Los fantásticos juegos infantiles que están llegando a las plazas y escuelas

Desde un loro gigante a un cohete, las obras de estos dos daneses están fascinando a los niños. Sin embargo, no todos creen que esto sea lo que ellos necesitan.

Imagen Cortesía de Monstrum

¿Por qué ir a una plaza de juegos infantiles si puedes jugar dentro de un cohete lunar, un submarino, un caracol gigante, una cabeza de payaso o un caballo de Troya? Tal es la filosofía de la compañía danesa Monstrum, que ha creado más de 150 parques infantiles fantásticos por todo el mundo, desde Suecia hasta Singapur y Dubái. Los antiguos diseñadores de escenografía teatral Ole Nielsen y Christian Jensen fundaron Monstrum en 2003, después de que Nielsen diseñara un parque de juegos para la escuela a la que asistía su hijo de cinco años. En el novedoso espacio, destacaban la 'torre de la princesa' y un cohete, que terminaron siendo populares entre los chicos y sus padres.

Cortesía de Monstrum

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“Las escenas creadas inspiran a jugar a los niños, pero también tienen un simbolismo para los adultos”, dice Nielsen. “Después de todo, siempre hay tantos niños como adultos en un parque infantil”.

Monstrum trabaja en conjunto con sus clientes –municipios, escuelas, asociaciones de vivienda, museos– para estructurar historias que luego el parque, a su modo, contará. La puerta de una casa encantada que se abre, la boca de una ballena que se despereza, una hormiga gigante que estira sus patas. Estas maquetas, conocidas particularmente como dioramas, y armadas básicamente con tablones de madera y tornillos, promueven tanto la actividad física como una narrativa gracias a la cual los niños se ven a sí mismos como personajes.

El diseño preferido de Nielsen puede apreciarse en la ciudad danesa de Aarhus: un oso de 23 pies de altura sosteniendo sobre sus hombros un tronco de árbol hueco. Los niños pueden deslizarse desde los hombros del animal. “Es como tener un gran amigo en el parque que hace cosas locas por ti”, indica. “¿A quién no le gusta eso?”.

Cortesía de Monstrum


Con aparatos a veces altos y difíciles de manejar, un área de juegos creada por Monstrum parece más peligrosa de lo que realmente es. Pero esa es una estrategia totalmente consciente por parte de Nielsen y Jensen. Si bien la compañía acata los requerimientos europeos para la seguridad en parques infantiles, persigue a su vez promover que los niños asuman riesgos. “Los chicos necesitan aprender cómo calcular el peligro”, se convence Nielsen. “Un parque que se respete debe ser tan desafiante como trepar un árbol, con la diferencia de que no hay rama podrida ni suelo duro al que caer”.

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Pese a que los productos de Monstrum no son del todo ' incluyentes' –“sería un error construir un parque donde todos pudieran hacer de todo, ya que los niños mayores, por ejemplo, se aburrirían”, dice Nielsen–, los diseñadores aseguran que hay secciones en cada espacio de juego accesibles a niños de distintas edades y con necesidades especiales, como es el caso de aquellos en sillas de ruedas.

Gabriela Burkhalter, planificadora urbana suiza y experta en la materia, sostiene que las creaciones de Monstrum desafían las tendencias del diseño convencional, ya que los parques han ido dejando atrás los ejes temáticos figurativo, o metafóricos, para basarse en ideas más abstractas. Lo que subyace es la intención de brindarles a los niños la libertad de que imaginen sus propios mundos. Por esta razón, ella se muestra un tanto escéptica ante los productos de Monstrum. “Son hermosos”, recalca, “pero la fantasía en ellos la dictan los adultos, no los chicos. Son estos los que deberían decidir qué imaginar”.

Pero, ¿qué opina Nielsen? La diversidad de los parques infantiles es algo positivo y la capacidad de imaginar de los niños no se ve obstaculizada por sus diseños. “Por supuesto que se sienten inspirados a navegar cuando ven un gran barco en el parque”, afirma. “Pero al día siguiente, el barco podría ya no ser un barco, sino un autobús o un transbordador espacial. Y luego, por qué no, leen Moby Dick y de pronto se convierten en el capitán Ahab”.

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.