Cadena perpetua para el chofer del camión en el que murieron sofocados 10 inmigrantes en Texas

James Bradley Jr., el hombre que conducía el camión en el que viajaban 10 inmigrantes que murieron asfixiados en Texas en julio pasado, fue sentenciado el viernes a cadena perpetua en una corte federal de San Antonio.

Bradley, oriundo de Kentucky y de 61 años, se había declarado culpable en octubre de 'conspiración' y por traficar 39 personas para beneficiarse económicamente, y con el desencadenante de que un grupo en el que incluso había jóvenes entre 14 y 17 años falleció por el golpe de calor en el tráiler, que viajaba sin ventilación o aire acondicionado.

El conductor recibió dos sentencias a cadena perpetua sin derecho a libertad condicional y que deberá cumplir de forma simultánea, señaló el juez federal David A. Ezra.

"Siento mucho que esto haya pasado", dijo Bradley en un video que sus defensores públicos presentaron en la corte, detalló MySanAntonio.com. "No hay un día o una noche que pase sin que yo reviva esa escena".

Además de la sentencia, el juez Ezra le confiscó el camión así como 5,600 dólares y una pistola calibre .38 que fue hallada en el vehículo, se lee en el comunicado del Departamento de Justicia.

"Las acciones del acusado en este caso llevaron a la agonizante muerte de 10 personas. Si no fuera por esas acciones ellos podrían estar vivos aún", asegura el fiscal general Jeff Sessions según la nota.

El 23 de julio de 2017, las autoridades hallaron a 39 inmigrantes en el cajón de carga del camión de Bradley, que se encontraba en un estacionamiento de Walmart. Viajaban en pleno verano apiñados y sin oxígeno a temperaturas de calor extremo. Los inmigrantes golpearon paredes y pidieron ayuda durante el infernal trayecto pero el chófer no detuvo el vehículo.

Muchos de los sobrevivientes, incluidos adolescentes, fueron hallados con síntomas de asfixia, deshidrataciones severas y golpes de calor. Ocho personas murieron en el lugar y otras dos en el hospital en uno de los incidentes más mortales de contrabando de inmigrantes que se recuerde. Los inmigrantes provenían de México y Centroamérica.

Bradley afirmó en un principio que no sabía que los inmigrantes estaban en el tráiler de su camión, pero en octubre admitió su culpabilidad. Hubiese podido enfrentar la pena de muerte de haber sido condenado en un juicio.

El caso de Bradley tiene similitudes con el de Tyrone Williams, el conductor de un camión en el que murieron sofocados 19 indocumentados cerca de Victoria, Texas, en el 2003. El chofer también fue sentenciado a cadena perpetua sin derecho a libertad condicional. Sin embargo, en el 2011, una corte de apelaciones determinó que debió haber sido un juez y no el jurado el que determinara su condena, la cual fue reducida 34 años en prisión.

Las horas de terror

James Bradley no escuchaba a los inmigrantes que llevaba en su tráiler pidiendo ayuda. Al menos eso fue lo que le dijo a la Policía de San Antonio cuando lo interrogaron en el lugar pasadas la medianoche del 23 de julio de 2017. Había grupos de personas –algunas desmayadas– en el asfalto y las jardineras del estacionamiento de la tienda Walmart de la Interestatal 25; otros no lograron bajarse del camión, pues ya habían muerto.

Las horas que precedieron fueron contadas como una pesadilla, según los testimonios de los sobrevivientes en los documentos del Departamento de Justicia y en la demanda contra el chofer. Al principio todo marchaba bien en el camión, pero con el paso de las horas, la cabina se convirtió en un hervidero con temperaturas que los bomberos estimaron por encima de los 100 grados Farenheit.

Desesperados, gritaron y golpearon con toda su fuerza las paredes del contáiner, esperando que Bradley los escuchara, se detuviera y les abriera las puertas. Pero eso no ocurrió. Entonces decidieron tomar turnos para respirar por un minúsculo orificio en la pared del camión por el que entraba la única ventilación.

