El hecho sin precedentes en Estados Unidos de que el exdirector del FBI James Comey haya sido imputado de dos cargos criminales federales representa el primer caso contra uno de los altos funcionarios que el presidente Donald Trump percibe como sus enemigos políticos, los altos funcionarios a los que considera responsables de sus problemas con la justicia desde que entró en política.
La turbulenta relación de Trump y Comey, el primero de sus "enemigos políticos" en ser imputado
El caso penal parte de una comparecencia de Comey ante el Senado hace cinco años y representa el último capítulo de una relación tensa desde hace tiempo.

La imputación llega después de que el presidente Trump se la pidiera públicamente a la fiscal general, Pam Bondi, y parte de una comparecencia de Comey ante el Senado y una declaración supuestamente falsa a preguntas del senador Ted Cruz.
Es el más reciente episodio de una turbulenta relación marcada por la escandalosa decisión que tomó Trump en su primer mandato: despedir a Comey de su cargo de director del FBI en medio de una investigación cada vez más intensa sobre su campaña presidencial de 2016.
Desde entonces, ha habido insultos, revelaciones de memorandos secretos, unas memorias mordazmente críticas y peticiones del presidente de represalias contra personas —como Comey— de quienes está convencido que le han hecho daño.
Este es un breve repaso a la historia de la relación entre Trump y Comey, y cómo desembocó en la imputación del jueves.
El
rol de Comey en la campaña presidencial de 2016
Una de las mayores ironías de ver a Comey convertido en uno de los principales objetivos de las arremetidas del presidente es el papel que jugó como director del FBI en la campaña de 2016, la primera vez que Trump ganó las elecciones.
En concreto, por el presunto mal uso de un servidor privado de correo electrónico por parte de la entonces candidata demócrata, Hillary Clinton.
Aunque Comey decidió en verano de aquel año no recomendar que se le imputaran cargos a la ex primera dama, ofreció una controvertida rueda de prensa para explicar su decisión en la que la acusó de hacer un manejo extremadamente descuidado de información sensible cuando era secretaria de Estado del presidente Barack Obama.
Trump lo aprovechó como arma de campaña: la cuestión de los emails de Clinton. En sus mítines el público gritaba que la encerraran y el entonces candidato republicano hasta llegó a llamar públicamente a que Rusia hallara unos supuestos correos eliminados de los servidores.
Y a pocos días de las elecciones, Comey anunció de forma repentina que el FBI había reabierto las pesquisas sobre los correos de Clinton por un hallazgo en una computadora del congresista Anthony Weiner, marido de Huma Abedin, asistente personal de la exsecretaria de Estado caído en desgracia por un escándalo sexual.
Muchos analistas demócratas consideran que la primera conferencia de prensa de Comey y luego la reapertura de la investigación, que un día antes de la elección se hizo oficial que había quedado en nada, sirvieron para que la campaña de Trump ganara impulso. Algunos atribuyen a las decisiones de Comey un papel determinante en el resultado.
¿Cuándo comenzaron las desavenencias entre Trump y Comey?
Cuando Trump asumió el cargo en enero de 2017, el FBI estaba involucrado de forma extraordinaria en la política estadounidense. Al tiempo que enfrentaba críticas por la gestión de la cuestión de los emails de Clinton, Comey abrió una investigación independiente sobre los vínculos entre Rusia y la campaña presidencial de Trump en 2016.
La relación con Trump presidente fue tensa desde el principio, ya que Comey le informó semanas antes de asumir el cargo sobre la existencia de rumores no corroborados y sexualmente cargados en un expediente de investigación de la oposición elaborado por un exespía británico.
En sus primeras interacciones privadas, Comey revelaría más tarde, Trump le pidió que le prometiera lealtad y que abandonara la investigación sobre el primer asesor de seguridad nacional de su administración, Michael Flynn. Trump también le pidió a Comey que revelara públicamente que él mismo no era parte de la investigación más amplia sobre la interferencia rusa en las elecciones, algo que Comey decidió no hacer.
Comey fue despedido abruptamente en mayo de 2017, y Trump declaró posteriormente que estaba pensando en "el asunto de Rusia" cuando decidió despedirlo. El despido fue investigado por el fiscal especial del Departamento de Justicia, Robert Mueller, como un acto de posible obstrucción a la justicia.
¿Qué ha sucedido desde que Trump despidió a Comey?
