Fotos: Estos desastres ocurrieron en México mientras estaba "protegida" por bonos de catástrofe
El país invierte desde hace 12 años para cubrir los costos de desastres naturales, pero el pago depende de variables estrictas que han hecho que la nación invierta millones de dólares sin que eso tenga compensación. Algunos han llamado a este juego el "azar de la naturaleza".
La “Gran Inundación” de Tabasco, 2007. Hubo 1,500 comunidades afectadas, 500,000 personas desalojadas y 1.2 millones de familias en la calle. El Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) calculó que los daños en infraestructurestuvieron alrededor de 2 mil 918 millones de dólares. México había comprado un bono de catástrofe un año antes, pero no recibieron el pago para ayudar sa la reconstrucción.
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La Secretaría de Hacienda mexicana omitió incluir en el contrato las zonas afectadas por Alex, como puede constatarse en el documento elaborado por Hacienda con el título “Estrategia de Aseguramiento del Sector Público”. La mala noticia era que sus creadores, a cuya cabeza se encontraba el secretario Francisco Gil Díaz, sólo incluyeron en los contratos con los inversionistas la cobertura de terremotos de cierta magnitud, pero no huracanes, tormentas ni ningún otro fenómeno meteorológico.
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Huracán Alex, 2010. Tamaulipas y Monterrey. Con la llegada de la temporada de lluvias, en junio de ese año,apareció la tormenta tropical Alex, que pronto se deslizó por el Golfo de México y se transformó en huracán categoría 2 al aproximarse Tamaulipas. Su llegada a tierra firme afectó a Nuevo León, cuya capital Monterrey se vio repentinamente inundada luego de que el río que la cruza se desbordó por completo. Hubo siete muertos ante las violentas oleadas y daños materiales por dos mil millones de dólares, según reportes oficiales. Las calles de las principales avenidas, primero agrietadas y después despedazadas por completo, tardaron meses en ser reparadas.
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Pero el bono recién emitido tampoco se activó. La Secretaría de Hacienda omitió incluir en el contrato las zonas afectadas por
Alex, como puede constatarse en el documento elaborado por Hacienda con el título “Estrategia de Aseguramiento del Sector Público”.
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Huracán Matthew, 2010. El remate al mal diseño de los bonos de catástrofe se conoció unos días más tarde: el 25 de septiembre la tormenta tropical Matthew ingresó a territorio nacional por Quintana Roo y provocó daños por mil 972 millones de pesos. Los que negociaron el segundo bono de catástrofe tampoco incluyeron esa zona en la cobertura.
Efe
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Ante la emergencia, los legisladores aprobaron la creación de un nuevo Fondo de Reconstrucción, con un monto de 4 mil 500 millones de pesos (unos 350 millones de dólares). Además, la Secretaría de Hacienda contrató un reaseguro adicional por 76.5 millones de dólares para el Fonden.
Efe
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Huracán Odile, 2014. El huracán “más devastador” que haya tocado tierra en ese lugar. Las ráfagas de vientos doblaron postes de luz y palmeras, hicieron volar puertas y derrumbaron estructuras enteras. El techo del aeropuerto voló por completo, dejando una de las terminales en ruinas. Dieciocho personas murieron y los daños se estimaron en mil 22 millones de dólares.
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El diseño del bono preveía que México recibiría 100 millones de dólares
si la presión del huracán era de 920 o menos millibars, cantidad que se
reduciría a la mitad si la presión era menor a 932 millibars. El Centro Nacional de Huracanes de EEUU tardó tres meses en emitir su reporte final sobre el huracán Odile, pero hubo una sorpresa: un cazahuracanes situó la presión en 941 millibars, lo que dejó a la tormenta fuera de los parámetros técnicos del bono de catástrofe. México no recibió ni un dólar.
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Huracán Patricia, 2015. Se repitió la historia. El Centro Nacional de Huracanes de EEUU emitió una alerta el 23 de octubre de 2015: la tormenta alcanzó la categoría 5.
“Ningún huracán de esta magnitud había impactado el Pacífico mexicano”,
escribió en su cuenta de Twitter el presidente Enrique Peña Nieto. En Jalisco las autoridades trasladaron a unas 50 mil personas de las zonas en riesgo y habilitaron un refugio temporal. Josh Morgerman ‒el cazahuracanes- se hallaba en un hotel de Emiliano Zapata, un pequeño pueblo cerca de la costa del Pacífico‒ y degradó la presión del huracán en su reporte final. Así que de los 100 millones de dólares que se esperaban obtener, el pago se redujo a 50 millones de dólares.
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El pago de 50 millones de dólares a México por el huracán Patricia representó la primera pérdida de los inversionistas de bonos de catástrofe en nueve años.
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Terremoto del sur, 7 de septiembre de 2017. Por “suerte”, la magnitud de 8.2 del terremoto “disparó” el pago del bono. México, por primera vez en 12 años, obtuvo los recursos completos amparados por la cobertura: 150 millones de dólares.
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Miembros de la Armada mexicana evalúan daños en una edificación en Veracruz, luego del potente terremoto, el de mayor magnitud en los últimos 100 años de la historia de México
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Terremoto CDMX, 19 de septiembre de 2017. Luego vinieron días de desastres, con el terremoto de magnitud 7.1 que golpeó severamente a la Ciudad de México y a varias poblaciones de Morelos y Puebla. Pero los inversionistas no pagarían ni un solo peso por el segundo terremoto porque está estipulado que sólo se cubre un evento catastrófico en el periodo de vigencia.
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Jojutla, 19 de septiembre de 2017. México no cobraría ni un peso del bono catastrófico por dos razones: Porque el contrato firmado por la Secretaría de Hacienda establecía que sólo se recibiría dinero en caso de que el sismo tuviera una magnitud de 7.5. y porque, aunque hubiese tenido esa u otra magnitud mayor, los inversionistas no pagan dos veces. El terremoto ocurrido 12 días antes había cubierto la cuota.