El insoportable calor, extendido globalmente, que hizo de 2016 el segundo año más caluroso en más de un siglo (desde que se lleva registro), no fue la única plaga atmosférica del planeta. El año pasado fue testigo también de un sinnúmero de costosos desastres naturales en Estados Unidos, incluyendo feroces incendios forestales, inundaciones devastadoras y un grupo de severas y destructoras tormentas.
Los inmensos costos de los desastres naturales en 2016
El cambio climático, el crecimiento demográfico y la infraestructura están contribuyendo a aumentar la cifra de desastres que, en Estados Unidos, cuestan miles de millones de dólares.


De hecho, hubo 15 desastres en 2016 que causaron más de mil millones en daños, haciéndolo el segundo año más duramente golpeado en la historia moderna por este tipo de monstruos meteorológicos (justo detrás de 2011, que contabilizó 16 eventos de esta categoría). En su conjunto, estas catástrofes se llevaron 138 vidas y completaron 46,000 millones de dólares en costos directos, según un análisis de la NOAA.
Algunos desastres fueron ampliamente reportados, tales como el huracán Matthew el pasado octubre, el cual, de algún modo sigue provocando dolores de cabeza en Florida y Carolina del Sur. Otros quizás escaparon a los radares de mucha gente, incluyendo crecidas en Virginia Occidental y alrededor del Golfo, por no hablar de importantes granizadas que golpearon San Antonio y otras zonas de Texas en primavera.
Aquí se pueden ver los quince desastres naturales más costosos del año en EEUU, incluyendo tornados en el centro del país, la sequía en el oeste y las inundaciones en el sur. (NOAA)
Las cuatro inundaciones tierra adentro que se tradujeron en más de 15,000 millones de dólares en daños (la mayor parte en Louisiana y Texas) fueron particularmente notables, dado que, al menos desde 1980, en ningún año se había reportado fenómenos naturales que costaran más de dos mil millones de dólares. Este aumento repentino pudiera ser una señal de los efectos que, a futuro, acarrearía el calentamiento de la atmósfera: el aire caliente implica mayor humedad y durante las tormentas se pueden producir microrráfagas (bombas de lluvia) que inundan la ciudad.
Un patrón se está delineando: en el período de 1980 a 2016, hubo un promedio de 5.5 eventos meteorológicos cada año que generaron más de mil millones de dólares en daños (ajustado por inflación), según la NOAA. Pero en los últimos cinco años, hubo una media de 10.6 por año. 2005 fue, de hecho, el más costoso desde 1980, debido al paso de huracanes como Katrina, Rita, entre otros. Le siguió 2012, debido a la sequía extrema y al huracán Sandy.
“El aumento de la población y la riqueza material, durante las últimas décadas, ha sido un factor esencial en el incremento del daño potencial”, según la explica la agencia estatal. “Estas tendencias se refuerzan aún más por el hecho de que hay muchos asentamientos urbanos e infraestructura en áreas vulnerables como costas o zonas bajas, si bien las normas de construcción a menudo no bastan para reducir el daño que generan estos eventos extremos. El cambio climático, a su vez, está jugando un papel clave en la frecuencia creciente con que ciertos tipos de clima extremo conducen a estos billonarios desastres”.
Ya totalizan 203 los desastres naturales que, desde 1980, han costado a Estados Unidos más de mil millones de dólares. Todos ellos, sumados, rozan la astronómica cifra de 1.1 billones de dólares. A continuación, un resumen de lo más importante ocurrido en 2016, empezando con las inundaciones en Rainelle, Virginia Occidental, unas 50 millas al sudeste de Charleston:
La erosión costera tras el huracán Matthew en Vilano Beach, Florida:
El daño a un auto después de una recia granizada en San Antonio:
Fotos aéreas al este de Baton Rouge después (izquierda) y antes (derecha) de las crecidas de agosto:
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.









