"No conocía las lágrimas de alegría": mujer que pedía para comer gana más de $1.2 millones en la lotería

La afortunada mujer, que llevaba años sumida en la pobreza, solía ir a las puertas de un supermercado o de un banco a pedir dinero, comida o ropa. Compró un boleto de un dólar que tenía la combinación ganadora.

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Una mujer que pedía dinero, ropa o comida en las puertas de bancos y supermercados de un barrio de Alicante, España, ganó 1.2 millones de dólares (cantidad similar en euros), al llevarse en primer premio de la lotería.

La afortunada ganadora, de nombre Mercedes, es muy conocida en su barrio. Vive en una casa humilde junto a su pareja y tiene cinco hijos.

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Desde hace años pedía dinero en las calles y luego iba a comprar un billete de lotería por poco más de un dólar en el mismo establecimiento.

El día del sorteo los vecinos estaban se enteraron de que el premio mayor del Bonoloto, de 1,271,000 millones de dólares, se había vendido en ese establecimiento, por lo que había gran expectación por saber quién había sido el ganador.


“Esperamos toda la mañana a que viniera el afortunado”, recuerda Eugenio Agorreta, el administrador del local, citado por el diario El País. "En principio descartamos a Mercedes porque seguía en su sitio, pidiendo junto al banco”, como lo hacía habitualmente.

Al acabar, pasó por el local y al ver los números ganadores no salía de su asombro. “Creo que los números que salen por la tele son los mismos que tengo yo”, le contó a Mari Ángeles Torregrosa, propietaria del establecimiento.

Lo primero que hizo tras ganar la lotería

La mujer, a quien describen como muy amable y educada, "se quedó super nerviosa", incrédula de que la suerte le había sonreído, indica un reporte de la radio Onda Cero.

Sintió "una satisfacción inmensa" que la dejó "sin palabras (...) nos pusimos a llorar ella, yo, la gente que estaba aquí, todo el mundo", contó Torregosa a la radio.

Con el premio ya ingresado en el banco, ha regresado a los mismos sitios que solía frecuentar para pedir ayuda, pero esta vez recibe felicitaciones.

“Lo primero que hizo fue comprarse unas zapatillas de estar por casa de cinco euros (5.05 dólares) y vino a enseñármelas", contó Torregosa a El País

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“Siempre he estado llorando, no conocía las lágrimas por estar contenta”, recuerda Torregosa que le dijo la mujer al visitarle días después de haberse ganado el premio.