El entramado que rodea el caso de Jeffrey Epstein, el fallecido financista y pederasta convicto acusado de tráfico sexual de menores, continúa siendo un laberinto sin resolver. Y a pesar de los años transcurridos siguen generando y una sumatoria de teorías y verdaderos terremotos políticos, como el que padece en su actual presidencia de Donald Trump.
¿Quiénes ayudaron a Jeffrey Epstein?: lo que falta por saber para Julie K Brown, periodista que investigó la red de abuso sexual
Julie K. Brown fue clave en el destape del 2018 del caso de abusos y tráfico sexual de Jeffrey Epstein. En una entrevista con Univision Noticias, Brown habla sobre las teorías sobre el caso, la participación de personas poderosas, el manejo político que ha tenido y cómo quedan las víctimas en todo este proceso.

La extensa investigación periodística de Julie K. Brown para el diario The Miami Herald contribuyó significativamente a la exposición del caso Epstein, reveló parte de la complejidad y el alcance de la red criminal del financista, y eventualmente contribuyó a la presentación de nuevas acusaciones en tribunales.
Brown, quien fue figura clave en destapar el caso, subrayó, en conversación con Univision Noticias que Epstein "no pudo haber operado solo esta 'masiva operación de tráfico sexual'". Su red, de acuerdo con Brown, requirió de la asistencia de otras personas que lo ayudaron a organizar vuelos y otros aspectos logísticos.
Una de las incógnitas del caso Epstein es quiénes más lo asistieron y cómo logró evadir la justicia durante dos décadas. Hasta el momento, Ghislaine Maxwell, su exasociada y expareja, es la única persona que ha sido condenada en el caso. Eso hace que la percepción general del tema sea que no ha habido una rendición de cuentas más amplia, y muchos consideran que eso se explica por las " conexiones con los poderosos".
"La situación está profundamente influenciada por el dinero, el poder y la influencia política. Tiene todos los ingredientes de un drama, y la sensación es que el caso está más impulsado por la intención de crear daño político que por buscar justicia para las víctimas", dijo Brown a Univision Noticias, para quien esos ingredientes hacen que la historia se asemeje a un "drama de Netflix".
La investigación sobre Epstein en 2018: el libro de Julie K. Brown

Brown insiste que Epstein no pudo haber orquestado su "masiva operación de tráfico sexual" sin la colaboración de un considerable número de personas. Estas personas lo asistían en aspectos cruciales como la organización de vuelos, tanto nacionales como internacionales, para trasladar a sus víctimas entre sus propiedades y la gestión de visas y otros elementos logísticos.
Las víctimas, en sus testimonios, señalaron también que fueron instruidas a tener relaciones sexuales con personas del círculo de Epstein, lo que sugiere una red de complicidad mucho más grande de lo que se conoce públicamente hasta ahora.
Esta vasta empresa criminal, según Brown, debió haber involucrado a muchos más individuos que "solo" Epstein y Maxwell, incluyendo abogados, contadores, asistentes personales, pilotos y conocidos de negocios que le pagaron millones de dólares por razones aún desconocidas.
El periódico The Miami Herald, que lideró la investigación sobre Epstein con Brown a la cabeza, había documentado al menos 80 víctimas para el año 2018, cifra a la que se han sumado nuevas denuncias desde entonces.
"El Presidente Trump ha mencionado algunos nombres de personas que han sido amigos de Epstein en el lado demócrata, lo que podría ser un intento de enfocarse en las personas que no les gustan para quizás proteger a aquellos que sí les agradan", aseguró Brown.
El "diabólico" plan de Epstein
Las primeras denuncias conocidas sobre el esquema de abuso de Epstein y Maxwell se remontan a 1996, cuando las hermanas Annie y Maria Farmer reportaron haber sido víctimas de avances por parte del multimillonario. Maria Farmer incluso afirmó haber solicitado a las autoridades que investigaran el círculo de amistades de Epstein, incluyendo a Donald Trump, pero en aquel momento, ni la policía de Nueva York ni el FBI tomaron acción.
