null: nullpx
Logo image

Cómo ayudar a los refugiados del desastre en Afganistán

"Estados Unidos y sus aliados democráticos fracasaron en el intento encomiable de consolidar una democracia en Afganistán. Pero aún están a tiempo de mitigar las consecuencias de ese colosal fracaso con la ayuda oportuna y generosa a las víctimas afganas".
Opinión
Miembro del equipo de política de Univision.
2021-08-23T13:21:51-04:00
Comparte
Default image alt
Un grupo de refugiados afganos esperan en la pista del aeropuerto de Kabul su salida de Afganistán el 16 de agosto de 2021. Crédito: WAKIL KOHSAR/AFP via Getty Images

Se ha dicho que los refugiados son sobrevivientes de las catástrofes de la historia que pueden ayudar a construir un futuro mejor en los países que los acogen. Es bueno tenerlo en cuenta ahora que la recaída de Afganistán en manos del Talibán está creando decenas de miles de refugiados. Por su intervención de más de dos décadas en ese país, Estados Unidos tiene la mayor responsabilidad en asistir a los refugiados afganos. Pero lo cierto es que no podrá acogerles a todos. Los afganos necesitarán la solidaridad de otras naciones, preferiblemente las democráticas, estables y prósperas, que estén dispuestas a extenderles la mano amiga que necesitan.

Los primeros en necesitarla son las decenas de miles de mujeres y hombres afganos que arriesgaron sus vidas para ayudar a los militares de Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia, Alemania y otros países durante la guerra de 20 años contra el terrorismo. La Casa Blanca, el Departamento de Estado y el Pentágono estiman que más de 300,000 civiles afganos figuran en esta categoría particularmente vulnerable. Los primeros miles ya se encuentran a buen recaudo en campamentos para refugiados en Qatar, en Estados Unidos y un puñado de naciones que han dado un paso al frente para ayudar.

El Reino Unido se ha ofrecido para recibir a 5,000 refugiados afganos el primer año y “relocalizar” a otros 20,000. Canadá se comprometió a relocalizar a 20,000 más que huyeron de Afganistán antes de la llegada talibana a Kabul. Pakistán ya alberga a la mayor cantidad de fugitivos del desastre afgano, aunque también es corresponsable, como cómplice del Talibán, de ese desastre. India, Australia, Colombia y México, entre otros, se habrían ofrecido a acoger a un número indeterminado de afganos.

Sin embargo, de Europa nos llegan los primeros ecos de resistencia oficial a ayudar a los refugiados afganos. Líderes europeos conferencian sobre la mejor forma de prevenir su ingreso. Grecia extiende un muro en sus fronteras. Austria sugirió crear “centros de deportación” en países fronterizos con Afganistán para enviar a ellos a los afganos que rechace Europa. En Alemania, políticos conservadores truenan contra una repetición de la acogida que allí se les dio a muchos sirios en 2015. Y el presidente francés, Emmanuel Macron, advirtió que “Europa sola no puede afrontar las consecuencias” de la situación en Afganistán. Nadie, por supuesto, ha sugerido semejante cosa.

La razón principal para ayudar a los refugiados de la historia, como los afganos, es que de esa forma honramos nuestra común humanidad. Ayudarles es lo que procede moralmente porque debemos tratarles como nos gustaría que nos tratasen a nosotros si estuviéramos en las mismas circunstancias. Es un principio kantiano que entendemos muy bien quienes hemos sido refugiados alguna vez. Para no hablar de los que lo hemos sido siempre y ya no podemos ser otra cosa, aunque nos hayamos acostumbrado a vivir en los países que nos acogieron.

Los gobiernos no son los únicos que pueden ayudar a los fugitivos del Talibán, como ya se ha hecho evidente en Estado Unidos. La organización Human Rights First busca abogados dispuestos a representar gratis a los evacuados de Afganistán. El International Refugee Assistance Project recauda donaciones para ofrecerles asistencia legal. Keeping Our Promise, con sede en Rochester, Nueva York, les ofrece servicios de relocalización. International Medical Corps les brinda servicios médicos antes de salir de Afganistán y recauda fondos para seguir dándoles esa ayuda. El Comité de Rescate Internacional – el cual nos trajo a mi familia y a mí a Estados Unidos en los años 70 – recauda $10 millones para dar lo que describe como “ayuda que salve vidas” a los afganos. Y también se movilizan para asistir a organizaciones religiosas como Commonwealth Catholic Charities.

El presidente Biden se ha comprometido a hacer todo lo posible por ayudar a los refugiados afganos. Su compromiso debería incluir la simplificación de los actuales trámites burocráticos para emigrar a Estados Unidos. Esos trámites pueden ser muy engorrosos. Incluyen la presentación de pruebas de que los solicitantes trabajaron por lo menos dos años con el gobierno estadounidense o alguna entidad asociada con ese gobierno. También, evidencias de que el trabajo que realizaron era valioso, requisito que implica el presentar recomendaciones escritas por funcionarios estadounidenses. Y encima deben aportar pruebas de que sufrieron o están sufriendo “una amenaza seria” como resultado de su colaboración.

Estados Unidos y sus aliados democráticos fracasaron en el intento encomiable de consolidar una democracia en Afganistán. Pero aún están a tiempo de mitigar las consecuencias de ese colosal fracaso con la ayuda oportuna y generosa a las víctimas afganas.

Nota : La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.


Comparte

Más contenido de tu interés