Hace dos décadas, Elián Gonzales, el niño de 5 años conocido como el “balserito”, se salvó de morir en el mar junto a su madre y sus compañeros de viaje, y fue rescatado por un grupo de pescadores, cerca de las costas de Florida.
Alan Diaz/Getty Images
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Elián quedó inmediatamente en medio de un combate entre el régimen de la Habana y el exilio cubano en Miami, que al final fue resuelto por un fallo de las cortes estadounidenses, las cuales ordenaron que el niño fuese regresado a la isla junto a su padre.
Roberto Schmidt/Getty Images
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Esta es la casa en el vecindario de la “Pequeña Habana” donde vivió Elián junto a su tío materno y otros familiares, después de ser rescatado el 25 de noviembre de 1999. Frente a la residencia posa Ramón Saúl Sánchez, líder del Movimiento Democracia, fue uno de los dirigentes del exilio que protagonizó las protestas que pedían que el niño se quedara en EEUU.
Antoni Belch/EFE
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Los exiliados argumentaban que defendían al niño de terminar viviendo bajo una dictadura.
Roberto Schmidt/Getty Images
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Hubo cientos de protestas y pedidos porque el niño permaneciera junto a sus familiares en Miami. Finalmente, una Corte de Apelaciones Atlanta, ordenó que el niño debía volver con su padre a Cuba.
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El 22 de abril del 2000 agentes federales entraron a la casa en la que se encontraba Elián y se llevaron al niño. Esta es la icónica imagen tomada por el fotógrafo y ganador del Premio Pulitzer de AP, Alan Díaz, ya fallecido.
AP
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El niño regresó a Cuba el 28 de junio del 2000, 7 meses después de haber sido rescatado.
Reuters
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Fidel Castro se había apersonado del caso y convirtió a Elián en un símbolo del triunfo de la revolución.
Adalberto Roque/Getty Images
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Después de su regreso a Cuba, Elián se ha pronunciado en varias ocasiones a favor del régimen. Líderes del exilio opinan que la dictadura le lavó el cerebro.
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El caso Elián Gonzáles todavía duele a la comunidad cubana en Miami, que soñaba con que el niño se quedara, cumpliendo el último deseo de su madre: que viviera en libertad.