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El cruel uso de migrantes como peones políticos

"...Cuando por fin lograron cruzar a Estados Unidos para solicitar asilo político, unas personas sin escrúpulos les engañaron vilmente para que viajaran a Martha’s Vineyard, Massachussetts, muy lejos de donde deberán reportarse ante un juez de inmigración".
Opinión
Director de Integración de Redes y Multiplataformas y Redactor Jefe de Televisa Univision.
2022-09-19T12:15:59-04:00
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"La forma en que una nación trata a los más vulnerables, incluyendo a los inmigrantes, define el carácter de esa nación". Crédito: Jose Luis Magana/AP

Viajaron durante meses por los pueblos y selvas de Centroamérica y México para escapar del régimen tiránico de Nicolás Maduro. Se expusieron a la inclemencia del tiempo, a las enfermedades, a los traficantes humanos y funcionarios corruptos a los que tuvieron que sobornar y, en algunos casos, a los robos y abusos sexuales. Cuando por fin lograron cruzar a Estados Unidos para solicitar asilo político, unas personas sin escrúpulos les engañaron vilmente para que viajaran a Martha’s Vineyard, Massachussetts, muy lejos de donde deberán reportarse ante un juez de inmigración.

La burda manipulación de estos migrantes fue obra de Ron DeSantis, el ambicioso gobernador de la Florida que aspira a ser presidente. Para ello, prefiere las farsas politiqueras a la presentación y discusión de planes e ideas sobre cómo promover el bienestar y la coexistencia civilizada de los ciudadanos. Lo suyo es usar fondos de los contribuyentes floridanos para ir a buscar a solicitantes de asilo, que entraron legalmente al país, a la frontera de Texas, llevarlos brevemente en avión a algún lugar de la Florida y luego arrojarlos como si fueran balas a una jurisdicción que él creía gobernada por sus rivales demócratas, aunque en realidad a Massachussetts lo gobierna el republicano Charlie Baker.

Lo suyo es arrestar en una redada matutina con mucha fanfarria a una veintena de infelices miembros de minorías étnicas, expresidarios todos que habían pagado su deuda con la sociedad, y exhibirles como supuestos ejemplos de “fraude electoral”, solo para que luego descubriésemos que su propio gobierno estatal les había autorizado a votar en las elecciones. Lo suyo es el gerrymandering o resideño oportunista de los distritos electorales para restarles poder de decisión a votantes afroamericanos e hispanos. En este modelo de aspiración y ejercicio del poder, la crueldad contra personas vulnerables es el objetivo y el mensaje.

Y DeSantis no es una excepción. Antes que él, los gobernadores republicanos de Texas, Greg Abbott, y de Arizona, Doug Ducey, habían enviado miles de migrantes a estados y ciudades gobernados por rivales demócratas, sin previo aviso y sin la más mínima intención de coordinar con funcionarios locales o activistas cívicos. Al hacerlo, usaban el modelo de crueldad y manipulación de seres humanos que habían aprendido de Donald Trump, modelo basado en la idea primitiva de que es más fácil conseguir el poder enfrentando a unas personas contra otras y fomentando el odio y la mala uva.

Estos politicastros no recurrirían a la barbarie si no contaran con el apoyo de muchos de nuestros compatriotas estadounidenses. Son, en realidad, un reflejo del divisionismo, la inseguridad, el resentimiento, el racismo y la xenofobia que se han acumulado en el país a través de los años. En el colmo de la incongruencia, cuentan o con el beneplácito incluso de algunos inmigrantes y descendientes de inmigrantes y refugiados políticos, como es el caso de algunos de mis compatriotas, ay, cubanoamericanos, quienes han comparecido junto con DeSantis frente a las cámaras de televisión para justificar la sevicia.

Se dice que en los planes originales del gobierno de DeSantis estaba la expulsión de la Florida de cubanos que estuvieran ingresando por la frontera de México. Pero una aparente indiscreción de su vicegobernadora, la cubanoamericana Jeanette Núñez, disparó las alarmas, cuando el mes pasado dijo que planeaban enviar “cubanos ilegales” a Delawere, el estado del presidente Joe Biden. De Santis se abstuvo de hacerlo probablemente por temor al rechazo de votantes cubanoamericanos, una fuerza electoral importante en la Florida. Pero sus correligionarios Abbott y Ducey no han vacilado en “deportar” de sus estados a cubanos recién llegados, hombres, mujeres y niños que huyeron del mismo régimen despótico y brutal del que escapamos muchos de nosotros.

Los tres gobernadores republicanos defienden el atropello que cometen con seres humanos indefensos señalando la afluencia diaria de centenares de migrantes por la frontera con México y los problemas sociales y económicos que esto acarrea en los estados fronterizos, entre los que no está, por cierto, la Florida. Su queja sin duda merece un análisis serio y ponderado. Es, de hecho, un tema de debate nacional desde hace décadas. Y figura como asunto importante en todas las elecciones nacionales. Pero no justifica el uso irresponsable de personas vulnerables que en esencia huyen de la pobreza, el desempleo y los malos gobiernos, es decir, de lo mismo que huyeron los antepasados de los tres gobernadores abusadores.

La forma en que una nación trata a los más vulnerables, incluyendo a los inmigrantes, define el carácter de esa nación.
Podemos dejar que lo definan, con su crueldad, gente como DeSantis, Abbott y Ducey. O podemos escoger a gobernantes más responsables y humanos. Está en nuestras manos de votantes.

Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.

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