ORLANDO, Florida.- El gobernador Ron DeSantis volvió a defender la permanencia de Alcatraz de los Caimanes ( Alligator Alcatraz), el centro de detención de inmigrantes construido en los Everglades y que un fallo federal ordenó clausurar por problemas de operación y presuntas violaciones a leyes ambientales. Durante una conferencia de prensa en Orlando, DeSantis aseguró que la instalación “sigue en operación” y adelantó que su gobierno trabaja en nuevos proyectos de infraestructura para procesar deportaciones.
Alligator Alcatraz sigue abierto: DeSantis revela planes de nuevos centros migratorios
DeSantis promete mantener abierto Alligator Alcatraz pese a fallos judiciales y críticas ambientales. Además del “Deportation Depot”, DeSantis planea otro centro de detención en el Panhandle de Florida.

La semana pasada, la jueza federal Kathleen Williams negó detener su orden de cierre del centro, citando reportes de condiciones insalubres y de que los detenidos habían sido aislados de sus abogados. No obstante, DeSantis sostuvo que el fallo tiene un carácter político y prometió que su administración continuará la batalla legal.
“Las deportaciones continúan (en Alligator Alcatraz). Sigue en operación”, dijo el gobernador. Según sus declaraciones, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) ha dejado de enviar más migrantes al lugar, pero destacó que el centro ya permitió realizar “ miles y miles de deportaciones que de otra manera no hubieran sucedido”.
Disputa por costos y reembolsosLa operación de Alligator Alcatraz ha implicado más de 245 millones de dólares en contratos de construcción y operación desde que abrió oficialmente el pasado 1 de julio. La semana pasada salieron a la luz correos entre funcionarios de la Fiscalía General de Florida y del DHS que sugieren que el gobierno federal nunca planeó reembolsar completamente al estado por esos gastos.
DeSantis lo negó y afirmó que los fondos invertidos no representan una pérdida para los contribuyentes de Florida. “Todo lo que estamos haciendo será reembolsado por FEMA”, aseguró.
Uno de los puntos más controvertidos del centro ha sido su impacto ambiental en los Everglades. Grupos ambientalistas y la tribu Miccosukee demandaron que se detenga su operación hasta cumplir con las leyes ambientales federales. Argumentan que amenaza humedales sensibles y especies protegidas, además de poner en riesgo los miles de millones invertidos en restauración durante décadas.
DeSantis rechazó esa visión y defendió que el estado actuó conforme a la ley.
“No estamos obligados a hacer un reporte ambiental cuando hacemos negocio con nuestra propia propiedad. No es un requisito”, afirmó. “Estoy seguro que ganaremos esa batalla”.
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Nuevos proyectos: Deportation Depot y Panhandle Pokey
El gobernador también anunció que, pese a los retos legales, continuará expandiendo la red estatal de detención migratoria. Confirmó que el “Deportation Depot” (Centro de deportaciones) en el condado de Baker abrirá “momentáneamente” y adelantó un tercer centro en el norte de Florida, al que bautizó “Panhandle Pokey” (“El calabozo del Panhandle”), aunque sin precisar ubicación ni fechas.
El mandatario argumentó que, sin estas instalaciones, el DHS no tendría capacidad suficiente para manejar deportaciones y la carga recaería sobre Florida. Con estas iniciativas, busca mantener vigente uno














