UVALDE, Texas.- Auraleigha Santos, una niña hispana de 10 años, estuvo cerca de quedar dentro del salón de clases en el que el atacante de Uvalde, Salvador Ramos, se atrincheró.
Un receso antes de tiempo evitó que niña hispana quedara atrapada en el salón con atacante de Uvalde
Al regresar a su casa, esta niña se enteró que todos los niños fallecidos eran sus conocidos. Además ella, y sus 3 primos, pudieron haber estado en ese salón.

La estudiante de la Escuela Primaria Robb dijo que, justo ese día, su recreo se adelantó, por lo que al momento en que el atacante entró a la escuela, ella estaba del otro lado del campus.
Estaba sentada en un banco con amigos cuando un entrenador les gritó que entraran.
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“Así que comenzamos a correr hacia un salón de clases cercano”, dijo Auraleigha a KENS5.
“Escuchamos dos disparos. Nuestro maestro dijo que eran fuegos artificiales y que los niños solo estaban jugando. Pero no pensamos eso”, añadió.
La niña de cuarto grado aseguró también que conocía a todos los niños que fallecieron.
“Me asusté mucho y no sabía quién estaba herido o muerto”, dijo Auraleigha, añadiendo que se enteró de todo hasta después de reencontrarse con sus padres en el Centro Cívico de Uvalde.
“Empezamos a buscar en Facebook y me di cuenta de que todas las personas que conocía estaban muertas”, agregó.
Auraleigha Santos creció con todos los niños fallecidos
Auraleigha, en compañía de sus padres Alyssa y Juan Santos, regresaron al Centro Cívico con un oso de peluche, para honrar a los 19 niños fallecidos.
Ahí, los tres contaron a KENS5 lo cerca que la niña y otros familiares estuvieron de estar entre las víctimas.
“Se suponía que ella estaría en esa clase”, dijo Juan Santos.
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“Ella tiene tres primos que se suponía que debían estar en esa clase, pero no fueron a la escuela. Ella estaba en la escuela, pero estaba al otro lado del campus”, añadió.
“ Me siento culpable por cualquier pizca de felicidad o alivio, porque muchos padres se fueron a la cama con las camas vacías anoche”, dijo Alyssa por su parte.
“Gente con la que hemos crecido… bebés a los que vimos crecer”.
El atacante entró a la escuela y mató a los niños del salón 111 y 112
Salvador Ramos ingresó a la escuela armado de un rifle de asalto AR-15, entró a los salones 111 y 112 y asesinó a sangre fría a dos maestras y 19 de sus compañeritos.
Minutos antes, el sujeto había disparado contra su propia abuela Celia Gonzáles, de 66 años, en el rostro y había escapado en la camioneta de sus abuelos, armado con dos fusiles y cientos de municiones, para atrincherarse y cometer el tiroteo escolar más mortal en la historia de Estados Unidos.
El atacante fue finalmente abatido por un agente de la Patrulla Fronteriza de Texas. La policía recuperó un fusil en la escuela donde ocurrió la masacre y otro en la camioneta del agresor, según el reporte policial. Además, una mochila llena de balas en la puerta de la escuela.
Steven McCraw, jefe del Departamento de Seguridad Pública de Texas (DPS), reconoció que fue un error no tumbar la puerta del salón donde estaba atrincherado el atacante luego de fuertes críticas a la respuesta que las autoridades ofrecieron durante el tiroteo.
Así fueron los 84 minutos de terror de los niños
En conferencia de prensa, McCraw también reveló cómo fueron detalladamente los 84 minutos que vivieron los niños y maestros dentro del plantel escolar.
Explicó que el comandante en el lugar creía que, el pistolero de 18 años, estaba atrincherado en el salón de clases y que los niños no estaban en riesgo por lo que decidió esperar a la Patrulla Fronteriza que fue la que usó la llave maestra, entró al salón con escudos antibalas y mató al atacante.
“Estaba convencido en ese momento de que ya no había más amenazas para los niños y que el sujeto estaba atrincherado y que tenían tiempo para organizarse” para entrar al salón de clases, explicó McCraw.
"Por supuesto que no fue la decisión correcta. Fue la decisión equivocada", reconoció McCraw. Familiares de los niños contaron cómo les pidieron a los agentes de policía que irrumpieran en el luar, pero que estos no ingresaron y tampoco los dejaron entrar por sus hijos. En algunos videos publicados en redes sociales se escucha decir a los padres que los niños no tenían como defenderse.
“Dicen que acudieron con rapidez”, afirmó Javier Cazares, cuya hija de cuarto grado, Jacklyn Cazares, fue una de las víctimas fatales. “Nosotros no vimos eso”, dijo Cazares, quien se había dirigido a toda prisa a la escuela tras el tiroteo y que no lo dejaron entrar.



























