Miembros de la Guardia Nacional de Texas comenzaron a llegar el martes a una base militar del Ejército a las afueras de Chicago, como parte del despliegue federal de tropas que busca llevar a cabo el presidente en ciudades demócratas, a pesar de la resistencia de las autoridades estatales y locales.
Despliegue de la Guardia Nacional: cómo estados republicanos apoyan el plan de Trump para “castigar” a los demócratas
Mientras gobernadores demócratas cuestionan la legalidad de federalizar las tropas sin que haya una invasión o una insurrección, como requiere la ley, gobernadores republicanos han tomado un enfoque diferente y apoyan las maniobras de Trump.

Se esperaba que participaran en un entrenamiento antes de ser desplegados en el área, para, según funcionarios del gobierno, proteger a los agentes e instalaciones federales, como los del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) también movilizados en el territorio en redadas migratorias.
Reportes de medios que citan a fuentes familiarizadas con la operación señalan que unos 200 miembros de la Guardia Nacional de Texas serán desplegados en Chicago esta semana, tan pronto como este mismo miércoles, un día antes de la audiencia sobre la demanda presentada por el estado de Illinois y la ciudad de Chicago para bloquear la medida.
"La llegada de la Guardia Nacional por parte de la administración Trump es una extralimitación agresiva. El despliegue de tropas armadas por parte del gobierno federal en nuestra comunidad debería ser alarmante para todos", declaró en un comunicado la ejecutiva del condado de Will, Jennifer Bertino-Tarrant, demócrata.
"Me coordinaré con los líderes locales para asegurarme de que estamos haciendo todo lo posible para proteger los derechos de nuestros residentes y la seguridad de todos. Esperemos que la audiencia del jueves en el tribunal federal ponga fin a este ataque contra nuestra comunidad", agregó.
Además de los miembros de la Guardia Nacional de Texas, enviados a Chicago sin notificación a las autoridades locales, a miembros de la Guardia Nacional de Illinois también se les ordenó presentarse a entrenamiento el martes, en contra de la voluntad del gobierno estatal. El gobernador de Illinois, JB Pritzker, había informado que unos 300 soldados de la Guardia Nacional de su estado serían federalizados y desplegados también en Chicago.
Cómo estados republicanos están apoyando el plan de Trump
Desde el inicio de su segundo mandato, el presidente ha enviado o hablado de enviar tropas a diez ciudades gobernadas por demócratas, algunas incluso dentro de estados republicanos: Portland (Oregon), Baltimore (Maryland), el Distrito de Columbia, Oakland, San Francisco y Los Ángeles (California), Nueva Orleans (Louisiana), y Memphis (Tennessee).
El presidente argumenta que las ciudades gobernadas por demócratas necesitan intervención militar para “restablecer el orden”, aunque en su mayoría las estadísticas dicen lo contrario, y además, la ley federal prohíbe que las tropas asuman funciones policiales. El republicano alega que la presencia de los soldados también busca proteger a los agentes federales de inmigración de las protestas por las redadas, aunque estas han sido mayormente pacíficas.
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La batalla de Trump contra los líderes demócratas de esos territorios se está midiendo actualmente en los tribunales y el jueves, además de la audiencia en Chicago, una corte federal analiza la apelación del gobierno al bloqueo temporal del envío de tropas a Portland, Oregon.
Pero mientras los gobernadores demócratas cuestionan la legalidad de la federalización de las tropas sin que haya una invasión o una insurrección, como requiere la ley, gobernadores republicanos han tomado un enfoque diferente y apoyan las maniobras de Trump.
Y lo hacen pidiendo ellos mismos el despliegue en sus territorios pero también ofreciendo a los efectivos de la Guardia Nacional de sus estados para que sean desplegados en estados o ciudades demócratas.
El lunes por la noche, el gobernador de Texas, Greg Abbott, publicó una foto en X en la que se ve a miembros de la Guardia Nacional de ese estado subiendo a un avión. La acompañó con el siguiente texto: "La Guardia Nacional de Texas, la élite. Siempre lista. Desplegándose ahora".
En sus redes sociales, Abbott no solo ha celebrado públicamente el esfuerzo de Trump sino que además ha criticado a gobernadores y alcaldes demócratas que ponen resistencia al despliegue federal, retratándolos como defensores de criminales.
El gobernador republicano de Texas autorizó el envío de 400 miembros de la Guardia Nacional de su estado para apoyar los esfuerzos de Trump para "proteger a los funcionarios federales", según dijo en Fox News.
"El presidente tiene la autoridad de llamar a la Guardia Nacional para ayudar a hacer cumplir esas leyes, y eso es exactamente lo que está haciendo. Texas está ayudando al presidente en esa causa", declaró Abbott a la cadena.
Despliegue federal: los casos de Tennessee y Louisiana
Pero efectivos de la Guardia Nacional también podrían desplegarse esta semana en Memphis, una ciudad liderada por un demócrata, pero en un estado de mayoría republicana. Reportes de medios indican que el despliegue podría ocurrir allí este viernes.
Sin embargo, contrario a los gobernadores de Illinois y Oregon, el gobernador de Tennessee, el republicano Bill Lee, ha dado el visto bueno al envío de tropas a la principal ciudad del estado y dijo que estás serán juramentadas por el Servicio de Alguaciles de EEUU para “cumplir una función de apoyo esencial” a las fuerzas del orden locales, aunque no está del todo claro cuál será su papel.
La jefa de policía de Memphis, Cerelyn Davis, dijo que un pequeño grupo de comandantes ya estaba en la ciudad preparando la llegada de las tropas de la Guardia Nacional.
El alcalde del condado de Shelby, Lee Harris, dijo que estos efectivos no participarán en actividades de orden público.
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“Esta concesión [de que las tropas no actuarán en funciones policiales] es un reconocimiento parcial de que la Constitución de Tennessee no otorga al gobernador ni a ningún funcionario estatal el poder de invadir las comunidades del estado con tropas de ningún tipo”, dijo Harris, un demócrata, enfrentado al liderazgo republicano estatal por este despliegue.
“Seguiremos insistiendo ante el gobernador Lee para que se enfrente a Trump y proteja a las comunidades de Tennessee, evitando que tengan que ver siquiera a un solo miembro de la Guardia sobre el terreno”, añadió.
En Louisiana, por otra parte, el caso aún es más particular, ya que ha sido el propio gobernador, Jeff Landry, quien ha pedido al gobierno federal que despliegue a efectivos de la Guardia Nacional en Nueva Orleans, un bastión demócrata, alegando una alta criminalidad, no acorde a las más recientes estadísticas locales.
Landry envió una carta al secretario de Defensa, Pete Hegseth, solicitando que se desplieguen hasta 1,000 miembros de la Guardia Nacional de Louisiana en ciudades como New Orleans, Baton Rouge y Shreveport, hasta el final del año fiscal 2026. El gobernador propone que esas tropas operen bajo el Título 32, lo que significa que tendrían financiamiento federal, pero permanecerían bajo control estatal, buscando evitar conflictos legales directos.
La cooperación de gobernadores republicanos permite que Trump despliegue fuerzas en ciudades demócratas, reforzando su narrativa de “ley y orden” y presionando políticamente a alcaldes demócratas. Además, contar con luz verde de los gobernadores no solo busca normalizar los despliegues federales en todo el país, sino también evita batallas judiciales.
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