Luis Carlos Díaz: Tres retos del periodismo digital en Venezuela

Por Luis Carlos Díaz, @LuisCarlos , periodista glocal, tejedor de redes, tecnologías e infociudadanía
El caudal de votos que quebró la historia del chavismo el pasado 6 de diciembre estuvo acompañado de otro quiebre: la televisión venezolana decidió hacer silencio e incluso sacar del aire a la mayoría de las voces opositoras, mientras que Internet se erigió nuevamente como el oasis informativo para la ciudadanía sedienta de certezas durante una campaña intensa.
Con un nivel de participación digital impresionante, que desafió al ancho de banda más lento de Sudamérica, los infociudadanos venezolanos no dejaron de conversar, denunciar y compartir información durante toda la jornada.
Quedan tres retos por superar en la tarea de hackear el periodismo:
Alianzas poderosas
En los últimos años la Internet venezolana se ha llenado de páginas informativas, en su mayoría dirigidas y conformadas por periodistas expulsados de los medios tradicionales comprados por el chavismo, o emprendedores que buscan fortalecer marcas nuevas e independientes con capitales semillas.
Un periodista venezolano gana en el mercado paralelo entre 10 y 30 dólares mensuales, lo que permite mantener una redacción a bajo costo si se cuenta con financiamiento en divisas.
Sin embargo, un elemento que se repite en los nuevos portales digitales es que compiten por la atención de más o menos el mismo tipo de público.
Ese público tiene cada vez menos medios tradicionales a los cuales recurrir para obtener información libre e independiente, pero tampoco cuenta con tanto tiempo libre para ir sorteando de una página a otra a fin de saber qué es lo realmente importante que necesita saber para estar informado.
En ese sentido, hay iniciativas bastante interesantes en Venezuela para que los medios hagan alianzas.
Así un reportaje de investigación de Armando.info puede aparecer por entregas en el semanario impreso Tal Cual y además ser compartido por el portal más conocido Runrun.es. O se puede recabar y procesar data compleja con la colaboración de varios medios.
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Caso similar ocurre con la cobertura local que se hizo de denuncias de abusos electorales que levantó ElPitazo.com, y que además contaban con el aval de la ONG anticorrupción Transparencia Venezuela, cuya cuenta @NoMasGuiso tiene un caudal de seguidores interesados en el tema.
Sin mezquindades es posible lograr un “sentido común” o un centro de informaciones relevantes, porque en el mundo digital no hay tanta fidelidad de marca, el consumo es fugaz y debe diseñarse para satisfacer rápidamente la necesidad informativa de los lectores.
¿Qué punto falta en esta ecuación? Volver a conectar los medios de nichos digitales con espacios masivos de comunicación, como la televisión o la radio. El portal de análisis político Prodavinci.com lo ha resuelto muy bien con una sección fija en radio y algunos eventos en teatros.
Se necesitan más alianzas. La idea es reempaquetar esta información de calidad en formatos de consumo masivo, los pocos que queden burlando el control oficial.
Construir lenguajes propios
Otra característica de la cobertura periodística electoral en Venezuela es que fue la primera vez que estos periodistas en medios nuevos se probaban a sí mismos en la lógica del tiempo real y la producción continua de información que exige una web.
Para muchos el trabajo se centró en mantener la rutina de los medios tradicionales y publicarla en web: noticias, reportajes, crónicas, entrevistas y artículos de opinión.
Aún queda mucho terreno para explorar en narrativas transmedia, porque hasta el multimedia es un poco del pasado.
Además del texto, se necesitan links, antecedentes, animaciones, infografías, imágenes, videos, audios y estructuras narrativas propias de Internet que permitan evolucionar los formatos ya conocidos.
Además, la colaboración con lectores y usuarios, que tienen poder e influencia propia, es fundamental.
Medios para jóvenes
Por último, si se habla de emprendedores, medios nuevos, reempaquetar productos y seducir audiencias, el reto más grande es conectar con jóvenes, que son el público mayoritario en Internet y para los cuales la información política puede ser irrelevante.
Para la elección del 6 de diciembre, más de un millón de jóvenes en edad de votar no estaban ni siquiera inscritos en el registro electoral.
Esa es la frontera menos explorada y que se alimenta de información política por memes en Twitter y páginas de Facebook que ocasionalmente muestran algunas piezas llamativas.
Pero de resto, la generación de insumos debería pensar en los códigos de los más jóvenes, no solamente por la urgencia de la vinculación y la formación en ciudadanía que tantos años de control totalitario de la vida pública han atrofiado en Venezuela, sino porque también serán los decisores de los próximos mandatarios.
Quien apunte a ese segmento con asertividad, se ganará el premio mayor: su sostenibilidad en el futuro.
Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.