La desinformación es un arma de guerra: piensa antes de compartir

Crédito: Arte: Arlene Fioravanti
Apuesto a que desde el 24 de febrero, cuando Rusia invadió a Ucrania, has recibido (y quizás compartido) al menos una información falsa sobre el conflicto. También apuesto a que nunca te habías parado a pensar sobre el enorme papel que la desinformación puede tener en una guerra. Por esto traigo en esta edición extra de “Crónicas de la desinformación” algunos datos fundamentales para que sepas cómo reaccionar ante el enorme volumen de mentiras que rodea la acción militar rusa en territorio ucraniano.
El primer paso en esta conversación es entender que la desinformación fue, es y seguirá siendo un arma de guerra. En 1938, por ejemplo, el primer ministro del Reino Unido Neville Chamberlain creyó que Adolph Hitler jamás empezaría una guerra contra los británicos por haber logrado que el alemán firmara un documento en el que prometía no entrar en un conflicto con ellos. El trozo de papel –como sabemos– caducó cerca de un año más tarde, cuando Hitler invadió Polonia.
En segundo lugar, hace falta recordar que Rusia destaca en la lista de los países que mienten en favor de sus intereses. En 2014, durante la anexión de Crimea, el gobierno de Vladimir Putin mandaba militares a los campos de batalla sin ninguna identificación. Durante semanas Moscú negó la participación en el conflicto y culpaba a los ucranianos por la presencia militar. Supimos más tarde que todo era mentira.
La desinformación rusa entró en acción otra vez durante las elecciones en Estados Unidos, Francia y Alemania de 2016 y 2017, y en el referéndum del Brexit en Reino Unido. La estrategia de desinformar es tan importante para los rusos (y, antes, para los soviéticos) que incluso tiene un nombre, “maskirovka”, y consiste en un conjunto de medidas direccionadas a engañar al enemigo sobre la presencia y la ubicación de las fuerzas militares. Así que el mundo vive ahora dentro de este escenario.
El tercer paso para hacer frente a las mentiras sobre la guerra es reconocer el volumen de datos falsos que se viralizan en internet. Entre el 24 de febrero –cuando Putin autorizó la acción militar en Ucrania– y el 7 de marzo, verificadores de datos de 69 países ya habían identificado más de 1,170 contenidos falsos. Y un análisis de este contenido –disponible en UkraineFacts.org– indica que la amplia mayoría de las mentiras que circulan en redes sociales y apps de mensajería están en formato visual. Es decir, son fotos o videos.
Así que el cuarto paso es aprender con los fact-checkers algunas técnicas básicas para hacer frente a este aluvión de mentiras. Y para esto recurrí a verificadores profesionales pidiéndoles que enviaran un consejo que consideran fundamental en estos tiempos de guerra. Y aquí están.
Bernardo Moura, editor de UOL Confere de Brasil, subraya que “en la guerra, es muy difícil tener informaciones seguras sobre lo que está pasando en el terreno, puesto que todas las partes involucradas se esfuerzan en contar las historias que mejor les convienen”. Por lo tanto, enfatiza el fact-checker, “lo mejor es tener cautela y buscar informaciones en fuentes fiables, como los medios de comunicación”.
Juan Lewin, de La Silla Vacía de Colombia, va por el mismo camino. “Desconfía de lo que es demasiado, de lo que pega directo a tu corazón”, sugiere el editor. “Ten cuidado con lo que es demasiado espectacular, demasiado triste, demasiado heroico”.
Desde ColombiaCheck, el fact-checker venezolano Jeanfreddy Gutierrez lista herramientas que son gratuitas y que están a pocos clics de distancia. “Recomiendo el buscador de verificaciones de Google”. El sistema reúne la gran mayoría de los chequeos ya publicados por fact-checkers profesionales de forma casi automática y ofrece filtros por idiomas.
“Es importante saber usar el sistema de búsqueda reversa de imágenes de Google”, sugiere Chico Máres, editor de Agência Lupa de Brasil. “Hay mucha gente publicando fotos antiguas como si fuesen de la guerra para ganar seguidores e inflar sus propios perfiles”.
Joaquín Ortega, de Newtral en España, recuerda que esta es la primera guerra europea en la que una buena parte de los ciudadanos llevan un teléfono celular con una cámara y publican contenido en redes sociales. Enfatiza la necesidad de "mucha precaución con los videos" y sugiere que sólo confiemos en contenidos que lleven el sello de periodistas profesionales. "Si ves en una foto soldados y banderas nazis o con esvásticas desconfía. Es casi seguro que sea antigua", ejemplifica.
Por último, recuerdan los verificadores, hace falta tener en mente que en una guerra (o en cualquier otra situación de crisis) los periodistas que están más cerca, que hablan el idioma y que entienden el contexto político de la región tienen más posibilidades de ser neutrales y de producir información fiable.
Hoy más que nunca, busca la autoría de todos los contenidos que te envíen sobre el conflicto en Ucrania. Es una forma de chequear si son veraces. Aquí va una lista que monté en Twitter con cerca de 50 periodistas de varias nacionalidades que están entre Rusia, Ucrania y Polonia, relatando lo que ven, escuchan y sienten a cada minuto. No tienes ningún motivo para no seguirlos.
Cristina Tardáguila es directora senior de programas de ICFJ y fundadora de Agência Lupa.
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