Tiempo después se detuvo, pero no porque escuchó las súplicas de los indocumentados. Lo hizo porque tenía ganas de orinar. Se estacionó en el Walmart y cuando al fin abrió las puertas algunos cayeron directo al pavimento. Era de noche.

A pesar de la tragedia que veía, en lugar de llamar al 911 para pedir ayuda su primera llamada fue a su esposa, que nunca le contestó.

Los bomberos de San Antonio contaron entonces a Univision Noticias que al llegar al parqueadero se encontraron con una emergencia mayor. Había gente por doquier en el estacionamiento. "Es el mayor incidente masivo al que hemos respondido", dijo a Univision Noticias el oficial de información pública del cuerpo, Joe Arrington.

Y casi con la misma velocidad que llegaban las ambulancias, se marchaban. Contó Arrington que en los primeros minutos de la emergencia era difícil saber a quién atender entre los 39 inmigrantes que hallaron desvanecidos o en llanto. De los encontrados en el lugar, 8 ya estaban muertos –dos murieron en su camino a los hospitales– y otros más estaban en una situación extrema tras un viaje de pesadilla.

Por las declaraciones del chofer y de los sobrevivientes, se cree que habían pasado al menos dos horas de viaje desde Laredo en un tráiler sin ningún tipo de ventilación, más que el pequeño hoyo en la estructura.

Arrington dijo entonces que los indocumentados comenzaron a ser marcados con etiquetas de colores según la gravedad de su situación. Las rojas eran para aquellos que tenían que ser trasladados inmediatamente para recibir atención médica; las amarillas, para quienes podían esperar; las verdes para los que solo necesitaban un poco de agua; y las negras para los muertos.

Una noticia repetida

En los últimos años, los reportes sobre la detención de indocumentados en camiones en Estados Unidos pueden leerse con mucha frecuencia. Luego de la detención de Bradley, se comentó que Laredo era uno de los puntos más codiciados por los traficantes de indocumentados.

Para entonces, Miguel Contreras, líder de la Oficina de Control de Aduanas (CBP) en el área del sur de Texas, comentó que durante el año fiscal 2016 se registraron en el checkpoint de Laredo 44 incidentes –que no detalló– en los que se rescataron a unas 500 personas que intentaban entrar al país escondidos en vehículos, camiones o tráilers.

Roger Maier, especialista en asuntos públicos de CBP en la frontera sur, explicó a Univision Noticias que "la mayoría de casos de tráfico humano en camiones comerciales son de inmigrantes indocumentados que son montados en vehículos de carga una vez que ya se encuentran en Estados Unidos. Raramente encontramos a alguien que sea traficado a lo largo de la frontera en camiones comerciales".

"La gran mayoría de los casos en los que CBP encuentra a inmigrantes indocumentados en camiones, ocurre lejos de la frontera, en puntos de control internos y otros lugares (y no en los puertos de entrada)", dijo.

Maier explica que al ser sometidos a inspecciones para ingresar al país los camiones "no son una forma popular para quienes transportan a inmigrantes".

En lo que va de 2018 los arrestos en Laredo no han cesado, según se ve en los reportes de prensa de CBP.

Recién el 13 de abril, la Patrulla Fronteriza detuvo un camión en el que viajaban escondidos seis inmigrantes indocumentados, todos apiñados en el compartimiento de la cama que tiene el camión detrás del asiento del conductor.

Un hecho similar se registró el 6 de marzo, también en Laredo. Siete personas iban escondidas en el compartimiento de la cama de otro camión y resultaron detenidas.

Y el 26 de enero, en el mismo Laredo, 76 personas fueron halladas en el tráiler de un camión más por CBP. Según la nota de prensa, el chofer era estadounidense y quienes viajaban escondidos eran ciudadanos de México, Honduras, El Salvador y Guatemala. En total, había 13 niños que viajaban sin la compañía de un adulto.