A estas alturas todos hemos sido testigos del fracaso espectacular que fue el intento de los republicanos en el Congreso de revocar y reemplazar “Obamacare”. Los republicanos tuvieron siete años para rectificar aspectos de la ley que provocaban discrepancias entre ellos. Sin embargo, propusieron lo que era esencialmente una reforma del presupuesto, que ha demostrado ser altamente impopular, aun entre ellos y sus constituyentes. Conocida como AHCA (“American Health Care Act”) se enfocó desproporcionadamente en recortar el presupuesto de Medicaid en vez de hacer más accesible o mejorar los servicios para las poblaciones vulnerables. Bajo el presidente Obama la Cámara votó más de 60 veces para revocar Obamacare. Bajo el presidente Trump ni siquiera pueden hacerlo una vez.
AHCA: la falta de consenso entre republicanos cubanoamericanos revela concesiones mutuas y represalias políticas
“El electorado está evolucionando, pero los representantes cubanoamericanos no se están moviendo con la rapidez o la consistencia necesarias para mantenerse al día con sus demandas”.


Entre las poblaciones vulnerables se destaca la comunidad latina en Estados Unidos. Según el CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) 21.9% de Latinos con menos de 65 años siguen sin tener cobertura y 30.7% dependen de Medicaid para su cobertura de salud. En cuanto se refiere a los latinos jubilados, 24.8% son “doblemente eligibles”, lo que significa que califican para servicios de Medicaid y Medicare simultáneamente, y 28% suscriben a Medicare Advantage. En pocas palabras, AHCA hubiera sido un desastre para los latinos.
En el estado de Florida hubo muy poca coordinación entre los políticos encargados de proteger los intereses de sus constituyentes. Empezando por el gobernador Rick Scott. A pesar de haber sido CEO de la cadena hospitalaria Columbia/HCA, no ofreció ningún comentario ni crítica de sustancia para enriquecer el diálogo sobre AHCA. Después está el prominente trío de representantes republicanos cubanoamericanos del Congreso: entre Ileana Ros-Lehtinen, Carlos Curbelo y Mario Díaz-Balart hubo una seria falta de consenso que reveló divisiones ideológicas que implican una grave falta de transparencia y objetividad.
Ros-Lehtinen fue una de las primeras, y la única entre los tres, en afirmar de manera directa y sin escrúpulos que AHCA afectaba a muchos constituyentes en su distrito. La congresista dijo lo siguiente al Miami Herald: “Después de estudiar el impacto de esta legislación en mi distrito y de hablar con muchos de mis electores, he decidido no votar por la propuesta como está escrita en este momento… muchos de mis electores perderán su seguro y habrá menos fondos para ayudar a los pobres y ancianos con su atención médica”. Además, dijo temer represalias del Partido Republicano por rechazar la propuesta de su partido. Pero Ileana Ros-Lehtinen no está libre de controversia o culpa; ella también ha votado varias veces contra Obamacare, a pesar de las 96,300 inscripciones activas que hay en su distrito solamente. Su oposición no la absuelve de acusaciones de hipocresía y pandering.
Carlos Curbelo intentó abordar la controversial propuesta por otra vía; el representante apoyó el proyecto de ley en el Comité de “Ways and Means” de la Cámara de Representantes. Curbelo habló sobre sus acciones durante este periodo turbulento: “Para mí personalmente, la acción políticamente conveniente hubiera sido abandonar este asunto, porque es polémico, emotivo… Pero me siento obligado a intentar ser parte de la solución, así que he permanecido comprometido". Aunque intentó defender su apoyo inicial a ACA, apelando a su plataforma centrista, eso no detuvo los ataques de varios opositores demócratas.
El representante Mario Díaz-Balart tuvo la reacción más problemática y preocupante en este vals vertiginoso entre los tres representantes cubanoamericanos. Díaz-Balart declaró su intención de votar a favor de AHCA momentos antes de que Paul Ryan fuera a la Casa Blanca para informar al Presidente Donald Trump que no tenía suficientes votos para aprobar la legislación. Su decisión llegó un día después de visitar a Trump en la Casa Blanca junto con otros 16 Republicanos moderados. Todos, excepto uno, prometieron su apoyo a AHCA, de acuerdo con el secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer. Su ambivalencia pública provocó el acercamiento de funcionarios de la Casa Blanca, lo cual permitió que Díaz-Balart criticara a la administración de Trump por su inacción en cuanto a la política estadounidense sobre Cuba.
La voluntad de Díaz-Balart de dejar constituyentes sin cobertura es alarmante y revela mucho sobre sus prioridades. Durante semanas han estado circulando rumores de que Díaz-Balart, cuyo prioridad central durante décadas ha sido paralizar el régimen de Castro, ha estado presionando a la administración Trump para revertir los cambios que Barack Obama inició en la relación con Cuba. Ha tenido que tratar de aclarar si sus comunicaciones y reuniones con la administración Trump tenían un "quid pro quo" o no, y sus acciones desafían hechos y demandas de los pueblos cubano y estadounidense por igual. Una encuesta exclusiva entre la población cubana ha encontrado que la mayoría de los ciudadanos de la isla aprueban relaciones normales con Estados Unidos y la gran mayoría quieren que más turistas visiten su país y que haya una expansión de la propiedad privada. Además, los viajes de Estados Unidos a Cuba se han duplicado cada año desde la declaración de acercamiento en diciembre de 2015.
Es una vergüenza que Díaz-Balart estuviera dispuesto a negociar el bienestar de sus electores para satisfacer una vieja rivalidad personal y política. También es frustrante que Ros-Lehtinen, Curbelo y Díaz-Balart fueran incapaces de presentar una coalición uniforme y bien informada ante el turbulento debate sobre AHCA. Aunque AHCA está muerto, estas verdades sobre la anticuada plataforma cubanoamericana siguen muy vivas. El electorado está claramente evolucionando, pero los representantes cubanoamericanos no se están moviendo con la rapidez o la consistencia necesarias para mantenerse al día con las demandas y necesidades de su electorado.
Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.







