La propuesta de Donald Trump para poner fin a la guerra en Ucrania coloca a este país en una delicada posición diplomática: elegir entre su aliado más importante, Estados Unidos, o capitular ante Rusia, que le lanzó una invasión a gran escala que dura ya casi cuatro años.
Cómo Trump cede otra vez ante Putin y le ofrece casi todo lo que quiere de Ucrania con su nuevo plan de paz
La propuesta representa un claro retroceso para Ucrania, dado que le exige que ceda territorios a Rusia, renuncie a una posible adhesión a la OTAN y reduzca sus fuerzas armadas, entre otros puntos.
El plan de paz, de 28 puntos, fue elaborado por el gobierno estadounidense y el Kremlin. Para Ucrania, que no participó en su preparación, representa un radical retroceso, dado que le exige ceda territorios a Rusia, renuncie a una potencial adhesión a la OTAN y reduzca sus fuerzas armadas, entre otros puntos.
El motivo es que Trump pareció ceder ante su homólogo ruso, Vladimir Putin, al incluir un gran número de sus exigencias que el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, ha rechazado rotundamente en multitud de ocasiones, incluida la cesión de grandes extensiones de su territorio.
Analistas dudan a la hora de calificar esta estrategia de proponer algo ya descartado en el pasado y que, por lo tanto, es sabido que recibirá de nuevo su rechazo.
Según Oleksandr Merezhko, presidente de la comisión parlamentaria de Asuntos Exteriores de Ucrania, el principal problema del plan radica en sus contradicciones.
Comienza garantizando la soberanía de Ucrania, pero luego enumera varios puntos que la inhibirían o violarían, le dijo a la agencia AP.
El plan "es definitivamente inviable, pero no descarto que pueda ser parte de la estrategia de Trump", dijo Merezhko. "Empieza con algo absolutamente absurdo, ridículo, que causa conmoción, y luego se vuelve más razonable".
El analista político ucraniano Volodymyr Fesenko afirmó que la firma del plan sería “catastrófica” para Zelensky.
“Pero el problema es que no podemos decirle que no a Trump porque habrá una fuerte presión desde la Casa Blanca”, declaró al mismo medio.
¿Qué dijeron Zelensky, Putin y Trump sobre el plan de paz para Ucrania?
Zelensky ya había reiterado en el pasado a la Casa Blanca que varias de estas concesiones son líneas rojas inadmisibles. La última vez fue en la reunión que mantuvo con Trump en Washington el pasado mes de octubre.
Por eso, no es de extrañar que el líder ucraniano se mostrara receloso este viernes sobre la propuesta. Prometió que presentará "alternativas" y aseguró que no "traicionará" a su país.
"Ucrania podría enfrentarse a una elección muy difícil: la pérdida de dignidad o el riesgo de perder a un socio clave (EEUU)”, declaró en un mensaje a la nación.
"Estamos atravesando uno de los momentos más difíciles de nuestra historia", añadió, y dijo que las propuestas estadounidenses auguran "una vida sin libertad, sin dignidad, sin justicia".
Putin, sin embargo, aseguró que el plan puede "sentar las bases" para un acuerdo definitivo y amenazó con conquistar más territorio si Kyiv lo rechaza.
Trump, por su parte, se mostró desafiante este viernes al asegurar que Zelensky tendrá que conformarse con el plan.
"Tendrá que gustarle, y si no le gusta, entonces simplemente tendrán que seguir luchando", declaró a la prensa. "En algún punto, tendrá que aceptar algo", añadió.
El republicano también recordó que le dijo a Zelensky, durante el sonado desencuentro entre ambos en febrero en la Casa Blanca, que él "no tenía las cartas en la mano".
Para ejercer aún más presión sobre el líder ucraniano, Trump dijo que el 27 de noviembre, día de Acción de Gracias, es una fecha límite "adecuada" para recibir una respuesta por parte de Kyiv.
Las concesiones territoriales como “líneas rojas” de Ucrania presentes en el plan de Trump
La propuesta retoma varias demandas formuladas por Moscú y rechazadas por Kyiv, entre ellas que Ucrania ceda el este del país y acepte la anexión de una parte del sur.
El plan asegura que confirmará la soberanía ucraniana.
Sin embargo, las dos regiones de la cuenca minera e industrial del Donbás, Donetsk y Lugansk (este), así como la península de Crimea, anexionada en 2014, serían "reconocidas de facto como rusas, incluso por EEUU", y Moscú recibiría otros territorios ucranianos que aún hoy están bajo el control de Kyiv, dice el texto.
Esta es probablemente la mayor línea roja para Zelensky, quien ha declarado repetidamente que Ucrania jamás reconocerá los territorios ocupados como parte de Rusia.
Según el plan respaldado por Trump, Kyiv debería comprometerse a no entrar nunca en la OTAN, la mayor alianza militar del mundo, e incluso reflejarlo en la Constitución del país.
Ucrania no podría desplegar fuerzas occidentales en su territorio. Debería además limitar su ejército a 600,000 militares y conformarse con una protección de aviones de combate europeos basados en Polonia, mientras que la OTAN se comprometería a no estacionar tropas en territorio ucraniano.
El plan establece que Rusia no invadirá países vecinos, aunque el Kremlin ha violado en numerosas ocasiones compromisos similares.
Zelensky ha defendido reiteradamente que la adhesión a la OTAN sería la forma más económica de garantizar la seguridad futura de Ucrania.
Los 32 países miembros afirmaron el año pasado que Ucrania se encuentra en una senda "irreversible" hacia la adhesión. Sin embargo, algunos miembros, liderados por EEUU, se han mostrado reacios a avanzar con Ucrania mientras la guerra continúa y antes de que las fronteras del país estén claramente delimitadas.
Ucrania debería renunciar a reclamar responsabilidades a Rusia durante la guerra
El plan también exige a Ucrania que renuncie a cualquier reclamación para exigir responsabilidades a Rusia por sus acciones en Ucrania.
Esto negaría a miles de ucranianos cualquier posibilidad de buscar reparaciones o justicia por su sufrimiento en estos años.
Expertos en derechos humanos respaldados por la ONU han declarado que la tortura de civiles y prisioneros de guerra ucranianos por parte de Rusia constituye un crimen de lesa humanidad.
La propuesta también exige que Moscú acepte invertir $100,000 millones de sus activos congelados en la reconstrucción de Ucrania, una idea que ya fue criticada en el pasado por algunos funcionarios del Kremlin.
Según el plan, Moscú también vería el fin de su aislamiento de Occidente con su reintegración al G8, formado por las economías más industrializadas del mundo, y el levantamiento gradual de las sanciones.
Ucrania debería, además, organizar elecciones en menos de 100 días. Este punto responde a las reivindicaciones de Moscú, que insiste en la destitución de Zelensky.
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