Más de 400 localidades de Nueva York dicen "no" a la venta de marihuana

Más de 400 ciudades y pueblos de Nueva York han optado por bloquear los dispensarios locales de marihuana y los salones de consumo a medida que se acerca la fecha límite en todo el estado para hacerlo, con muchos funcionarios decidiendo mantenerse fuera del próximo mercado hasta que los reguladores proporcionen más claridad.

La ley que legalizó la marihuana recreativa en Nueva York este año da a los municipios hasta el 31 de diciembre para "excluirse" de albergar dispensarios o salones de consumo in situ una vez que las ventas al por menor comiencen en un año aproximadamente. Las localidades no pueden prohibir la posesión legalizada.

A falta de tres semanas para actuar, más de una cuarta parte de las ciudades de Nueva York y el 31% de sus pueblos han votado a favor de convertirse en el equivalente al cannabis en lo que respecta a los dispensarios, al menos inicialmente. Las cifras eran ligeramente superiores para los lugares de consumo. Son relativamente pocas las ciudades que han optado oficialmente por no hacerlo, y ninguna de las más grandes del estado, según un rastreador en línea mantenido por el Instituto Rockefeller de Gobierno.

La aprobación de la ley de legalización en marzo suscitó debates locales en todo el estado, en los que los residentes que promocionan el estilo de vida y los beneficios económicos de los dispensarios se enfrentan a personas que se oponen a la venta de marihuana en sus ciudades.

"Nos preocupa que los dispensarios en nuestros barrios normalicen el uso de la marihuana aún más de lo que ya está", dijo Anita Seefried-Brown, de la Alianza para unas Comunidades Mejores, con sede en Watertown, que se dedica a reducir el abuso de sustancias por parte de los menores.

Watertown, una ciudad de 25,000 habitantes en el norte de Nueva York, optó por la exclusión tras escuchar a Seefried-Brown y a otros residentes este verano.

Muchos de los funcionarios locales que votaron a favor de la exclusión dijeron que no querían dar luz verde a las ventas antes de que la Oficina Estatal de Gestión del Cannabis proporcionara más información sobre el mercado. Juntas municipales como la de Chautauqua, en la zona rural del oeste de Nueva York, optaron por no participar sabiendo que podrían reconsiderar su decisión más adelante, cuando tuvieran más información.

"El hecho de que aún no hayan publicado ninguna norma o ley al respecto nos ha puesto un poco nerviosos: ¿a qué estamos optando? Todavía no lo sabemos", dijo el supervisor de Chautauqua, Donald Emhardt.

La Oficina de Gestión del Cannabis recopilará la información de exclusión para que los solicitantes de licencias sepan qué localidades están fuera de los límites.

Teniendo en cuenta el tiempo necesario para adoptar la normativa y conceder las licencias, los dispensarios podrían abrir a finales de 2022, dijo Jeffrey Schultz, un abogado que representa los intereses del cannabis. Dijo que las operaciones podrían abrirse un poco antes, dependiendo de cómo el estado emita las licencias.

Hasta el viernes, 252 ciudades y 164 pueblos habían optado por no permitir los dispensarios al por menor. Los municipios suelen optar por excluir tanto a los dispensarios como a los lugares de consumo. Aunque las cifras para los lugares de consumo eran más altas: 279 ciudades y 179 pueblos, según el Instituto Rockefeller de Gobierno.

"No nos sorprende que hayan actuado antes de la fecha límite, y esperamos que algunos opten por unirse plenamente al mercado mientras construimos una nueva industria del cannabis segura y regulada que proteja la salud pública y cree oportunidades", dijo Freeman Klopott, portavoz de la oficina.

La oposición a los dispensarios tendió a romperse a lo largo de líneas generacionales en muchos lugares. En el pueblo de Goshen, al norte de la ciudad de Nueva York, las personas de más edad se inclinaban por la prohibición, mientras que los más jóvenes decían que debía permitirse la venta local, dijo el superintendente Douglas Bloomfield.

Y las pasiones se dispararon en todo el estado.

"No vi a mucha gente en el medio", dijo Al Stauber, alcalde del pueblo de McGraw, en el centro de Nueva York.

Con un interés tan intenso, la junta del pueblo sometió la cuestión a votación el mes pasado. Los residentes que querían la venta local ganaron por un solo voto: 77-76.

"Y si alguien quisiera, tal vez, abrir un dispensario en nuestra calle principal, que tiene una serie de escaparates que están vacíos y donde todo el mundo está sufriendo por el negocio, que podría ser otra fuente de ingresos", dijo Stauber.

El mercado de la marihuana en Nueva York se está convirtiendo en un reflejo de otros estados en los que los dispensarios no pueden operar en todos los pueblos y ciudades.

En California, el 70% de las ciudades prohíben los negocios de cannabis al por menor, según Hirsh Jain, de Ananda Strategy. Y en la vecina Nueva Jersey, que también está avanzando hacia un mercado minorista legal, alrededor del 70% de los municipios optaron por no permitir varios tipos de establecimientos de cannabis, dijo Mike Cerra, director ejecutivo de la Liga Estatal de Municipios de Nueva Jersey.

Pero, al igual que en Nueva York, algunas ciudades que optaron por no hacerlo antes de la fecha límite del 21 de agosto podrían haber adoptado un enfoque de espera antes de que se emitieran las regulaciones.

"Parece que algunas de las ciudades que han optado por no participar están reconsiderando su decisión", dijo Cerra.

Mira también