El despido apenas alejó a Comey de la vista pública. Una semana después, compartió con un amigo cercano unas notas que tomó tras una conversación con Trump en el Despacho Oval que, según él, lo inquietó y autorizó a su amigo a describir su contenido a un periodista. El conjunto completo de memorandos que Comey mantuvo mientras trabajaba para Trump fue posteriormente publicado por el Congreso.
En 2018, Comey publicó sus memorias, 'Una lealtad superior', que describían a Trump de forma profundamente desfavorable, comparándolo con un capo de la mafia y calificándolo de poco ético y "desconectado de la verdad".
Trump, por su parte, continuó desahogándose con furia contra Comey mientras la investigación sobre Rusia, dirigida por el fiscal especial Robert Mueller, dominaba los titulares durante los dos años siguientes y eclipsaba su primer gobierno. En redes sociales, afirmó repetidamente que Comey debería enfrentar cargos por "traición" —una acusación que Comey desestimó como "mentiras tontas"— y lo llamó "un canalla mentiroso".
Desde que dejó el FBI, Comey y su toma de decisiones han sido cuidadosamente analizados en el marco de múltiples investigaciones gubernamentales. Esto incluye un informe duramente crítico del inspector general que examina su gestión de los memorandos que mantuvo sobre las conversaciones con Trump. Pero hasta ahora, ningún fiscal ha impulsado ninguna causa penal contra Comey ni contra ningún otro alto funcionario del gobierno en relación con la saga rusa.
El escándalo del "86 47"
En mayo, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, dijo que estaban investigando una fotografía que había publicado Comey en redes sociales y que mostraba unas conchas en la playa ordenadas de forma que se podía leer "86 47".
"El exdirector del FBI James Comey instó al asesinato de @POTUS Trump", escribió Noem en X, usando el acrónimo "POTUS" por las iniciales en inglés del presidente de EEUU.
Merriam-Webster, el diccionario utilizado por The Associated Press, dice que 86 es una jerga que significa "echar", "deshacerse de" o "negar el servicio a". Y señala: "Entre los sentidos más recientes adoptados está una extensión lógica de los anteriores, con el significado de 'matar'. No incluimos este sentido, debido a su relativa novedad y escasez de uso".
Así que el "86" se podría ver por algunos como código con el significado de "matar" y "47" aludiría a Trump, como 47º presidente de EEUU.
" No pensé que algunas personas asociarían esos números con violencia. Nunca se me ocurrió, pero me opongo a la violencia de cualquier tipo y por eso lo borré", explicó Comey.
Trump presiona a Bondi para que imputen a varios de sus rivales políticos
Más recientemente, la semana pasada, Trump publicó en su red social un mensaje dirigido a la fiscal general Pam Bondi pidiéndole que se formalicen acusaciones contra Comey, pero también contra el senador demócrata de California Adam Schiff y la fiscal general de Nueva York, Letitia James, quien ganó el juicio civil por fraude contra la Organización Trump.
"Todos son culpables como el demonio, pero no va a pasar nada”, escribió Trump en su plataforma Truth Social. "No podemos demorarnos más, está matando nuestra reputación y credibilidad", agregó.
Trump también forzó la salida del fiscal Erik Sieber ante el estancamiento de los casos contra sus adversarios políticos: uno contra la fiscal James por supuesto fraude hipotecario que ella niega y el de Comey.
El presidente acusó Sieber de mentir al decir que "no había caso" en la acusación de James y aclaró que lo había despedido. Además, medios reportan que sobre Comey también había mostrado reticencias.
Así fue que Trump puso en esa oficina a Lindsey Halligan, una de sus exabogadas personales en el caso de los documentos clasificados hallados en Mar-a-Lago, con trayectoria en el mundo de los seguros pero sin experiencia como fiscal. Y no tardó en llegar la imputación a Comey.
Lo que alega la acusación contra Comey
La acusación formal está compuesta por dos cargos, hacer una declaración falsa ante el Comité Judicial del Senado y obstruir un procedimiento del Congreso, elementos que parecen no tener nada que ver con el contenido de la investigación sobre Rusia.
En cambio, acusa a Comey de haber mentido al comité cuando el senador Cruz le preguntó si había autorizado a alguien más del FBI a ser una fuente anónima de información relacionada con las investigaciones sobre Trump o Clinton. Aunque la acusación formal no especifica el tema sobre el que supuestamente mintió Comey, el contexto parece indicar que está relacionado con Clinton.
Comey, en un video publicado después de su acusación formal, declaró: "Estoy destrozado por el Departamento de Justicia, pero tengo una gran confianza en el sistema judicial federal y soy inocente. Así que, que tengamos un juicio".
Con información de AP
Mira también: