El indocumentado condenado por asesinar a dos policías en California asegura que matará más agentes

Luis Bracamontes enfrenta la pena capital por matar a tiros a dos agentes policiales en Sacramento en octubre de 2014. El juicio de este mexicano, que varias veces ingresó ilegalmente a Estados Unidos, ha sido mencionado por la campaña de reelección del presidente Trump para atizar el debate migratorio.

Video "Mataré a más agentes", dice indocumentado condenado por asesinar a dos policías en California

LOS ÁNGELES, California.- Cuando se leía el veredicto que este viernes lo declaró culpable del asesinato de dos policías en el norte de California en 2014, Luis Bracamontes hizo un gesto desconcertante. Miró sonriente a una de las viudas y dijo "sí". Al salir del tribunal en Sacramento, ya condenado por 15 cargos criminales y 5 circunstancias especiales, el condenado expresó: "Voy a matar a más policías pronto".

El mexicano, quien este viernes cumplió 51 años, había tenido varios arrebatos durante el juicio. Amenazó con matar a su defensor público, al jurado y a otros agentes del orden, reconoció a gritos que era culpable, profirió insultos racistas e incluso pidió que le condenaran a la pena de muerte.

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Sus abogados defensores han declarado que Bracamontes está mentalmente enfermo y que no debió enfrentar este proceso. Aseguran que este hombre que ingresó legalmente a Estados Unidos en varias ocasiones estaba paranoico por el consumo excesivo de metanfetamina cuando el 24 de octubre de 2014 asesinó a los dos policías.

Según la acusación, Bracamontes le disparó al agente del Sheriff del condado de Sacramento, Danny Oliver, afuera de un motel de Sacramento el 24 de octubre de 2014, desencadenando una persecución a lo largo de unas 30 millas y que duró varias horas. Después de un largo enfrentamiento a tiros, en el cual hirió mortalmente al detective del Sheriff del condado Placer, Michael Davis Jr, este se rindió.

El jurado rechazó el argumento de la defensa, aunque esta jamás negó que era responsable de ambos homicidios. “Les disparó a los dos”, señaló el defensor público Norm Dawson al jurado el jueves, durante los argumentos finales del juicio. “Es un hecho trágico que no disputamos de ninguna manera”.

Dawson pidió que se considerara la evidencia de que las acciones de este inmigrante indocumentado pudieron haber sido influenciadas por el alto nivel de droga que consumió antes de cometer el ataque. “El señor Bracamontes claramente no estaba en su sano juicio”, dijo el abogado. “Su mente estaba alterada”.

Este caso atizó el debate migratorio. La campaña de reelección del presidente Donald Trump emitió un comercial en enero, durante uno de los cierres del gobierno federal, en el que se mencionaron los asesinatos de Bracamontes y se acusó a los demócratas de ser “cómplices” de estas muertes.

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Sin embargo, diversas investigaciones han mostrado que los inmigrantes en Estados Unidos, sin importar de donde provengan, cometen delitos en menores niveles que los estadounidenses.


El defensor de Bracamontes dijo que este comenzó a consumir metanfetamina por su esposa, Janelle Monroy, una ciudadana estadounidense. Ella probó el narcótico para perder peso. Antes de volverse adicto, el hombre trabajó como pintor y jardinero, pagó sus impuestos y quería comprar una casa.

Sin embargo, el abuso de dicha sustancia lo volvió paranoico y empezó a experimentar alucinaciones y tendencias suicidas. Su mente se perdió mientras él y su esposa conducían de Salt Lake City (Utah) a Sacramento (California). Durante el viaje este le comentó a su pareja que creía que los estaban rastreando y le pidió que tirara su celular por la ventana del auto.

Según su defensa, Bracamontes fumó metanfetamina durante toda la noche antes de cometer sus crímenes. “No quería dispararle a ese policía”, le dijo a su esposa, de acuerdo a su abogado.

Janelle Monroy, cuyo juicio por homicidio y otros cargos se llevó a cabo simultáneamente al de su esposo, pero ante un jurado independiente, aún está a la espera de un veredicto.

Su defensa alega que fue víctima de un hombre abusivo y paranoico que consumía cristal, marihuana y alcohol. Ella podría ser sentenciada a 25 años de prisión si es condenada por ayudar a su marido a llevar a cabo sus crímenes.

A partir del 5 de marzo, el jurado analizará los argumentos sobre si Bracamontes debe ser sentenciado a la pena de muerte.