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Fugitivos

Usó su entrenamiento militar y la identidad de alguien parecido: la huida del exmarine capturado en El Salvador

Un funcionario del servicio de los US Marshals informó que Raymond McLeod buscó en internet un hombre con sus características físicas para usar su identidad en Centroamérica, donde daba clases de inglés. Él enfrenta hasta cadena perpetua por el presunto asesinato de su novia.
Publicado 2 Sep 2022 – 04:50 PM EDT | Actualizado 2 Sep 2022 – 05:03 PM EDT
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Raymond McLeod, el exmarine capturado en El Salvador tras una búsqueda de seis años, fue acusado formalmente este viernes en una corte de California por el presunto asesinato de su novia en 2016. Si es declarado culpable enfrentaría una condena de 25 años de cárcel con la posibilidad de se vuelva una cadena perpetua. Un juez le negó la fianza, por lo que seguirá preso hasta su juicio.

En una conferencia de prensa posterior a la audiencia en la Corte Superior del condado de San Diego, las autoridades dieron nuevos detalles sobre la captura de McLeod, quien durante tres años dio clases de inglés en una escuela en Sonsonate usando un nombre falso: Jack Donovan.

Se cree que McLeod buscó en la internet un hombre que se pareciera a él para usar su identidad.

“Si haces una búsqueda en Google de Jack Donovan es un fisicoculturista muy parecido a él. Creo que él hizo un poco de investigación por su cuenta. Obviamente es un fisicoculturista. Pero creo que encontró a alguien que se pareciera a él para poder usar esa identidad”, dijo Joseph O’Callaghan, jefe adjunto del Servicio de los US Marshals, agencia federal que encabezó la búsqueda.


O’Callaghan no especificó quién es el Jack Donovan real. En Google, un hombre musculoso parecido a McLeod es un controvertido autor que se define a sí mismo como nacionalista blanco, defensor de la “supremacía masculina” y a favor de privar a las mujeres de los derechos políticos.

El Southern Poverty Law Center (SPLC) define a Jack Donovan como parte de un grupo de escritores, oradores e internautas misóginos “que reúnen a hombres que ven a las mujeres y sus derechos como el tornillo de banco dentro del cual se aplastan sus propias libertades”.

Donovan no respondió a los mensajes enviados por este medio preguntándole sobre el caso McLeod.

Usando la identidad de ese supremacista misógino, McLeod vivió tres años en un pueblo salvadoreño que lo recibió con los brazos abiertos. Allí aprendió español, se enamoró de la comida típica y se convirtió en un profesor de inglés respetado por todos.

Marvin Carías, director general de operaciones de la escuela Direct English, donde McLeod impartía clases, aseguró que presentó un pasaporte canadiense con el nombre falso y que al revisar sus antecedentes penales el resultado fue que estaba “limpio”. Donovan, el real, nació en Pennsylvania.

Los US Marshals señalan que no encontraron ninguna identificación oficial de McLeod.

O’Callaghan dijo en la conferencia que el fugitivo usó sus conocimientos adquiridos en la Marina para ocultarse durante seis años en México, Belice, Guatemala y El Salvador. “Obviamente él tiene entrenamiento en operaciones clandestinas, pero al final nosotros tenemos el mismo entrenamiento”.

“Nunca se den por vencidos”

Para las autoridades, el operativo de búsqueda no habría tenido el mismo resultado sin la colaboración de la madre de la víctima, Josephine Funes Wentzel, una detective retirada. Ella habló por teléfono con su hija Krystal Mitchell, de 30 años, el 9 de junio de 2016. Fue la última vez que conversaron.

La joven había viajado con McLeod de Phoenix, Arizona, a San Diego, para visitar a unos amigos de él. La madrugada del 10 de junio la pareja fue a un bar cercano, donde él le dio una cachetada y una cámara de seguridad lo grabó ahorcándola de vuelta al apartamento. Por la tarde la Policía encontró su cadáver. La autopsia arrojó que la estrangularon con tal violencia que tenía tres fracturas en la tráquea.

“Un factor clave en este caso fue Josephine Wentzel, la madre de Krystal. Ella nunca se dio por vencida y estuvo determinada en traer ante la justicia al hombre que mató a su hija”, expresó Summer Stephan, fiscal del condado de San Diego, en la conferencia. “Él se metió con la madre equivocada”.

Nieta de inmigrantes españoles, Funes Wentzel tejió una red de colaboradores en la internet que la llevaron por distintos rincones de México y de Centroamérica. Le mandaban información, incluyendo un video, y con eso los US Marshals fueron haciendo líneas de investigación.


“Sacrifiqué a mi propia familia. Me despertaba a las 2 de la madrugada y hacía búsquedas en la computadora. Hacía llamadas. Le hablaba a los Marshals en medio de la noche”, contó ella.

“Lo importante en esta conferencia es ¡Sí, lo atrapé! Y no escapará de nuevo…. Estaré satisfecha cuando sea convicto por asesinar brutalmente a mi hija y cuando sea sentenciado a cadena perpetua. Estaré muy involucrada en esto como lo estuve en la búsqueda”.

La huida de McLeod llegó a su fin cuando una mujer de El Salvador leyó en internet un artículo de Univision Noticias sobre el esfuerzo de Funes Wentzel y lo denunció. No lo hizo ante las autoridades de El Salvador, sino directamente en el portal de los alguaciles estadounidenses. Ya que el sitio que recibe información está en inglés, es posible que se trate de una alumna o compañera de trabajo de McLeod.

“El sábado 20 de agosto, el Servicio de los US Marshalls recibió una denuncia a través de la página de internet indicando que alguien con las características de McLeod podría estar trabajando como maestro de inglés en una escuela en Sonsonate, El Salvador”, detalló O’Callaghan.

La información se verificó y los alguaciles coordinaron con la embajada estadounidense en ese país. A finales de agosto dos agentes fueron a El Salvador y, acompañados por policías locales, espiaron al fugitivo afuera de la escuela. Al mismo tiempo descubrieron que estaba ilegalmente en el país, lo que facilitó su deportación. La tarde del lunes lo detuvieron en su salón de clases.

Ahora los US Marshals han iniciado el trámite para pagarle hasta 50,000 dólares a la persona que ayudó en la captura. “Esperamos pagar una recompensa”, señaló O’Callaghan.

Funes Wentzel había mantenido una postura inquebrantable en la investigación y después del arresto. Pero este viernes lloró al escuchar los detalles del asesinato. Dejó de hablar como detective y lo hizo como madre para enviar este mensaje a los familiares de víctimas: “nunca se den por vencidos”.

La próxima audiencia de McLeod se programó para el 26 de enero de 2023.

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