El deshielo entre EEUU y Cuba visto a través de lo que llevan los cubanos en sus maletas

En los inventarios de los negocios de Serafín Blanco, que lleva casi medio siglo en Hialeah vendiendo productos a los cubanos que viajan a la isla, hay un pedazo de historia de las relaciones entre EEUU y Cuba. Y en sus tiendas también se ha notado el deshielo anunciado por Obama hace dos años.

Video A dos años del deshielo: ¿qué llevan los cubanos en las maletas?

HIALEAH, Florida.- La vida de Serafín Blanco está intrínsecamente ligada al exilio cubano de Miami. Pero no se lo imaginen en el popular Café Versailles gritando consignas contra el gobierno castrista; este cubanoestadounidense de 64 años, gafas de aumento y guayabera ha forjado su pequeño imperio empresarial tras un mostrador vendiendo productos a su comunidad.

Su negocio emblema, Ño qué barato, es un enorme almacén comercial con grandes descuentos enfocado en satisfacer las necesidades de los cubanos, principalmente los recién llegados y de quienes quieren mandar productos a los familiares que se quedaron en la isla o los que se ganan la vida enviando mercancías a Cuba.

Serafín creó "Ño que barato" en 1996, un negocio enfocado en satisfacer las necesidades de los balseros.
Serafín creó "Ño que barato" en 1996, un negocio enfocado en satisfacer las necesidades de los balseros.
Imagen Luis Velarde / Univision Noticias

Así que cuando Blanco, que llegó a EEUU siendo un adolescente hace casi medio siglo -en 1967-, fue testigo de la oleada de balseros de los 90, vio en ella una oportunidad de negocio y montó una tienda para ellos en plena Hialeah, una ciudad que, junto con la aledaña Miami, tiene la mayor población cubana fuera de la isla.

PUBLICIDAD

"Como había tantos balseros cubanos viniendo en aquella época, comenzaron a venir muchas personas a comprar para llevar para Cuba. Cuanto más nuevos son aquí, más envían", afirma el empresario. Corría el año 1996 y Blanco, que había empezado su carrera en una fábrica de textiles de Hialeah y ya tenía una tienda junto a su padre llamada Clothing Machine, decidió expandir su negocio. "Dije: vamos a hacer esto más grande y comenzamos en Ño qué barato y hasta ahora hemos hecho bien".

Pero Blanco no quiso limitarse a los textiles. Además de prendas de ropa y zapatos para todos los gustos, en su tienda se puede encontrar desde una farmacia, una joyería, una cafetería, una óptica y varios puestos de computadoras y celulares desbloqueados que funcionan en la isla. E incluso vende productos que ya no se usan en EEUU y creados exclusivamente para la isla como piedras de fosforera o los trajes color vino con los que los niños van al colegio en Cuba.

Las maletas cambian con el deshielo

Desde su mostrador y a través de sus inventarios, Blanco ha sido testigo de primera mano de los cambios en las relaciones entre Cuba y EEUU por lo que compran sus compatriotas para enviar a su país.

Zoila Navarro lleva siete años viviendo Miami. Cada vez que viaja a la isla lleva ropa y medicinas para su familia.
Zoila Navarro lleva siete años viviendo Miami. Cada vez que viaja a la isla lleva ropa y medicinas para su familia.
Imagen Luis Velarde / Univision Noticias

Con el deshielo anunciado exactamente hace dos años por el presidente de EEUU, Barack Obama, comenzaba el fin de más de medio siglo de enemistad con la isla caribeña, y el dueño de Ño que Barato vio un incremento de los clientes que llegaban a comprar mercancías para la isla.

"Desde eso, ha habido mucho cambio. Muchas personas están muy contentas", afirma Blanco al explicar que muchos que antes no viajaban porque no querían quebrar la ley estadounidense han comprado billetes para volver a ver la tierra donde nacieron y visitar a sus familiares.

PUBLICIDAD

Y es que una de las consecuencias más tangibles del deshielo para los cubanoamericanos ha sido el levantamiento de muchas de las restricciones de viaje de entre ambos países.

