Dos años de Biden

El presidente más longevo en la historia de Estados Unidos cumplió dos años en la Casa Blanca. Joe Biden llegó a ella en medio de profundas crisis y propulsado por tantas promesas, que no es fácil hacer el balance de su desempeño. Pero vale la pena intentarlo, aunque solo sea para no dejarle a él solo esa tarea cuando este martes pronuncie su segundo discurso sobre el estado de la Unión estadounidense.

Del lado positivo, Biden se valió de su larga experiencia legislativa y como vicepresidente para obtener logros extraordinarios en la lucha contra la pandemia de covid-19 y la contaminación ambiental y a favor de revivir la manufactura en el país. Y lo hizo a pesar de tener una minoría precaria en el Senado.

Poco después de arribar al poder, Biden consiguió que los demócratas del Congreso aprobaran el Plan de Rescate de EEUU (American Rescue Plan), el cual invirtió casi dos trillones de dólares en acelerar la recuperación económica como respuesta a la pandemia. Esta medida expandió los beneficios de desempleo, ofreció créditos de 2000 dólares por hijo menor de edad, extendió los créditos de impuestos sobre los ingresos, envió 350,000 millones de dólares en asistencia a los estados e invirtió en la educación, las viviendas, el cuidado de salud, el transporte, la seguridad cibernética y la lucha contra el covid, para la que se dispusieron pruebas, vacunas y tratamientos gratis.

A fines de 2021, Biden logró que demócratas y republicanos aprobaran la Ley de Inversión y Trabajos para la Infraestructura, un plan con el que soñaron, pero nunca lograron, todos los presidentes anteriores con la excepción de Eisenhower. Invertirá tres trillones de dólares en renovar carreteras, puentes, puertos. aeropuertos e internet. Y en el proceso creará decenas de miles de empleos, algunos de ellos en el sector del medio ambiente. Muchos ya se han materializado.

Biden también humanizó el trato a millones de inmigrantes que se encuentran en el país, tanto a los regulares como a los irregulares. Les puso fin a las redadas indiscriminadas en vecindarios y centros de trabajo. Reunificó a cientos de familias a las que había separado en la frontera de México el gobierno del presidente Trump. Eliminó la onerosa carga pública, que castigaba a los extranjeros que recibieran ayuda del gobierno federal o de cualquier gobierno estatal o local. También aumentó de 11,840 a 125,000 la cuota anual de refugiados que acepta EEUU y creó cuotas especiales para refugiados de Afganistán, Ucrania, Cuba, Venezuela, Nicaragua y Haití. Y en un principio flexibilizó la política de asilo, a lo que dio marcha atrás por la avalancha migratoria en la frontera.

En política exterior, su mayor logro ha sido crear y mantener una extraordinaria coalición de democracias que apoyan económica, militar y humanitariamente a Ucrania ante la brutal agresión rusa. Y rectificó asimismo la absurda política de confrontación pública de los aliados democráticos de la que abusó Trump.

Precisamente en política exterior comienzan los fracasos importantes de Biden como presidente. A fines de febrero de 2020, ordenó una retirada de las fuerzas armadas de EEUU en Afganistán que resultó desastrosa. 13 soldados estadounidenses y centenares de afganos murieron durante la operación. Y los talibanes consolidaron su control totalitario del país.

Biden presentó un proyecto de reforma migratoria integral tan pronto llegó a la Casa Blanca. Pero nunca ha logrado que lo adopte el pleno del Congreso. Ha defendido sistemáticamente a cientos de miles de jóvenes soñadores a quienes DACA protege de la deportación y brinda la oportunidad de estudiar y trabajar en EEUU. Pero tampoco ha conseguido que la mayoría de los congresistas formalicen el estatus de estos “dreamers” y de sus familiares.

La Casa Blanca dice que Biden intenta complementar su previamente adoptado plan de infraestructura con otro de “infraestructura humana”. Pero este intento se ha topado con una sólida pared de oposición republicana y de demócratas conservadores. El presidente no ha logrado que se apruebe su propuesta de dos años de college comunitario gratis, iniciativa favorita de su esposa, Jill Biden. Ante la oposición republicana, tampoco ha logrado destrabar su orden ejecutiva de perdonar gran parte de la deuda que tienen millones de universitarios. Ni ha conseguido expandir el programa de “family leave”. Biden propone que las mujeres gocen de más días de permiso de maternidad, que los militares dispongan de 12 semanas sean hombres o mujeres y que se expanda la ayuda para la atención infantil.

Biden probablemente ha logrado en dos años más que cualquier otro mandatario desde Lyndon B. Johnson. Pero en las encuestas de opinión está en terreno negativo. Esto en parte se debe a que los estadounidenses resienten los altos precios que tienen que pagar por casi todo debido a la persistente inflación, la enemiga principal de su presidencia.

Las medidas para frenar la inflación parecen estar surtiendo efecto. Pero lo más probable es que Biden no coseche nuevos triunfos legislativos de envergadura durante los dos años que le quedan en la Casa Blanca. Se lo impedirán la férrea resistencia republicana en la Cámara baja y las exigencias de la contienda presidencial de 2024 en la que, al parecer, planea buscar la reelección.

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