hará el mejor trabajo en el puesto.
Verdaderamente, las mujeres nos preocupamos por los mismos temas que el resto del electorado. Sí, queremos políticas que nos beneficien a nosotras y a nuestras familias, queremos y merecemos igualdad salarial, acceso a educación a temprana edad para los niños y el derecho a tomar decisiones sobre nuestra salud sin interferencia del gobierno.
Pero también queremos una economía fuerte; queremos que la educación universitaria sea más barata para que esté al alcance de todos y para que nuestros hijos no se endeuden; queremos que nuestro aire y nuestra agua estén limpios para que nuestros hijos, sobrinos y amigos no se mantengan enfermos de asma u otras enfermedades pulmonares. Las mujeres, como el resto del electorado, tenemos mucho que tomar en consideración al decidir a quién le damos nuestro voto.
La generación de nuestras madres y abuelas, y sí, también de Hillary Clinton, de Dolores Huerta y muchas otras grandes líderes, rompió barreras para nosotras, y crió a mujeres valientes y chingonas que sabemos que todo es posible y que exigimos que nuestras opiniones sean tomadas en cuenta y valoradas. Como dijo Astrid el domingo, somos producto de mujeres luchadoras.
Las mujeres jóvenes latinas no somos una población homogénea. Al contrario, somos individuales y nos enorgullecemos de nuestras diferencias. Nosotras rompemos todos los esquemas y las suposiciones. Es por eso que debemos luchar contra la mentalidad que asume que las mujeres estamos votando a ciegas o que estamos votando con el vientre o con el hígado. Independientemente del precandidato al que apoyemos, las mujeres estamos votando con la cabeza y con la conciencia.
Por mi parte, es claro que yo estaré votando por Hillary Clinton. Sí, Hillary es una excelente líder y un ejemplo a seguir para todas nosotras. Y sí, tener una mujer presidente sería un hecho histórico que marcaría un momento importante en la historia de nuestro país y del mundo. Pero Hillary también es la persona más calificada para el puesto y quien tiene la plataforma que más nos beneficiará.
A pesar de nuestras diferencias, las mujeres y las jóvenes latinas compartimos historia y lucha. Y aunque sé que las preguntas que enumeré en esta pieza no son de mala fe, la realidad es que vienen cargadas de sexismo y machismo que no tienen lugar en estas elecciones y que no sientan bien a nuestra generación de mujeres latinas independientes y fuertes.
Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.







