Joan supo que ya iba a morir, cuando comenzó a 'hablar' con su difunto hermano

El 13 de julio próximo, se cumplen dos años de su fallecimiento y mientras su legado musical sigue vigente, su familia libra una batalla por la herencia.

Video Con mucho dolor, Federico Figueroa recordó lo duro que fue ver a Joan Sebastian morir

El 13 de julio de 2015, la música mexicana sufrió la pérdida de uno de los compositores más talentosos, populares y admirados, Joan Sebastian, quien luego de librar una batalla contra el cáncer de huesos a lo largo de 16 años, no pudo más y a las 19:00 horas de ese día el llamado ‘Rey del jaripeo’ dejó de existir.

Inmediatamente, la noticia corrió por todos los medios, radio, televisión y redes sociales, un momento triste que no sólo puso de luto a su familia, sino a miles de admiradores del cantante y a todos los amigos que durante toda su vida cosechó.

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Los dolores que tenían cada vez eran más intensos, Joan ya estaba muy cansado, había buscado todo tipo de medicamentos, tratamientos, médicos, hospitales y hasta que decidió irse a su rancho de Teacalco, Guerrero, sitio donde él deseó morir y donde se despidió de sus hijos y de sus hermanos.
“Mi padre fue tan afortunado que murió donde quiso y como quiso”, comentó José Manuel Figueroa, horas después del fallecimiento del cantante, quien además dijo que el número 13 siempre estuvo ligado a su padre y fue precisamente el día que escogió morir.

“Los últimos días de mi hermano no fueron fáciles, ya estaba cansado y los dolores no lo dejaban, yo tuve que viajar a Puerto Vallarta y la última plática que tuvimos fue por teléfono y hablamos sobre Julión Álvarez, pues él quería que Joan le hiciera un disco y mi hermano me dijo: ‘Sí, dile que sí que tengo unos compromisos y que lo hacemos, vénganse la semana que entra, el miércoles, lo platicamos y lo cerramos… pero ya no llegó el miércoles”, recordó Federico Figueroa, hermano del intérprete de ‘Tatuajes’.

A pesar de esos dolores intensos que padecía, Joan trataba de no alarmar a la familia, pero ellos lo veían sufrir y así fueron sus últimos días. “Sólo una vez me dijo que no aguantaba el dolor, incluso me dijo: ‘¡Se acabó! No puedo más´. Se puso a llorar, nos pusimos a llorar y yo le dije que no, que le diera para adelante, pero ya estaba muy cansado”, añadió Federico.

Dijo que su hermano lo esperó que llegara de Puerto Vallarta para despedirse pues entre ellos existía un gran cariño y él era el brazo derecho de Joan.

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Federico recordó, que su hermana le llamó a las dos de la mañana del día 13 para pedirle que se fuera pronto para el rancho, pues Joan tenía el dolor muy intenso y que urgía su presencia. “A las cinco de la mañana, me volvió a llamar y pues me dijo que ya estaba muy malo, que había comenzado a delirar, pues me dijo: ´Es que ha comenzado a hablar con Ángel´, mi hermano mayor que ya había fallecido y que ya le había dicho a ella que Ángel ya estaba con él y cuando me dijo eso mi hermana, yo ya sabía que se iba a morir”.

Al llegar al rancho, Federico confesó que lo que vio fue un cuadro muy triste, pues toda la familia estaba ahí alrededor de él. “Me dijeron que estaba inconsciente, pero yo creo que estaba consciente, me acerqué a su lado, le hablé y abrió un ojo, me vio y hablé con él. Nunca le dije que lo amaba y ese día se lo dije, que había sido un gran hombre y un gran padre. Que se fuera en paz”.

Finalmente, un paro cardiaco terminó con su vida y el juego de ajedrez que venía jugando con el cáncer lo perdió, porque así lo escribió en uno de los últimos mensajes que subió a sus redes sociales y desde ese momento, comenzó la leyenda y comenzaron también los problemas entre la familia por la herencia.

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