Texas estudia redefinir sus distritos al Congreso federal de manera que los republicanos logren sumar hasta unos cinco escaños actualmente en manos demócratas que les ayuden a mantener la magra mayoría que actualmente tienen en la Cámara de Representantes, un proceso inusual por el momento en el que se hace y porque está impulsado desde Washington, por el presidente Donald Trump.
La discutible forma en que los republicanos quieren quitarle escaños a demócratas en Texas
La Legislatura de Texas, controlada por el Partido Republicano, empezó a considerar un inusual redibujo de distritos electorales en mitad de la década, para cumplir con el deseo del presidente Donald Trump de ganar hasta cinco nuevos escaños en 2026 y, con ellos, mantener la mayoría en la Cámara de Representantes en Washington.

Texas tiene 38 asientos en la Cámara de Representantes, de los cuales los republicanos controlan 25 y los demócratas 12. Hay un puesto vacante desde marzo por la muerte del demócrata Sylvester Turner, el exalcalde de Houston quien ocupó por dos meses el distrito que incluye el centro de la ciudad.
Esta semana, la Legislatura estatal tejana empezó una sesión especial de 30 días convocada por el gobernador, Gregg Abbott, para tocar varios temas, entre ellos la evaluación de la tragedia por la crecida del río Guadalupe que dejó 130 muertos el fin de semana del 4 de julio y el dibujo de nuevos distritos electorales para el Congreso.
Tradicionalmente, los distritos para el Congreso se redibujan cada diez años, de acuerdo con los datos de población del censo y para cumplir con la proporción poblacional que exige la ley. Por eso, esta iniciativa a mitad de esa década, aunque no es ilegal, sí es inusual, sobre todo por la intencionalidad política que parece tener.
Un proceso que no estaba en la agenda de Abbott
De acuerdo con el medio The Texas Tribune, este último punto no estaba en la agenda de Abbott hasta que habló con el presidente y convenció al gobernador de afrontar la reestructuración de distritos y ayudarlo a evitar la tradicional caída en las elecciones de mitad de período que experimentan la mayoría de los presidentes.
Abbott justificó la medida diciendo que busca abordar las “preocupaciones constitucionales planteadas por el Departamento de Justicia (DOJ) de Estados Unidos” sobre los mapas actuales, elaborados en 2021 y que están siendo impugnados judicialmente.
Esas preocupaciones del DOJ fueron oficialmente planteadas en una carta enviada al gobernador dos días antes de la convocatoria a sesión especial en la que la fiscal general adjunta, Harmeet Dhillon, argumentó que cuatro de los distritos de Texas, controlados por los demócratas, eran inconstitucionales y debían ser redistribuidos por motivos de manipulación racial o ‘gerrymandering’.
La carta afirma que cuatro distritos en las áreas metropolitanas de Houston y Dallas, bastiones clave del Partido Demócrata, fueron manipulados racialmente la última vez que se trazaron los mapas en 2021. De hecho, el estado enfrenta litigios con grupos de derechos civiles que alegan que esos mapas fueron manipulados racialmente.
El 'gerrymandering' es la práctica de dibujar distritos electorales de forma que beneficia a un partido sobre otro (partidista) o diluyendo comunidades minoritarias (racial) cuando estas favorecen a una tendencia sobre otra.
Es una cuestionada tradición en la política estadounidense desde principios del siglo XIX, cuando el entonces gobernador de Massachusetts, Elbridge Gerry, promulgó una ley creando unos distritos electorales de complejas formas que algunos compararon con salamandras. Para ilustrarlo, caricaturistas de la época inventaron un animal amorfo al que llamaron el 'Gerrymander' y de allí surgió el término.
"No hay razón para dibujar nuevos distritos"
La última vez que Texas realizó una redistribución de distritos a mitad de ciclo fue en 2003, después de que los republicanos obtuvieran el control de ambas cámaras de la Legislatura por primera vez en casi siglo y medio.
“El gobernador no tenía ninguna razón para hacer esto”, dijo a Univision Noticias el representante estatal Ramón Romero (Dallas-Fort Worth) y presidente del Caucus Legislativo México-Americano (MALC), que se describe como el grupo legislativo latino más antiguo del país.
“Cuando se crearon los mapas actuales, apenas en el 2021, él dijo que los hicieron sin ver la identidad; ni moreno, afroamericano, o latino. Pero ahora el presidente le dice: ‘Oh, los hicieron según el color (de piel)’ y él dice: ‘Ay, sí, lo hicimos’”, aseguró Romero.
Este jueves, en el comienzo de las audiencias públicas informativas, no se presentaron mapas mostrando cuáles son los distritos que serán modificados ni con qué forma quedarían. El representante Romero aseguró que en esta primera fase del proceso “no va a haber mapas para enseñarle al público”.
“El plan viene de Washington y en este caso el plan viene directamente del presidente Trump porque él quiere 5 distritos más” afirma Romero, reflejando lo que parece ser la opinión de muchos en la bancada demócrata.
Se espera que el Partido Republicano se centre en las tres ciudades más grandes del estado para encontrar a sus otros objetivos demócratas. Si dispersan a los votantes demócratas de los distritos de las áreas liberales del estado como Houston, Dallas y Austin, podrían obtener cinco escaños adicionales.
Aunque enfrentan un riesgo legal además del electoral: que dividan distritos que, según la Ley de Derecho al Voto, deben tener una cantidad significativa de ciertos grupos minoritarios. El objetivo de la ley federal es permitir que las comunidades elijan a los legisladores que prefieran.
Sin embargo, el presidente del comité de redistribución de distritos de la Cámara de Representantes tejana, el republicano Cody Vasut, dio a entender que no hay nada definido sobre el tema.
"Nunca he asistido a una audiencia sin salir pensando algo un poco diferente. Realmente queremos escuchar la opinión de la gente sobre esto, y estamos escuchando", declaró Vasut a The Texas Tribune el jueves al inicio de las sesiones.
El impulso de Trump llega en un momento en que atraviesa algunos problemas en su presidencia: desde la agitación de su base de votantes por el manejo del caso Jeffrey Epstein y la falta de solución de las guerras en Gaza y Ucrania (que dijo que terminaría con facilidad) hasta una incipiente aceleración de los precios en medio de su ofensiva arancelaria.
Encuestas del Centro de Investigación de Asuntos Públicos de The Associated Press-NORC muestran que la mayoría de los adultos en Estados Unidos piensa que sus políticas no los han ayudado y que su recorte de impuestos y proyecto de ley de gasto beneficiará a los ricos.
'Dummymandering', cuando se pone en peligro los escaños propios
El temor de crear accidentalmente escaños inseguros es una razón por la que los republicanos de Texas reestructuraron sus límites con cautela en 2021, cuando comenzó en los 50 estados de la unión el proceso de redistribución de distritos, que ordena la Constitución que se haga después de cada censo decenal para garantizar que los distritos tengan aproximadamente el mismo número de residentes.
En casi todos los estados ese proceso lo hace el partido mayoritario en la Legislatura, lo que lo convierte en una oportunidad de oro para diseñar mapas favorables a la organización, el ‘gerrymandering’. Pero se puede incurrir en el "dummymander" (por dummy, tonto), algo así como un “redistriteo tonto”.
Ese riesgo lo conocen bien los republicanos, que en la década de 2010, redistribuyeron los distritos electorales que ayudaron a aumentar la mayoría del Partido Republicano en la Cámara de Representantes. Eso duró hasta 2018, cuando una reacción contra Trump en su primer mandato llevó a los demócratas a voltear dos escaños en Texas que los republicanos consideraban seguros.
Si demasiados votantes demócratas se distribuyen entre distritos republicanos, esto podría hacerlos más competitivos de lo que serían de otra manera.
Aun así, muchos republicanos creen que en Texas pueden ir a la ofensiva de manera segura.
"Una redistribución inteligente del mapa puede generar oportunidades de ganar escaños sin poner en peligro a nuestros titulares", dijo Adam Kincaid, director ejecutivo del National Republican Redistricting Trust, que ayuda a coordinar la creación de mapas para el partido a nivel nacional.
Demócratas de Texas contemplan un boicot legislativo
Los legisladores estatales demócratas hablan sobre mantenerse alejados del Capitolio para negar a la Legislatura el número mínimo necesario para reunirse. El fiscal general republicano, Ken Paxton, publicó que cualquier demócrata que haga eso debería ser arrestado.
Los legisladores pueden recibir multas de hasta 500 dólares al día por romper el quórum después que la Cámara de Representantes cambiara sus reglas cuando los demócratas iniciaron un boicot legislativo en 2021. A pesar de las nuevas sanciones, el congresista estatal Trey Martinez Fischer, quien lideró la huelga en 2021, dejó abierta la posibilidad de otro.
"No creo que nadie deba subestimar la voluntad de los demócratas de Texas", expresó.
Algunos demócratas piden hacer lo mismo
Texas no es el único estado republicano que planifica una redistribución de distritos a mediados de la década. Los republicanos de Ohio también esperan redefinir su mapa del Congreso, que pasaría del actual, que les da una ventaja de 10-5, a uno que dejaría el reparto en 13-2 a su favor.
Por eso, algunos líderes demócratas han sugerido que los estados donde su partido está en control deberían contrarrestar la redistribución de distritos prevista en Texas.
"Tenemos que ser absolutamente implacables para recuperar el poder", dijo recientemente el excongresista texano y excandidato presidencial demócrata Beto O'Rourke en una entrevista con CNN.
El problema para los demócratas es que tienen menos opciones que los republicanos para redibujar mapas electorales a su favor. La mayoría de los estados que el partido controla no permite que las Legislaturas tracen los mapas (precisamente por el riesgo de excesiva partidización) y lo dejan en manos de comisiones independientes la tarea de establecer límites justos.
Es el caso de California, donde, no obstante, el gobernador Gavin Newsom ha sugerido la posibilidad de saltarse a la comisión del estado.
En los pocos estados controlados por los demócratas que sí permiten a los funcionarios electos trazar los límites, como Illinois, ya los demócratas han aprovechado al máximo sus ventajas.
Texas ha sido considerado durante mucho tiempo como un estado con tendencia demócrata debido a su creciente población no blanca. Pero esas comunidades dieron un giro a la derecha el año pasado y ayudaron a Trump a ampliar su margen a 14 puntos porcentuales, una mejora significativa con respecto a su victoria por 6 puntos en 2020.
Michael Li, nativo de Texas y quien monitorea el estado en el Brennan Center for Justice, una organización sin fines de lucro de la Facultad de Derecho de la Universidad de Nueva York, dijo que no hay manera de saber si esa tendencia continuará en las elecciones del próximo año o si el estado volverá a su tendencia demócrata.
"Cualquiera que pueda decirte cómo se ve la política de Texas para el resto de la década tiene una mejor bola de cristal que yo", agregó Li.
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