Desde que salieron de Guatemala, Honduras y El Salvador han pasado meses, y en algunos casos apenas han podido conversar de nuevo con sus familiares y amigos. A eso se suma que al llegar a Estados Unidos son devueltos a México bajo los Protocolos de Protección de Migrantes. Allí deben esperar a que les toque su turno para pelear con sus padres sus casos de asilo. La espera puede ser tan larga, que muchos niños desesperan y lloran pidiendo volver a casa.