Puerto Vallarta recibe al potente huracán Patricia
Imágenes de Patricia a su paso por México
Por Janet Cacelin @JanCacelin , desde Puerto Vallarta, Jalisco
Calificado ya como uno de los más peligrosos fenómenos naturales jamás vistos en el Océano Pacífico, el poderoso huracán Patricia dejó las calles de Puerto Vallarta sin gente, que lleva consigo miedo e incertidumbre.
Lejos de la zona turística de la ciudad, donde viven lugareños, se habilitaron 16 refugios y desde las 9 de la mañana comenzaron a llegar familias enteras cargadas de latas de atún, agua embotellada, leche en polvo y pan.
El señor Juan Manuel Sandoval fue el primero en llegar a la secundaria pública número 81, una construcción de apenas dos pisos y cuyos salones fueron ocupados como dormitorios múltiples. Él llevó sus catres, cobijas y alimentos.
“Tomé la decisión de salirme de mi casa desde la madrugada con mis dos hijas cuando supe lo que pasaría. Aunque nadie está seguro y no me siento tan tranquilo, prefiero estar en un lugar donde van a estar al pendiente de mi”.
Entre una mezcla de olores a leche en polvo, café y humedad, Juan Manuel detalla que el último huracán que padeció fue hace trece años, con el Kenna.
“La devastación fue considerable porque la gente lo tomó a la ligera. Si Kenna paralizó la ciudad pese a que no tocó tierra en Puerto Vallarta, entonces imagínate qué puede hacer Patricia si es que se cumplen los pronósticos que se han manejado”, relató.
Juan Manuel se organizó con los demás habitantes del improvisado dormitorio para pegar cinta adhesiva en las ventanas y evitar que los vidrios salgan disparados por la fuerza del viento.
Él siente una gran responsabilidad porque es uno de los pocos hombres que pasarán la noche en ese salón-habitación. Sus compañeros de cuarto, además de sus dos hijas adolescentes y una perrita french poodle, son cinco bebés menores de dos años, una joven embarazada y una mujer de avanzada edad. Todos están relativamente lejos de casa y entre extraños, pero dispuestos a ayudarse unos con otros.
Éxodo
Para los turistas tampoco ha sido fácil estar lejos de casa en un lugar catalogado como extremadamente peligroso. Desde la madrugada del viernes comenzó el éxodo y la desesperación: filas de visitantes dejando los hoteles y buscando, frustrados, la forma de salir de la ciudad.
Eso le sucedió a Rocío Ortiz, proveniente del céntrico estado de Querétaro quien decidió salir en automóvil, sin importarle que las autoridades estimaran horas récord de camino tan solo para llegar a la capital del estado.
“La carretera va lenta y probablemente vayan a vuelta de rueda por lo menos hasta donde termina la Sierra pero esperamos que por lo menos hagamos 12 horas de aquí a Guadalajara y ya ahí esperar a que todo esté mejor”, dijo.
El aeropuerto no reflejaba un mejor panorama: decenas de turistas, sentados y con parte de su equipaje tirado en el suelo, esperaban a que, por un golpe de suerte, llegara un vuelo que los sacara del lugar.
Enrique Briceño tenía reservado un vuelo a Tijuana a las 6 de la tarde y aunque decidieron llegar desde las seis de la mañana, el aeropuerto estaba vacío y sin servicio. Nadie les avisó nada y el temor sigue latente.
“Entre más nos estamos informando, se ve que puede ser algo trágico, no solo para nosotros, en especial para la gente que vive aquí y está desprotegida”.