Instagram revela la desigualdad existente en Nueva York
La desigualdad se deja ver de distinas maneras. Uno puede ver la distribución del ingreso, comparar índices de delincuencia o incluso estudiar la cantidad de árboles en un vecindario para encontrar pruebas de ésta. Ahora, dos investigadores del Graduate Center de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY) están estudiando la desigualdad a través de las redes sociales, utilizando las decenas de millones de fotos que todos los días son subidas a Instagram.
Uno de estos investigadores ya había creado Selfiecity, un análisis de selfies a través de distintas ciudades. Y ahora crearon Inequaligram, la que utiliza 7.5 millones de fotos compartidas y geolocalizadas tomadas en Manhattan, para así determinar la “desigualdad de redes sociales” de un área. Esto está determinado por varios factores, incluyendo cuánta atención vecindarios específicos reciben en plataformas como Instagram o Facebook, y la poca atención que reciben otros sectores. Las fotos se dividen en dos grupos: las tomadas de los neoyorquinos y las de los turistas.
Para calcular la desigualdad de redes sociales en Manhattan, el profesor de ciencias de la computación Lev Manovich, junto al estudiante de Economía Agustín Indaco, mapearon qué tan parejamente distribuidas están las fotos a través de las 287 zonas censales de la isla.
Su análisis muestra que más de la mitad de todas las fotos de los visitantes están concentradas en 24 áreas censales, cubriendo sólo un 12% del área total de Manhattan. La mayoría de estas fotos se comparten en Midtown, y con el Downtown siguiendo a ese vecindario. Entre las fotos publicadas por los locales, en cambio, la mitad cubre 53 áreas censales, es decir, un quinto del condado. En ambos mapas, las zonas del Alto Manhattan tienen poca o casi ninguna presencia de redes sociales.
Los investigadores también mapearon la hora a la que se sacaron estas fotos, destacando áreas que se mantienen populares durante el día y la noche:
Al mirar específicamente cómo los neoyorquinos se comportan al fotografiar Manhattan, y compararlo por la distribución de ingreso promedio en cada área censal, Manovich encontró que las zonas más pobres (con ingresos medios bajo el promedio de Manhattan) son más populares de noche, mientras que las zonas ricas ven más movimiento en el día.
Así lo explicaron en su investigación:
"Los residentes de áreas menos prósperas (por ejemplo, sobre la calle 100 en Manhattan) van a trabajar en áreas más prósperas de la ciudad (especialmente en Midtown) durante el día. Aquí es donde comparten imágenes en Instagram durante el día, así que sus fotos se suman a esas zonas. Consecuentemente, debido a que no están en sus áreas de residencia durante esas horas, los volúmenes de imágenes en esas áreas durante el día son bajas. En la mañana, ellos vuelven a sus lugares donde viven, y por eso es que se ve un mayor volumen de uso de Instagram durante la tarde y la noche".
Basado en la distribución total de fotos, Manovich calculó el índice Gini para los dos grupos, un paso que será útil para comparar cómo la desigualdad de redes sociales cambiará con el tiempo y cómo se compara en distintas ciudades. El índice Gini usa una escala de 0 a 1 para medir la desigualdad de las naciones. El 0 significa completa igualdad y el 1, que una personas o un grupo tiene toda la riqueza. Entre las fotos de los neoyorquinos, el Gini es de 0.49, mientras que entre las fotos de los turistas, el índice es de 0.67.
Para entender lo que significan estos puntajes, los investigadores los compararon con los niveles de desigualdad económica de distintos países. El primer puntaje es comparable al índice Gini nacional, el que es de 0.41, alto para un país desarrollado. El segundo puntaje, en cambio, es más alto que la desigualdad de todo Manhattan, y que las islas Seychelles, el país africano con uno de los índices más altos del mundo. Ambos tienen 0.66.
Manovich dice que asumía que la distribución del ingreso sería poco pareja entre las fotos sacados por neoyorquinos, pero se sorprendió al nivel que llegó esta desproporción. En general, explica en el estudio, el punto más fotografiado en Manhattan tiene 250,000 veces más fotos que el punto menos fotografiado. “Simplemente no esperaba que la diferencia fuera tan grande”, le explicó a CityLab.
¿Por qué esto debería importar, cuando los investigadores y planificadores urbanos ya han demostrado las impresionantes desigualdades a través de otras medidas como el ingreso familiar, la falta de vivienda asequible o el lento crecimiento de los sueldos?
Al mirar todo esto a través de las redes sociales, dice Manovich, “tenemos una forma distinta de pensar sobre las ciudades”. Las fotos nos explican cómo la gente se siente respecto a distintas áreas, lo que tiene implicancias para los negocios y los planificadores urbanos.
Mirar esto a través de las redes sociales motiva a la ciudad a buscar “un equilibrio óptimo”, dice. En una ciudad donde los turistas tienen un impacto económico real, no quieres que los visitantes sólo se queden en las zonas de Midtown y Downtown, por ejemplo. “Quieres que la gente no sólo gaste su dinero en negocios de una zona, y no quieres que la ciudad sea conocida por sólo una zona pequeña”, concluye. “Por esto, tiene consecuencias sobre cómo las ciudades deben promoverse y publicitarse”.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.