En cuestiones del hackeo ruso Trump confía más en WikiLeaks y Assange que en la CIA

Donald Trump puso nuevamente en cuestión los servicios de inteligencia de Estados Unidos, los mismos que dentro de aproximadamente dos semanas quedarán bajo su control.

Y lo ha vuelto a hacer con motivo de la interferencia rusa al proceso electoral estadounidense constatada tanto por la CIA como por el FBI. Lo hizo este miércoles dando credibilidad a Julian Assange, el fundador de la organización WikiLeaks, encerrado desde 2012 en la embajada de Ecuador en Londres tras recibir asilo político.

El presidente electo, que será juramentado el próximo 20 de enero, publicó un tuit en el que sostenía que "Julian Assange dijo que 'un niño de 14 años podría haber hackeado a Podesta (director de campaña de Hillary Clinto)'. ¿Por qué fue tan temerario el Comité Nacional Demócrata? ¡Además dijo que los rusos no le dieron la información!".

Sin embargo, en 2010 el empresario no tenía la misma opinión del australiano. En una breve conversación con un periodista antes de entrar a su programa de radio, Trump sostuvo que WikiLeaks, era una "desgracia" y deslizó la idea de un castigo mortal por las filtraciones de su organización.

"Creo que es una desgracia. Creo que debería aplicarse como la pena de muerte o algo así", afirmó a Brian Kilmeade antes de participar en su show radiofónico Kilmeade and Friends en diciembre de 2010.

Esas palabras contrastan con el mensaje que lanzó en la mañana del miércoles desde su cuenta personal de Twitter citando las palabras de Assange, quien fue entrevistado en la noche del martes en Fox News. Además, repitió la afirmación de Assange de que la cobertura que realizan los medios de comunicación "es muy deshonesta", una frase que él utilizó continuamente durante su campaña para atacar a la prensa.

Assange fundó WikiLeaks en 2006 como una organización cuyo principal objetivo era la transparencia. Saltó a la prensa internacional después de publicar numerosos documentos de las guerras de Irak, Afganistán o correos diplomáticos del Departamento de Estado estadounidense. En la actualidad está encerrado en la sede diplomática de Ecuador en Londres por miedo a ser extraditado y juzgado.

La organización volvió al centro de la política estadounidense después de que comenzara a publicar correos privados de John Podesta, jefe de campaña de Hillary Clinton. El contenido de los mismos dejó al descubierto cómo Comité Nacional Demócrata violó su neutralidad al Hillary Clinton y provocó la dimisión de su presidenta.

Pese a que Assange ha negado de manera reiterada que su fuente sea Rusia, las agencias estadounidenses de espionaje y seguridad creen que fue Moscú quien realizó el hackeo. El presidente electo pidió una investigación para conocer todos los detalles y, posteriormente, anunció duras sanciones y expulsó a 35 diplomáticos rusos de Estados Unidos.

Sin información de Trump

Desde que WikiLeaks comenzó a publicar los supuestos correos de Podesta, el equipo de Hillary Clinton acusó a Assange de tratar de hundir la candidatura de la ex secretaria de Estado por razones interesadas. Para poner de manifiesto lo que los demócratas era una estrategia premeditada y que la organización no era neutral, preguntaron a Assange por qué no publicaban datos de otros candidatos presidenciales.

Assange se defendió afirmando que no tenía información suficiente sobre el magnate. "No podemos publicar lo que no tenemos", dijo el fundador de WikiLeaks en un comunicado. "Hasta la fecha, no hemos recibido información sobre la campaña de Donald Trump, la de Jill Stein (candidata verde) o Gary Johnson (candidato libertario)".

Vea también: Los encuentros de Vladimir Putin con presidentes de Estados Unidos.