Hasta agosto de este año, los viejos enemigos de la guerra fría llevaban 53 años sin vuelos comerciales que los unieran. Con el restablecimiento de relaciones, EEUU ha pasado de tener sólo una treintena de vuelos chárter diarios a Cuba sujetos a muchas restricciones a autorizar hasta 110 vuelos regulares diarios de diferentes ciudades estadounidenses hacia la isla.

Lo que no ha cambiado es que los cubanos siguen viajando con las maletas llenas de mercancías para sus familias. Ese es el caso de Zoila Navarro, una mujer de 75 años originaria de Santa Clara que lleva siete años en Miami y que cada vez que viaja a Cuba lleva dos maletas de 50 libras, el máximo permitido por su aerolínea.

"El sábado me voy por el mediodía y voy a llevar ropa, zapatos y medicinas. Para mi sobrino, para mi esposo, para mi hijo, para mi sobrina, para mi papá y mi mamá. A la familia se le lleva una cosita a cada uno", explica la mujer mientras hace compras de última hora. "Yo comida no llevo porque gracias a Dios la comida allá no falta".

¿Cambios con Trump?

Recorriendo los pasillos repletos de mercancías con carteles amarillo chillón que marcan los precios con el lema Ño que barato también está Manuel López, un cubano residente en La Habana que trabaja en una organización internacional y que ha aprovechado la apertura de los viajes para conocer Miami y visitar a unos amigos.

PUBLICIDAD

Él también regresará a la isla con las maletas llenas de ropa y productos para su mujer embarazada y su hijo en camino. "Mi objetivo fundamental es llevar cosas para mi futuro bebé que va a nacer, biberón y demás cosas que necesita, una canastilla que aquí pienso que sea de mayor calidad y más rentable", explica López mientras compra un celular que, dice, regalará a un hermano.

Esta es la primera vez que Manuel López visita Florida y fue a la tienda de Blanco. El empresario dice que muchos recién llegados van a su tienda porque ven su publicidad en el paquete distribuido a través de USBs en la isla.
Esta es la primera vez que Manuel López visita Florida y fue a la tienda de Blanco. El empresario dice que muchos recién llegados van a su tienda porque ven su publicidad en el paquete distribuido a través de USBs en la isla.
Imagen Luis Velarde / Univision Noticias

Por la tienda de Blanco también pasan quienes se ganan la vida comprando productos para revender en la isla e incluso quienes abastecen a los cuentapropistas que han surgido con la ligera apertura económica implementada por el gobierno de Raúl Castro, que ha permitido pequeños emprendimientos.

La política bilateral tiene implicaciones importantes en la numerosa comunidad cubana del sur de Florida y por eso Zoila Navarro se muestra preocupada por los posibles c ambios con la llegada a la Casa Blanca del presidente electo Donald Trump, quien prometió revertir el proceso de apertura emprendido por Obama si no hay cambios en la isla.

"Ahora no sabemos lo que vaya a poner este nuevo presidente", afirma la mujer que viaja a menudo a la isla para cuidar a su marido enfermo con alzheimer. Navarro dice que no estaría de acuerdo con que se diera marcha atrás con el deshielo. "Todos tienen familia allá: el que no tiene el hermano, tiene la madre, el hijo… Todo el mundo no está completo aquí", afirma.

Mientras no haya cambios, los cubanos seguirán llenando los pasillos de los aeropuertos para facturar sus enormes bolsas y maletas cargadas con todo tipo de productos para la isla y algunos, como el propio Serafín Blanco, se están planteando ir por primera vez en mucho tiempo.

PUBLICIDAD

"Muchas personas no iban aunque quisieran porque querían respetar las leyes de este país", justifica el hombre que salió de Cuba en 1967. "Quiero ver aquellas calles donde yo montaba bicicleta y todos esos lugares y la escuela que fui. Eso es muy interesante y eso se está viendo más. Más personas mayores que nunca irían antes, están yendo ahora y creo que poco a poco eso se va a ir normalizando si Dios quiere pronto habrá democracia y quizás todo será mejor si Dios quiere".