MIAMI, Florida.- Alton Banks era un niño de 10 años que estudiaba quinto grado de primaria en la escuela Frederick Douglas de Miami. A finales de junio pasado, cuando llegó a su casa luego de una excursión en una piscina del barrio comenzó a vomitar. Su madre, Shantell Banks, pensó que estaba intoxicado pero minutos después vio cómo se desplomaba y quedaba inconsciente.
Un niño de 10 años muerto por fentanilo, el rostro inocente de la epidemia de opioides que azota Florida
Las pruebas preliminares de toxicología muestran que Alton Banks tenía fentanilo en su organismo cuando se desplomó en su casa de Miami. Pero las autoridades no saben cómo llegó el potente analgésico al cuerpo del pequeño.
De inmediato, Banks llamó a los paramédicos que llegaron a su casa en la zona de Overtown de Miami y trasladaron al niño al hospital Jackson Memorial donde minutos después murió.
Las pruebas preliminares de toxicología muestran que Alton Banks tenía el potente analgésico fentanilo en su sistema cuando se desplomó.
Pero, según informó este lunes la fiscal estatal de Miami-Dade, Katherine Fernández Rundle, los investigadores no creen que niño encontrara el fentanilo en su casa, sino que podría haber tocado la sustancia en la piscina o en algún lugar de camino a su casa.
"Él estaba jugando, como queremos que todos nuestros hijos hagan. No está claro si fue en la piscina o en el camino a casa", dijo la fiscal. "Estamos esperando ansiosamente que alguien se presente para ayudarnos a resolver esta horrible muerte".
Precisamente la muerte de Banks se produjo en unos de los barrios de Miami donde se reportan más casos de sobredosis. El diario Miami Herald llegó a denominar a Overtown la 'zona cero' de la ciudad de la epidemia de opioides que afecta al estado de Florida.
¿Cómo pudo llegar el fentanilo al cuerpo del niño?
Gary Franklin, un investigador de la Universidad de Washington y director médico del Departamento de Trabajo del Estado de Washington, le explicó a Univision Noticias que el fentanilo es una droga muy fuerte y el niño, por equivocación, la " pudo haber tragado, pensando que era un dulce, una pastilla que alguien dejó caer en el trayecto de la piscina a su casa, debido a que una de las formas de consumir esta droga es por pastilla".
El fentanilo es 50 veces más poderoso que la heroína pura y 100 veces más que la morfina, por lo que ha sido catalogado como una nueva amenaza a la salud pública.
La droga es lo suficientemente poderosa como para que los departamentos de policía hayan advertido a los oficiales sobre siquiera tocar la droga. Además, según reportó el diario Miami Herald, el otoño pasado tres perros de la policía del condado de Broward se enfermaron después de oler la droga durante una incursión federal.
Por eso, otra opción que el profesor Franklin no descarta es que el niño lo haya inhalado al estar en algún lugar donde minutos antes se hubiera consumido el opiáceo. "El fentanilo es tan fuerte que una corriente de aire es suficiente para que se respiren varias dosis mortales".
Crisis estatal
La muerte de Banks, una de las víctimas de menor edad que se conocen de esta epidemia, se produce en el contexto de una escalofriante crisis de opioides que ha causado estragos en todo el país, con cientos de usuarios de drogas del sur de Florida muertos en sobredosis en los últimos años.
El gobernador Rick Scott firmó el pasado 16 de junio una ley contra el tráfico de fentanilo dado el incremento de muertes producto de este fármaco sintético que se mezcla con la heroína. La nueva ley contempla cargos de asesinato a cualquier vendedor de heroína cuyos clientes mueran por sobredosis, además da una sentencia de mínimo de 3 años a quien tenga en posesión por lo menos a 4 gramos de fentanilo.
Según la oficina del médico forense de Miami-Dade, en 2016 en el condado hubo casi 300 muertes por sobredosis con variantes de fentanilo.
Además, durante el primer semestre del 2016, el fentanilo y sus análogos mataron a 853 personas en todo el estado de Florida, mientras que contribuyeron a otras 135 muertes, según los registros estatales. De ellos, sólo nueve eran menores de 18 años.
Las víctimas jóvenes - algunos niños pequeños curiosos que ingieren las drogas por error - representan sólo una pequeña cantidad de víctimas de opiáceos.
En 2015, hubo 51 víctimas menores de cinco años, según el Centro de Control de Enfermedades de los Estados Unidos, cifra que sigue en aumento desde hace más de una década.
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