El plan de Epstein era "muy diabólico", explica Brown, porque engañaba a las víctimas con ofertas de trabajo, como asistentes personales o masajistas, y promesas de viajes o carreras en el mundo de la moda o el entretenimiento. Una vez que las jóvenes caían en la trampa, sus vulnerabilidades —como la necesidad de dinero o la enfermedad de un familiar— eran explotadas, y si intentaban escapar, eran amenazadas con arruinar sus carreras o negarles el apoyo que necesitaban.
"Las víctimas fueron engañadas con ofertas de trabajo (asistentes personales, masajistas) y promesas de viajes o carreras en moda o entretenimiento. Una vez dentro, se explotaba sus vulnerabilidades, como la necesidad de dinero o la enfermedad de un familiar. Por ejemplo, a una víctima se le prometió atención médica para su madre moribunda si accedía a los "masajes" que en realidad eran agresiones sexuales", afirmó Brown.
"Una vez que las jóvenes se daban cuenta del engaño, era demasiado tarde para escapar, ya que eran amenazadas con arruinar sus carreras o negar el apoyo vital".
Este modus operandi implicaba un profundo sufrimiento mental y un estado de paranoia constante para las víctimas. Muchas de las mujeres traficadas por Epstein que Brown ha entrevistado consideran este entramado como el "mayor encubrimiento" de la historia, creyendo que se ha ocultado la verdad durante mucho tiempo.
Con la politización se revictimiza a las víctimas

El dinero, el poder y la influencia política son factores de enorme peso en el caso Epstein. Existe una percepción generalizada de que la falta de progreso en la investigación y la limitada rendición de cuentas están directamente ligadas a las poderosas conexiones de Epstein.
Según Brown dijo a Univision Noticias, la situación se ha politizado y da la sensación de que el caso ha sido utilizado más para "crear daño político para sumar puntos que para hacer justicia a las víctimas".
Esta instrumentalización ha relegado a las víctimas a un segundo plano, resultando en una "increíble parodia de la justicia".
"La forma en que se ha manejado el caso, por personas de todo el espectro político, deja a las víctimas fuera de la conversación, lo que representa una 'increíble parodia de la justicia'. Las víctimas están tan perturbadas como cualquiera por el uso político de su sufrimiento en lugar de centrarse en la justicia".
Las víctimas ven cómo su sufrimiento es manipulado con fines políticos, lo que a su vez genera escepticismo sobre la posibilidad de que la verdad salga a la luz, ahora agravado por las especulaciones de que negociaciones con el gobierno de Trump puedan conducir a la liberación, vía indulto presidencial, de Maxwell.
"Las demandas de las víctimas describen cómo Ghislaine Maxwell las "atrapó en este mundo, y la posibilidad de que ella salga o reciba un indulto sería para ellas casi tan malo como dejar ir a Jeffrey Epstein", afirma Brown.
Los políticos y el caso Epstein

Figuras políticas y empresariales de alto perfil han estado ligadas a Epstein. El expresidente Bill Clinton aparece en registros de vuelo y documentos judiciales; Donald Trump también fue amigo de Epstein entre los años 90 y principios de los 2000, apareciendo en registros de vuelos y fotos juntos. Ninguno de los dos han sido acusados de ningún delito relacionado al caso.
Se reportó que Trump incluso envió una tarjeta sexualmente sugestiva a Epstein en 2003. El nombre de Trump, al igual que el de Clinton, estaba en el "libro negro" de Epstein, un directorio telefónico, lo que tampoco implica necesariamente un crimen.
El príncipe Andrés, hijo de la reina Isabel II, mantuvo relaciones sociales con Epstein y Ghislaine Maxwell, y fue acusado de abuso sexual por Virginia Giuffre, una de las víctimas más prominentes de la trama, resolviendo el caso mediante un acuerdo civil.
Otro nombre mencionado en relación con Epstein incluyen al empresario Leon Black, quien pagó más de 150 millones de dólares a Epstein por servicios de asesoría, una cifra considerada extremadamente alta para tales servicios.
