SAN FRANSICO, CA.- Allen Gessen, un abogado que quería contratar a un sicario para asesinar a su esposa y así quedarse con la custodia de sus hijos, fue condenado por un jurado tras ser atrapado por un agente encubierto del FBI de San Francisco.
Contrata a un agente del FBI para asesinar a su esposa y quedarse con los hijos
Un abogado buscaba un sicario para matar a su esposa y quedarse con los hijos, pero no contaba con que algo de su plan saldría mal.

El Distrito Norte de California del Departamento de Justicia de Estados Unidos informó que Gessen, un residente de Massachusetts de 48 años, buscaba un asesino a sueldo y sin saberlo contrató al agente especial Robert K. Tripp, quien estaba trabajando encubierto en una operación de lavado de dinero a nivel internacional.
Gessen era un abogado con licencia en Nueva York y un contacto de la investigación le presentó a Tripp.
Gessen se reunió con el agente encubierto del FBI en dos ocasiones, primero en Boca Raton, Florida, y luego nuevamente en la ciudad de Nueva York, en el estado de Nueva York.
“Durante las reuniones, Gessen ofreció detalles de una disputa de años con su ex pareja que había resultado en procedimientos contenciosos por la custodia de los hijos. En estas reuniones ya través de una serie de mensajes electrónicos encriptados, Gessen inició planes para cometer dos delitos diferentes utilizando las conexiones del agente encubierto del FBI”, señaló el Departamento de Justicia.
Buscaba deportar a su ex pareja
Gessen creía que si lograba deportar a su ex pareja podría obtener la custodia total de sus dos hijos menores de edad.
Según la evidencia presentada en el juicio, inicialmente acordó pagar al agente encubierto del FBI 100,000 dólares para llevar a cabo el esquema de soborno y deportación.
Gessen explicó que podía justificar el gasto porque pagaría más en manutención infantil si su expareja permaneciera en Estados Unidos.
Pero al final de esa misma reunión, Gessen resolvió asesinar a su expareja porque era una “manera más barata de deshacerse de ella” y era una solución más permanente, señaló el Departamento de Justicia.
“La evidencia del juicio estableció que Gessen acordó pagar $50,000 para que se completara el asesinato. Específicamente, acordó pagar un depósito de $25,000 y que los $25,000 restantes se deban después de su asesinato. Durante estas discusiones, Gessen le dijo al agente encubierto del FBI que él había investigado previamente un asesinato a sueldo y pagó $10,000 para lograr la tarea”, indicó.
“Gessen dijo que pagó a un equipo de un país extranjero para que viajara a Massachusetts, realizara un reconocimiento y vigilara a su excompañero. Sin embargo, explicó Gessen, después de que el equipo completó su reconocimiento, le dijeron a Gessen que le costaría otros $210,000 cometer el asesinato. Gessen no continuó con ese plan por el costo”, añadió.
Contrata a un agente del FBI encubierto
Tras establecer los detalles del plan de asesinato a sueldo en una reunión posterior, Gessen le dio al agente encubierto del FBI una moneda de oro con un valor aproximado de $2,000.
Poco después, Gessen transfirió un total de $23,000 a una cuenta bancaria encubierta del FBI en San Francisco para llevar a cabo el asesinato, indicó el Departamento de Justicia.
“Casi al mismo tiempo, Gessen también envió al agente encubierto del FBI un acuerdo escrito que contenía la promesa de pagar ‘servicios de consultoría’ falsos como un método para disfrazar la verdadera naturaleza de los fondos”, detalló.
Gessen también le dio al agente encubierto del FBI un “paquete” que contenía una serie de detalles sobre el paradero, el horario y los hábitos de vida de su ex pareja.
Acusan a abogado por cargo de “asesinato a sueldo”
El Departamento de Justicia informó que un gran jurado federal acusó a Gessen el 26 de julio de 2022.
Se le imputó un cargo por “asesinato a sueldo” y el jurado condenó a Gessen por el cargo.
El juicio está a cargo de la jueza Jacqueline Scott Corley, quien aún no ha fijado una fecha para la audiencia de sentencia de Gessen.
Sin embargo, Gessen podría enfrentar una pena legal máxima de 10 años de prisión y una multa de $250,000
El caso, que fue investigado por el FBI, está siendo procesado por la Sección de Fraude Corporativo y de Valores de la Oficina del Fiscal Federal.



















