Hay agua en la Luna: los científicos confirman una vieja sospecha

El agua en la Luna siempre ha sido considerada un recurso para la NASA y su programa Artemis, que busca llevar seres humanos a la superficie lunar para 2024. Sin embargo, el agua que fue hallada no les permitiría, por ahora, tomarla o reabastecer naves.

Foto de archivo de un plano de la luna tomado en Londres en 2015.
Foto de archivo de un plano de la luna tomado en Londres en 2015.
Imagen Dan Kitwood/Getty Images

Dos investigaciones confirmaron lo que los científicos ya sospechaban: hay agua en la superficie de la Luna. El hallazgo fue publicado en la revista Nature Astronomy, que explica que luego de observaciones hechas en un tramo del satélite de la Tierra, detectaron moléculas de agua.

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Según la investigación, el origen del agua se explica de varias formas: "Puede ser absorbida químicamente en la superficie", concluyen. Una porción de esa agua podría estar introduciéndose en micrometeoritos y la otra queda retenida en los cráteres que se generan tras el impacto de estos micrometeoritos, "cuando las altas temperaturas promueven la reacción".

Pero se trata de moléculas tan dispersas que, según los investigadores, no pueden unirse para formar un líquido homogéneo o hielo.

No es la primera vez que los científicos concluyen sobre la presencia de agua en la Luna. En agosto de 2018, un equipo de las universidades de Hawaii y Brown junto con la NASA obtuvieron pruebas definitivas de que hay agua congelada en su superficie, sobre todo en sus polos.


En esa ocasión, el equipo exploró la Luna hasta 2009 y recolectó datos que le permitieron analizar las propiedades reflectivas del hielo. También midieron la forma distintiva en que sus moléculas absorben la luz infrarroja, para diferenciar si el agua estaba presente de forma líquida, vapor o hielo.

El agua en la luna siempre ha sido considerada un recurso para la NASA y su programa Artemis, que busca llevar seres humanos a la superficie lunar para 2024. Sin embargo, el agua que fue hallada no les permitiría, por ahora, tomarla o reabastecer naves.

En esta oportunidad, los científicos también observaron la superficie lunar con un telescopio infrarrojo y con un avión Boeing-747 que fue modificado y que voló al borde de la atmósfera terrestre para escanear la luna.