Un empleado de la Autoridad de Transporte del Valle de Santa Clara (VTA), identificado por las autoridades como el sospechoso del tiroteo masivo en San José, California, que dejó nueve personas muertas, entró a una reunión del sindicato, eligió a quién disparar y después se quitó la vida. Cuatro de las víctimas de la masacre eran hispanas.
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