WASHINGTON DC.- Una familia salvadoreña está viva de milagro tras sufrir un aparatoso accidente de tránsito contra un conductor intoxicado. La madre Rosa Cortéz, de 47 años y sus dos hijas Nicolle López, de 9 años, Jocelyn Sandoval, de 15, todavía padecen secuelas físicas y emocionales.
"Recuerdo a mi mamá agonizando": Familia salvadoreña sobrevive a grave accidente provocado por conductor ebrio
Una madre salvadoreña y sus dos hijas se reencontraron en casa casi dos meses después de un accidente provocado por un conductor en estado de ebriedad en Lothian, Maryland.

El choque ocurrió el pasado 17 de diciembre, en Lothian, Maryland, en el condado Anne Arundel, dejó a las tres mujeres hospitalizadas y apenas hace unos días, la familia López pudo reencontrarse en casa.
“Me explicaron que era un accidente de tránsito, que un carro impactó de frente el vehículo de mi esposa y que el conductor venía entre 75 a 100 millas por hora y que venía ebrio. Y que lo habían arrestado”, narró Jaime López, sostén económico del hogar.
Pensaron que Rosa Cortéz no sobreviviría al accidente
Los agentes, que llegaron a la escena del choque, pensaron que Rosa no sobreviviría por la gravedad de sus heridas. Las tres mujeres fueron llevadas de emergencia a dos hospitales diferentes, y sus familiares cuentan los momentos de angustia que vivieron en esos primeros minutos.
“Recuerdo escuchar a mi mamá agonizando. Y me recuerdo a mí misma tratando de salir del carro con una mano, porque la otra me la fracturé. Recuerdo que me subieron en el helicóptero para ir al hospital y cuando me cortaron la ropa, porque sentí el frío de las tijeras en mi piel. Y ya de ahí no recuerdo nada más”, describe Jocelyn el terrible acidente.
La adolescente hispana, que quedó con una herida en su estómago, comenta que hasta que no vio las fotos del accidente y lo que le pasó a su mamá y hermana, fue que comprendió que el accidente había sido fuerte y "grande".
“En ese momento solo le dije a Dios ‘sálvales la vida, sé que están graves, pero te suplico que las salves’. Y me dice el policía que habían llevado a las niñas a dos hospitales. Y también me pregunta ‘¿que hubiese querido tu esposa?’, asegurando, por la condición, que ella estaba muerta”, agregó Jaime López.
“Me dijeron ‘no te recomiendo que veas los vehículos’. Lo siento mucho”, añadió el padre.
Rosa Cortéz, la esposa de Jaime y quien se recupera de 17 fracturas, describe los momentos de angustia y confusión posteriores al accidente. Y cómo preguntaba por sus hijas, cuando alguien las podía visitar.
“Yo solo recuerdo que escuchaba llantos y que estábamos como trabadas. Nos jalábamos, pero no recuerdo más. Solo escuchaba a una de mis hijas, a la pequeña no”, narró la mujer.
“Yo recuerdo que me quería desmayar, pero no lo hice. Me quite el cinturón (de seguridad), abrí la puerta, vi que habían pedazos de carro en el piso y sentí que me desmayaba. Pero después vi un carro que se acercaba y era la persona que me salvó la vida a mi, a mi mamá y a mi hermana”, explicó Nicolle, que se debe someter a una cirugía pra regresar el intestino grueso a su lugar.
El otro conductor estaba intoxicado
La investigación determinó que el conductor del otro vehículo involucrado en el accidente, Robert Torres, conducía en estado de ebriedad. Cuando se le pregunta a Jocelyn que le diría hoy, la joven rompe en llanto y dice que no sabe qué podría decirle a alguien que ocasionó una tragedia como estas.
“Una de las razones por las que nosotros les decimos que no manejen (en estado de ebriedad) es porque les cambia la vida. No solamente a las víctimas, sino de quien provoca el accidente. Por eso nuestro deseo es que si va a tomar, no maneje”, dijo José Cruz Miranda, vocero hispano Policía de Anne Arundel.
Provocar un accidente, mientras se maneja bajo los efectos de alcohol o drogas, es un delito que lleva a la cárcel.
“Puede ser arrestada la persona y si es hallado culpable (de conducir) bajo los efectos de alcohol o drogas, si es la primera vez, puede pagar un año de cárcel; si es la segunda, dos años; y la tercera por tres años”, expresó el abogado Víctor Ramírez.
“Para mí, una de las salvedades, es que la persona también puede demandar a quien dio el golpe. Pues aunque la heridas son muchas, también es necesario tener ese aporte que es el económico”.
“Antes, yo decía a la persona que toma y maneja que era su decisión, porque no sabía el impacto que tendría. Pero ahora, les pido a las personas, que si ven a alguien tomado les quiten las llaves y que no loa dejen manejar, porque la destrucción e impacto son demasiado. Le cambian la vida totalmente a uno”, reflexionó Jocelyn Sandoval.
“Yo debería de estar preocupada por estudiar y no de estar tirada aquí en mi cama, asustada por mis heridas”, añadió la joven hispana.
La familia todavía recibe las cuentas del hospital y de los paramédicos que les salvaron la vida. Los costos van en los 3 millones de dólares, contando el servicio del helicóptero que las trasladó hasta un centro asistencial que les ha costado $100,000.
Con información de Jackeline Quijano.















