Se aproxima un mes de lujo para los amantes de la música clásica en Miami

La serie de clásicos, que inició en enero con un majestuoso concierto de la Orquesta Sinfónica de Chicago, traerá una nueva presentación el 2 de marzo, cuando debutará en Miami la Orquesta Sinfónica de Londres.

Antonio Pappano conduce la London Symphony Orchestra
Antonio Pappano conduce la London Symphony Orchestra
Imagen Amy T. Zielinski/Redferns

Tres grandes orquestas llegarán en marzo de 2025 al Knight Concert Hall del Adrienne Arsht Center en Miami: la Orquesta Sinfónica de Londres, la Filarmónica de Israel y la Orquesta Sinfónica Nacional.

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Cada conjunto presentará un programa cuidadosamente seleccionado que van desde obras significativas del repertorio clásico hasta distintivas de sus países o de la tradición musical más reciente.

La serie de clásicos, que inició en enero con un majestuoso concierto de la Orquesta Sinfónica de Chicago, traerá una nueva presentación el 2 de marzo, cuando debutará en Miami la Orquesta Sinfónica de Londres.

Bajo la batuta del director principal Sir Antonio Pappano, la agrupación interpretará un programa que comenzará con la Sinfonía n.º 5 de George Walker, la última del compositor afroamericano. Estrenada en 2016, esta obra refleja el enfoque innovador de Walker a la escritura orquestal, combinando armonías contemporáneas con formas tradicionales.

Le seguirá la Serenata de Leonard Bernstein, un concierto para violín inspirado en el Simposio de Platón, un texto filosófico que explora la naturaleza del amor.

Estructurada en cinco movimientos, cada uno correspondiente a un hablante diferente del diálogo, la pieza ofrece un rico tapiz de interpretaciones musicales sobre el tema del amor.

Y para concluir, estarán las Variaciones Enigma, de Edward Elgar, famosas por su orquestación inventiva y el misterio que rodea el tema del "enigma". Son también un retrato íntimo de la vida del compositor británico: cada variación es una representación musical de los amigos de Elgar, que ofrece una visión de su vida personal y sus relaciones.

Pocas semanas después, el 19 de marzo, será el turno de la Filarmónica de Israel, que llegará otra vez bajo la conducción de su director musical Lahav Shani.

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El programa incluye Prayerm del compositor israelí Tzvi Avni, Kol Nidrei, de Max Bruch, Halil de Leonard Bernstein y la Sinfonía n.º 6 de Pyotr Ilyich Tchaikovsky, la Patética, que es su última sinfonía y suele considerarse su obra más personal.

Las obras de Avni y Bruch explorarán melodías litúrgicas judías, reflejando la herencia espiritual de ambos compositores, sobre todo Kol Nidrei, compuesta en 1880, que se ha convertido en un elemento básico del repertorio para violonchelo, admirada por su belleza lírica y su profunda resonancia emocional.

El sentido meditativo -y hasta doloroso- también está Halil, un nocturno para flauta y orquesta, compuesto en memoria de un joven músico israelí que perdió la vida durante la Guerra de Yom Kippur.

Y para concluir la temporada, el 22 de marzo llega la Orquesta Sinfónica Nacional, dirigida por Gianandrea Noseda, con un programa que incluye Cuatro danzas afroamericanas, de Carlos Simon, el Concierto para violín en re mayor, de Johannes Brahms y la Sinfonía n.º 5 de Ludwig van Beethoven.

Las Cuatro danzas afroamericanas de Carlos Simon rinden homenaje a la rica historia de las tradiciones de danza afroamericanas. Cada movimiento refleja un estilo de baile diferente, entrelazando elementos del jazz, el blues y el gospel para celebrar las contribuciones culturales de los afroamericanos.

Mientras, el concierto de Brahms es una piedra angular del repertorio para violín, conocido por sus exigencias técnicas y su profunda musicalidad. Poca presentación necesitan las cuatro notas del pa-ra-ra-rán... la Sinfonía n.º 5 de Ludwig van Beethoven, que es un viaje de la oscuridad a la luz, que encarna temas de lucha y triunfo que han resonado en el público durante más de dos siglos.

En una ciudad donde no es frecuente la visita de orquestas de alto calibre, esta será sin dudas una oportunidad única de experimentar una variedad diversa de obras significativas, de músicos de lujos y de oportunidades de conectar desde Miami con lo mejor de la música clásica.