FuneralesUn verdadero mar humano se dio cita en la catedral San Patricio para rendir sus últimos tributos al oficial que dio su vida sirviendo a su comunidad.
Miles atienden al funeral del oficial Wilbert Mora, llamado ‘tres veces héroe’
Un verdadero mar humano se dio cita en la catedral San Patricio para rendir sus últimos tributos al oficial que dio su vida sirviendo a su comunidad.
Un interminable manto azul vistió por segunda vez en una semana la ciudad de Nueva York, luego que miles de policías despidieron a uno de los suyos. Esta vez al oficial Wilbert Mora, quien falleció la semana pasada, tras ser herido gravemente en un tiroteo en Harlem.
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La escena era sobrecogedora: cuadras y cuadras de agentes uniformados, guardando solemne silencio y mostrando su respeto a la familia del oficial dominicano, que fue velado
ayer en la catedral de San Patricio.
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Mora ha sido llamado tres veces héroe: “Por elegir una vida de servicio. Por sacrificar su vida para proteger a los demás. Por dar vida incluso en la muerte a través de la
donación de órganos".
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El agente se había enlistado en la donación de órganos,
salvó la vida de cinco personas al morir, e stampando en el corazón incluso de los que no le conocieron, su gran ejemplo y bondad.
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El caso de Mora, herido en un tiroteo, mientras atendía una pelea doméstica, ha conmocionado a todo Estados Unidos, de especial manera a los departamentos de policía, quienes han viajado de partes lejanas para estar presente en su funeral.
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El alcalde de la ciudad de Nueva York, Eric Adams, y la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, llegaron a despedir al policía.
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No solo políticos y policías llegaron hasta los alrededores de la catedral de San Patricio, miles de personas civiles, también mostraban su empatía ante la trágica muerte de Mora.
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Al aplaudir el valor de los oficiales, Adams dijo: “Los neoyorquinos entienden el riesgo y el sacrificio que hacen todos los días, y los aplaudimos por eso. Los que nos hemos puesto el uniforme sabemos:
lo que le pasó al oficial Mora nos puede pasar cualquier día”.
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Mora, igual que Rivera, fue ascendidos póstumamente a detective de primer grado
en sus funerales.
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Su hermano Wilson Mora, destacó sus cualidades: “Me encantaba lo cercano y leal que eras con tus amigos, y lo mucho que valorabas sus amistades… Las personas se acercaban a ti porque podían bajar sus defensas y ser ellos mismos a tu alrededor”.
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También reveló que juntos habían construido un sueño: hacer una ‘gran cantidad’ de viajes juntos: “Quería experimentar esa aventura contigo
porque tu amor por la vida era contagioso".
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"Elegiste una vida de servicio a tu comunidad y a nuestro país adoptivo. Tus compañeros oficiales no solo eran compañeros de trabajo: eran amigos y familiares, y ahora son mi familia. Te amo, hermano, y lo haré". Siempre extrañaré."
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