El cantante Gerardo Ortiz se libra de la cárcel: es sentenciado a 36 meses de libertad condicional por participar en concierto vinculado al Cartel de Jalisco

El famoso intérprete de narcocorridos Gerardo Ortiz se declaró culpable en 2024 de un cargo de conspiración para violar la Ley Kingpin con el objetivo de obtener una condena reducida. Como parte de su acuerdo con el gobierno, Ortiz testificó en el juicio de quien fue su mánager, el productor musical Ángel del Villar, en un caso vinculado.

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El popular cantante de corridos Gerardo Ortiz fue sentenciado este miércoles en una corte federal de California a 36 meses de libertad condicional por haber interpretado sus canciones en un concierto que se realizó en México en 2018 y a través del cual el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) lavó dinero.

Como parte de la sentencia, Ortiz deberá pagar una multa de 1.5 millones de dólares. No se hizo pública la condena que pedía la fiscalía. Aunque habrá otra audiencia el mes próximo para revisar si le reducen dicha multa a 250,000 dólares, la cifra máxima que habían acordado tanto los fiscales, como los abogados defensores.

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El músico, de 36 años, se había declarado culpable en febrero de 2024 de un cargo de conspiración para violar la Ley Kingpin, la cual prohíbe a los estadounidenses hacer negocios con narcotraficantes designados por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.

“Quiero ofrecer unas disculpas por la falla que tuve, mi inexperiencia como ser humano”, expresó Ortiz con la voz quebrada antes de escuchar su sentencia.

“Implorarle una segunda oportunidad para poder seguir adelante con mi música… para poder seguir al lado de mi familia, que son lo más importante que tengo”, agregó el artista dirigiéndose a la jueza de distrito Maame Frimpong.

En la audiencia, el abogado de Ortiz leyó parte de la carta que la esposa del artista escribió solicitando una condena reducida.

En la misiva, ella menciona el riesgo que asumió su marido al testificar en un caso relacionado con un poderoso cartel mexicano.

“Mi esposo y yo hemos vivido con miedo constante”, señala el texto, el cual resalta que el temor se incrementa cada vez que Ortiz viaja a México. “Es una terrible realidad en nuestras vidas”, añade la carta.

El abogado defensor Mark Werksman declaró, asimismo, que su cliente se habría convertido en un objetivo del narco y que por eso le ha sido difícil programar shows en México. El litigante resaltó “el riesgo que él enfrenta por muchos años más, si no es que por el resto de su vida”.

Con el objetivo de obtener una reducción de su condena, el artista cooperó con las autoridades y testificó durante dos días en el juicio de Ángel del Villar, quien era su mánager y dueño de la disquera Del Records.

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Del Villar fue acusado de más de una decena de cargos, incluyendo conspiración para realizar transacciones con un traficante de drogas designado y haber hecho negocios indebidos con este por un monto total de alrededor de 175,000 dólares.

Tras un juicio que se desarrolló durante dos semanas en una corte federal de Los Ángeles, el productor musical fue sentenciado en agosto a cuatro años de prisión y deberá pagar una multa de dos millones de dólares.

Debía entregarse a una prisión el 1 de diciembre para empezar a cumplir la condena. Pero una jueza federal ordenó que el productor musical permanezca en libertad bajo fianza mientras concluye su proceso de apelación.

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Los conciertos de Gerardo Ortiz

Gerardo Ortiz es un músico californiano cuya carrera alcanzó la cima interpretando corridos que glorifican a narcotraficantes. Le ha cantado, sobre todo, a jefes del Cartel de Sinaloa, incluyendo Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán y Dámaso López Serrano ‘El Mini Lic’.

En 2009 firmó un contrato con la disquera Del Records y durante muchos años fue su artista más importante. Pero en abril de 2018 hubo un quiebre. Ortiz fue abordado en el aeropuerto de Phoenix, Arizona, por agentes del FBI y del Servicio de Rentas Internas (IRS). Le hicieron preguntas sobre su relación profesional con Jesús Pérez Alvear, quien había sido su mánager en México.

Días antes, la Oficina para el Control de Activos Extranjeros, la OFAC, sancionó a Pérez Alvear y a su empresa promotora de conciertos Gallística Diamante por lavar dinero del Cartel de Jalisco.