Epstein también, a finales de los 80 y en los 90, tuvo una relación estrecha con Leslie Wexner, jefe de la casa matriz de Victoria's Secret, quien lo contrató como asesor financiero y en 1991 le otorgó amplios poderes notariales, dándole control sobre cientos de millones de dólares. Epstein también se quedó con la mansión de Manhattan que Wexner había comprado, aparentemente, sin haber hecho un intercambio de dinero por ella. Wexner no ha sido implicado en delitos sexuales relacionados con Epstein.
Epstein también se reunió en múltiples ocasiones con el ex primer ministro israelí Ehud Barak, e incluso hizo una inversión en una empresa fundada por el político. A pesar de las teorías conspirativas que sugieren que Epstein podría haber sido un espía de la CIA o el Mossad israelí, Brown señala que ella no ha encontrado durante su investigación ninguna evidencia de que él fuera agente de inteligencia de un gobierno extranjero como han especulado algunos algunos.
La "conspiración dentro de la conspiración" de Epstein
Brown señala que, aunque no se sabe exactamente qué contienen los archivos Epstein, es probable que haya pistas que el Departamento de Justicia podría seguir, como el "rastro del dinero de Epstein" para descubrir cómo lo obtuvo y quiénes se beneficiaron de su tráfico sexual.
La falta de una investigación adecuada del caso por parte de varias administraciones presidenciales durante los últimos 20 años es un punto crítico. Además de Ghislaine Maxwell, Brown considera que "debería haber otras personas" bajo investigación, dado que un negocio criminal de la magnitud de Epstein requiere de la participación de muchos más individuos.
El anuncio del gobierno de Trump de que no había una lista secreta de "clientes" de Epstein y que su muerte fue un suicidio, contrarió a muchos seguidores de Donald Trump, e influyentes comentaristas del movimiento MAGA (Make America Great Again) que habían alimentado diversas teorías sobre el financista.
Esto generó frustración y críticas hacia la administración algo que se puso aún peor cuando el propio presidente Trump expresó hartazgo ante la persistente conversación sobre Epstein, preguntándose por qué la gente "sigue hablando de este tipo, de este hombre tan desagradable".
La fiscal general Pam Bondi, quien prometió "toda la verdad" en el caso, fue blanco de críticas después de que un intento de "liberar" archivos en la Casa Blanca resultara en la divulgación de documentos que ya eran de dominio público.
"Personalmente, no entiendo el objetivo final de no liberar los archivos, especialmente porque ya se ha anunciado que no se liberará nada y que el caso está 'cerrado'", dice Brown.
"Un Departamento de Justicia y un gobierno que prometieron liberar toda la información y luego revierten notoriamente su curso en cuestión de meses, sin duda, ayuda a que el asunto no quede atrás. Esto incluso crea "su propio problema, su propia conspiración dentro de una conspiración", considera la periodista.
Ese es un problema que la administración actual parece incapaz de superar y en cuyo intento trata de enfocar la atención pública en aspectos particulares del caso.
Las cosas que quedan por resolver en el caso Eptein
Un controvertido acuerdo de no procesamiento de 2008 en Florida, aprobado por el entonces fiscal federal Alex Acosta, permitió a Epstein evitar cargos federales más severos y le concedió inmunidad a él y a cómplices conocidos o posibles en la red de abusos.
Este acuerdo fue el desencadenante de la renuncia de Acosta como Secretario de Trabajo de la primera presidencia de Trump en 2019.
Nunca ha quedado del todo claro por qué Epstein consiguió tener un trato tan benevolente en la justicia. Una investigación del Departamento de Justicia en 2020 determinó que Acosta "juzgó pobremente" a la hora del acuerdo que benefició a Epstein con apenas 13 meses de prisión con salidas.
Brown apunta a que, para evitar caer en informaciones falsas sobre Epstein, es "importante" que el público "estudie los hechos del caso", basar las preguntas políticas en "hechos" y educarse sobre la información pública que exste, en lugar de perderse en teorías de conspiración o motivaciones políticas.
"Siempre creo que eventualmente llegaremos a la verdad. Puede que no lo veamos en nuestra vida. Más información surgirá, quizás a medida que las personas involucradas fallezcan, cambien las leyes para obtener documentos gubernamentales, o sean elegidas otras personas que puedan liberar dichos documentos", asegura Brown.








