Para muchos el año 2020 ha sido uno de mucho estrés y sacrificios debido a la pandemia del coronavirus. Pero para una familia dominicana este año le llegó con el mejor regalo posible para a su pequeño hijo Ian, al recibir la oportunidad de viajar a la ciudad de Nueva York y operarse un tumor en la cabeza.
Niño dominicano logra viajar a NYC para operarse un tumor en la cabeza
Ian Encarnacion Cabrera, de 4 años, logró viajar a la Ciudad de Nueva York a pesar de la pandemia del coronavirus para operarse un tumor que tenía en el área ocular de su ojo derecho.

La historia de Ian Encarnacion Cabrera, de 4 años, por fin tuvo un final feliz, después de que el pequeño logró operarse un tumor que le obstruía su ojo derecho. Ian nació con el tumor en el área ocular que con el pasar de los años fue creciendo.

Según su mama, Jenny Cabrera, Ian se sentía “muy feo” y “como un monstruo”. Por eso su indag´o en el internet hasta que dio con el doctor Gregory Levitin en el hospital Mount Sinai que es especialista de los ojos y odios infantiles.
La familia Cabrera logró viajar a Nueva York en el 2019, donde Levitin diagnosticó a Ian con una malformación arteriovenosa. En otras palabras, una maraña de vasos sanguíneos que estaban muy cercanos al nervio ocular y que son difíciles de operar.
Durante el viaje del 2019 el doctor Levitin y su equipo operaron a Ian y le quitaron la mitad del tumor. Solo faltba que el menor regresara para una segunda operación este año.

Todo se complicó una vez que llegó la pandemia y Nueva York se convirtió en el epicentro en EE.UU. Luego vieron las restricciones de viajes dejando a Ian y a su familia sin la opción de regresar a la Gran Manzana.
Mientras esperaban fueron adelantando exámenes médicos en Republicana Dominicana y fue así como la familia Cabrera descubrió que la malformación se había ampliado desde la primera operación.
Levitin se aseguró que el hospital autorizara la segunda cirugía cuando antes. Y el 26 de septiembre logró viajar a Nueva York. Tres días después Ian fue operado.
La operación que duro casi cuatro horas dejó a Ian sin el tumor y con una gran sonrisa de regreso en su cara.