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Los agentes federales le advirtieron a Ortiz que violaría la Ley Kingpin si daba un show en la popular Feria de San Marcos, en Aguascalientes, México, el 27 de abril de aquel año. Pérez Alvear lo había contratado para ese evento.

“Tienes una carrera prometedora”, expresó un agente del FBI, tratando de hacerlo reflexionar, según se escuchó en un audio que fue presentado como evidencia en el juicio de Del Villar. “La gente alrededor de él (Pérez Alvear) puede meterse en serios problemas”, agregó el funcionario.

Ortiz respondió varias veces que él no se encargaba de hacer los contratos con los promotores. Les explicó que él subía a los escenarios a interpretar sus corridos y baladas, y se iba de inmediato a la siguiente ciudad o volvía a su domicilio en Porter Ranch, California. “No soy el que cierra tratos, porque no es mi trabajo”, declaró el cantante en aquella conversación. “Yo canto y me regreso a casa”.

Al volver a California, el cantante entregó la copia de la OFAC a un empleado de Del Villar y después habló con éste en persona. “Le platiqué que no quería ir al concierto. Estaba, pues, asustado”, contó Ortiz en la corte. “Tenía miedo de ir” al concierto; “tenía la preocupación de este papel que me habían dado”.

Del Villar le dijo “que no me preocupara porque todos habían recibido la misma carta (de la OFAC), que incluso Alejandro Fernández”, relató Ortiz ante el jurado, refiriéndose a varios cantantes y grupos musicales que participarían en el palenque de Aguascalientes.

“Obviamente que tengo respeto a los grandes artistas y, al decir que todos habían recibido la carta, para mí se minimizó el problema. Dije: si todos van a ir, por qué yo no voy a ir”, declaró el cantante.

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Ortiz viajó a la Feria de San Marcos en avión privado. Y durante las siguientes semanas, Ortiz cantó allí y en varios conciertos de Pérez Alvear. Fueron 19 espectáculos por los que cobró alrededor de 1.5 millones de dólares. Se trató de una extensa gira que recorrió varias ciudades mexicanas: Pénjamo, Culiacán, Tlaxcala, Pachuca, Mexicali, Hermosillo, Morelia, Celaya, Uriangato, Arcelia, Chilpancingo…

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La cooperación de Gerardo Ortiz

Las negociaciones entre Ortiz y el Departamento de Justicia de EEUU comenzaron el 1 de diciembre de 2020. El cantante y sus abogados tuvieron una primera reunión virtual con dos agentes del FBI y el fiscal federal Ben Balding. Le preguntaron sobre cada uno de los conciertos de Pérez Alvear en los que cantó. “Mencioné al personaje”, dijo.

Otras dos reuniones sucedieron el 22 de abril de 2021 y el 22 de junio de 2022. Una de estas tuvo lugar en la oficina de los abogados de Ortiz, en el oeste de Los Ángeles. Finalmente, el 22 de febrero de 2024, el cantante firmó el acuerdo de culpabilidad.

- “¿Por qué aceptó cooperar?”, le preguntó el fiscal Alex Schwab.

- “Para aclarar todo”, contestó Ortiz.

- “¿Espera usted que su cooperación resulte en una recomendación (de la Fiscalía) enviada a la jueza para reducir su condena?”, cuestionó Schwab.

- “Sí”, respondió el artista.

La investigación del FBI

El FBI se metió a las entrañas de la disquera Del Records, analizó los correos electrónicos de todos sus empleados, revisó las cuentas bancarias del sello y las de su dueño, interceptó conversaciones en WhatsApp, espió celulares e incluso entrevistó al dueño de la compañía que le rentó a Del Records el avión privado que transportó a Ortiz hasta la ciudad de Aguascalientes.

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Pero hubo un informante clave, Brian Gutiérrez, quien era vicepresidente de asuntos externos de la disquera. Gutiérrez grabó conversaciones de empleados de Del Records, reportó lo que pasaba en sus pasillos y compartió documentos a los detectives del FBI. Lo hizo durante tres años y, por su colaboración, recibió un pago de alrededor de 25,000 dólares.

Aunque estaba en la lista de posibles testigos, Gutiérrez no fue llamado al estrado.

Otro testigo que no llegó al estrado fue Jesús Pérez Alvear. En diciembre de 2024, tres meses antes de que se iniciara el juicio, fue asesinado a balazos en un lujoso restaurante de la Ciudad de México.

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