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Fentanilo

Once padres sepultaron a sus hijos al mismo tiempo: el terrible caso de sobredosis de fentanilo

Profesores, estudiantes universitarios, enfermeros y personas que luchaban contra una adicción compraban droga análoga a un traficante que usaba una página de internet y el correo postal. Pero un envió desde China resultó ser de fentanilo con una pureza del 99%.
Publicado 30 Oct 2022 – 11:01 AM EDT | Actualizado 30 Oct 2022 – 11:01 AM EDT
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Hubo once funerales en distintas ciudades de Estados Unidos en la primavera de 2016, todos por el mismo motivo: sobredosis de fentanilo fabricado por el mismo proveedor. Las víctimas compraron por internet lo que pensaban era una sustancia que los estimularía para realizar sus actividades cotidianas.

Padres, hermanos, hijos y amigos sepultaron a sus once seres queridos en cementerios de California, Nueva York, Illinois, Florida, Wisconsin, Pennsylvania, Minnesota, Texas, Kentucky y Georgia.

“Tengo 75 años y no tendré consuelo por saber el resto de mi vida que no volveré a ver a mi hijo. Patrick era mi hijo menor y mi único hijo. Viajaba mucho por su trabajo, así que normalmente, de camino a casa por la noche, me llamaba a mí, a una de sus hermanas o a sus amigos”, escribió con pesar la madre de Patrick Reinsma, quien murió por sobredosis el 2 de junio de 2016 en Pennsylvania.

“Su fallecimiento ha dejado un vacío que nunca se llenará para mí, sus hermanas, sus primas, sus amigos. Él fue un regalo para todos nosotros”, agregó ella en un mensaje que fue incluido en el memorando de sentencia en el caso interpuesto contra quien le vendió el mortal fentanilo.

Otra víctima es Daniel Flynn, quien perdió la vida el 16 de abril de 2016 en Deltona, Florida.

“Era inteligente, bueno en todo lo que hacía, se entregaba por completo a todo porque quería hacerlo bien. Era divertido, con un sentido del humor seco, como su padre. Tenía el brillo de los ojos de su padre, cuando te miraba a veces te hacía preguntarte qué estaba pensando. Amable, tranquilo, un poco tímido, generoso, le encantaba leer y dibujar, y sabía manejarse una computadora”. Así lo recordaron sus padres en una breve carta que la Fiscalía le envió al tribunal.

Stephen Fry, un joven de Atlanta, también recibió el potente narcótico que le paralizó el corazón. Recibió la droga el 1 de abril de aquel año y cinco días después murió por sobredosis.

“Stephen era extremadamente inteligente, a menudo descrito como brillante por sus maestros. Un profesor de la universidad Georgia Tech habló en su funeral y dijo que, en 45 años de enseñar química, nunca había tenido un estudiante tan comprometido como Stephen”, expresó su padre.

“Puedo decir con certeza que Stephen era una persona maravillosa”, agregó.

El narco con página de internet

Profesores, estudiantes universitarios, enfermeros y personas que luchaban contra una adicción eran clientes de Aaron Rhy Broussard, un joven que en ese entonces tenía 25 años y una pujante empresa criminal que distribuía drogas por medio de la página de internet PlantFoodUSA.net.

Broussard, nacido en Illinois, lidiaba con sus propios problemas. Fue criado por padres divorciados, ambos consumidores de sustancias ilícitas. También él ingería drogas y tenía problemas mentales. Siendo menor cumplió una condena por robo y, ya siendo un adulto, estuvo preso por posesión de parafernalia para consumir marihuana y conducir sin licencia. En la cárcel se graduó de la preparatoria.

Las autoridades alegan que Broussard, ahora de 32 años, alquilaba un apartamento en Hopkins, Minnesota, que se volvió el centro de operaciones de lo que las autoridades describen como un “negocio de mercadeo masivo de drogas”. Allí recibía por paquetería drogas fabricadas en China, las vendía desde una computadora y las enviaba por correo a los domicilios de sus clientes.

Los fiscales alegan que durante casi dos años él realizó “cientos de transacciones” de ese tipo. En dos meses, abril y mayo de 2016, distribuyó las pastillas que mataron a sus 11 clientes y dejaron a otros cuatro con secuelas físicas graves, según la acusación.

“Las víctimas recibieron estos artículos por correo y en varios momentos a partir de entonces ingirieron la sustancia causando la muerte casi inmediatamente de la mayoría de las víctimas y lesiones corporales graves a las demás”, señaló el fiscal federal Thomas Hollenhorst, en una audiencia realizada en una corte de Minneapolis el 11 de diciembre de 2020.

Fentanilo con una pureza del 99%

Poco antes de los fallecimientos, el 12 de marzo de 2016, el acusado realizó un pedido de 100 gramos de 4-FA, un análogo de la anfetamina similar al Adderall, que le enviaron sus proveedores desde China. No le advirtieron que el paquete contenía 100 gramos de fentanilo con una pureza del 99%.

Así lo envió a las casas de sus clientes y lo siguió haciendo a pesar de que supo que varios habían sido hospitalizados y murieron. Los fiscales afirman que sus proveedores le habían advertido que probara la droga antes de distribuirla. A veces lo hizo; otras no. En agosto de 2015, le enviaron de China un “lote malo”: drogas que no eran lo que había pedido.

Por esa indiferencia la lista de víctimas mortales creció, incluyendo a Timothy Robertson, Matthew Williams, Devon Masik, Jason Beddow, Scott Beimel, Craig Karp, Vamsi Prasad y Amanda Leach. El gobierno cree que hay incluso más fallecidos por culpa de Broussard, como Caleb Smith.

“Mi vida se ha visto afectada”

Uno de los sobrevivientes, Theodore Trotman, relató en el memorando de sentencia que su corazón se detuvo durante ocho minutos, lo cual le provocó una lesión cerebral anóxica, perdió la vista y la capacidad de hablar, y ahora sufre de parkinsonismo secundario.

“Mi calidad de vida se ha visto profundamente afectada. Antes de mi lesión era profesor universitario, un lingüista talentoso y levantaba pesas. Después de mi lesión ya no puedo entrevistarme para pedir empleo, mucho menos hacer el trabajo en mi campo elegido, ni en ningún otro campo. Mi madre se ha convertido en mi cuidadora de tiempo completo”, lamentó Trotman.

Otra persona que la libró, Molly Sender, relató que le advirtió al traficante que la sustancia que le vendió le había provocado una peligrosa sobredosis, “pero él no hizo nada”.

“No se molestó en contactar a estos clientes para decirles que otras personas habían estado enfermas o murieron. Simplemente dejó que sucediera”, enfatizó el fiscal Hollenhorst.

Lo que sí hizo Broussard, según el gobierno, fue pedirles un descuento a sus proveedores chinos para el siguiente envío de drogas, por haberle enviado el potente fentanilo.

Sentenciado a cadena perpetua

Las muertes por sobredosis de opioides se dispararon de 21,000 casos en 2010 a 68,000 en 2020, de acuerdo con los Centros de Prevención y Control de Enfermedades (CDC).

Ese incremento se atribuye principalmente al creciente consumo de fentanilo y a que los carteles lo mezclan con cocaína, heroína y otras drogas. Pero solo dos miligramos de este narcótico, equivalentes en tamaño a unos granos de sal, son suficientes para matar a una persona.

El caso de Broussard fue tomado por la Fiscalía federal en diciembre de 2016, por una preocupación de que más clientes estaban en riesgo de morir por el narcótico que el joven distribuía por correo.

Él se declaró no culpable en diciembre de 2020. Su abogado Todd Hennen aseguró en el tribunal que su defendido no sabía que estaba vendiendo fentanilo. “Nunca ha sido una persona violenta. No tiene antecedentes de violencia... No hay armas involucradas en este caso”, dijo.

“El señor Broussard esencialmente ha cambiado su vida. Pasó de ser un joven que abandonó la escuela preparatoria a alguien con un diploma que quiere convertirse en ingeniero de sonido o seguir una educación en periodismo… tiene la intención de trabajar e ir a la escuela”, agregó Hennen.

Pero el pasado 31 de marzo, después de un juicio de 10 días, un jurado lo declaró culpable de 17 cargos, que incluyen conspiración y distribución de fentanilo con resultado de muerte.

A mediados de septiembre, un juez federal de Minnesota lo sentenció a cadena perpetua. Él ya purga su condena en USP McCreary, una prisión de máxima seguridad en el estado de Kentucky.

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