La escena de unos perros en jaulas inundadas que fueron rescatados por voluntarios es apenas una muestra de que los animales también padecieron y aún padecen el huracán Florence. En el huracán Katrina, que en 2005 devastó Nueva Orleans, calcula que unos 600,000 animales murieron o se perdieron en la inundación. El gran tamaño de ese desastre hizo que las leyes sobre refugios para mascotas y animales de servicio cambiara al año siguiente.